Este fin de semana lo hemos pasado en la estupenda compañía de buenos amigos y sus hijos en una casa rural maravillosa, Los Lebreles Namasté, muy cerca de las Hoces del Duratón. El tiempo pintaba mal, aunque al final no fue para tanto, y nos pudimos acercar a la Ermita de San Frutos, desde donde las vistas son impresionantes.
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Hoz del Duratón donde se ubica la Ermita de San Frutos |
En los cortados que el río ha labrado se asienta una de las mayores colonias de buitres leonados (Gyps fulvus) de Europa y es casi imposible no verlos bastante cerca.
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Grupo de buitres posado en el borde del acantilado, los buitres adultos con plumaje más claro |
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Algunos se continúan posando en los nidos, aunque ya ha acabado la época reproductora |
También llamó la atención de los niños la multitud de quitameriendas (Merendera montana). A los más grandecitos les conté que el nombre de esa bonita flor viene de que suelen salir con las primeras lluvias y fríos de otoño, es decir, cuando se acaban las meriendas en el campo.
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El domingo, nos acercamos a Sepúlveda, donde el Duratón empieza a excavar sus hoces, allí es tan estrecho y las aguas aún corren sin que nada las embalse, y aunque no se ven, sí se ve el cauce flanqueado por álamos y chopos, que ahora empiezan a tornarse amarillos.
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Desde el mirador de la Virgen de la Peña una de las primeras hoces del Duratón |
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