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miércoles, 18 de mayo de 2016

AGUILUCHO CENIZO Y ZERINTHIA RUMINA

Con un poco de retraso, y aunque el material a exponer esta vez es escaso, no dejo de anotar y comentar algo de lo que pasamos este puente, que dado el buen tiempo no dejamos escapar. El sábado, mañana y tarde, con mochila y con carrito respectivamente, toda la familia nos lanzamos al campo y entre otras cosas, disfrutamos con varios aguiluchos cenizos (Circus pygargus), una hembra por la mañana y un macho por la tarde. Éste último, aunque con poca luz y de lejos pude fotografiarlo.

Macho de aguilucho cenizo, con su color característico y con su marcas oscuras que lo diferencian de cualquier otro aguilucho
El domingo también hubo algo de campo, aunque esta vez, además, íbamos acompañados de más gente, así que la fotografía de naturaleza quedó aparcada. El lunes en cambio, me reservé la mañana para hacer la última de las visitas del nuevo Atlas de Aves Reproductoras promovida por la SEO. Casi 19 kilómetros de cerros y 5 horas de censo. Una paliza muy agradable, aunque tampoco estaba para entretenerme en fotos. Aún así no pude evitar hacer alguna.

Triguero (Emberiza calandra), siempre confiados, permiten fotos de cerca.
Precioso ejemplar de la escasa Zerinthia rumina
Buitre leonado (Gyps fulvus) con una pata colgando
Orquídea Ophrys lutea no muy abundante por estos lares
Con esta primavera, el campo está rebosante de vida

domingo, 3 de mayo de 2015

ORQUÍDEAS Y PEONÍAS EN SANTORCAZ

En el primer puente de mayo, he hecho dos escapadas. La primera fue un corto paseo con Lucía por Santorcaz. Cogimos el camino de Pezuela, y como ya dijo Rachel Carson en 1967, cada vez más, las primaveras son silenciosas allí donde reina la agricultura. Es una pena que haciendo varios kilómetros entre cebadales y trigales, se puedan contar con los dedos el número de cogujadas, calandrias y trigueros. El efecto de pesticidas es determinante en los pájaros, seguro que también en los humanos. Resignados, nos entretuvimos con algunas flores que sobreviven en eriales y cunetas a donde no llegan los herbicidas. Como volví a ver una espectacular orquídea que sólo había visto una vez antes en Santorcaz, nos centramos en algunas especies de orquídeas.

Orchis papilionacea, espectacular orquídea despuntando entre hierbas "menores"
Detalle de delicado dibujo que adorna sus pétalos

Otro tipo de orquídea: Ophrys speculum

Otro más: Ophrys sphegodes

Al final, también una cogujada común (Galerida cristata) se dejó fotografiar para demostrar que aún resisten al cóctel de pesticidas y abonos, y que a poco que las dejemos, alegrarán nuestros paseos y ¡comerán insectos gratis!

Cogujada común cara al viento con su típica cresta
Al día siguiente madrugué para realizar la primera visita de la temporada del SACRE (Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras). Salí de Madrid con sol, pero ya pasado Anchuelo una neblina lo envolvió todo. Como el objetivo de la mañana era contar aves, no me entretuve mucho con las fotos, pero me divertí bastante con una pareja de aguiluchos cenizos (Circus pygargus) en El Pozo de Guadalajara.

La hembra, parda, vuela tras el macho
Con las alas extendidas, los aguiluchos cenizos muestran claramente el color que les da nombre 
Volví a sacar la cámara camino de Valdarachas, ya que en una de las estaciones de escucha, grandes flores también llamaron mi atención. Se trataba de peonías. En casa he identificado la especie a partir de las fotos una de las flores: son Paeonia officinalis. Pero también he visto que dos individuos presentan hojas diferentes, así que habrá que volver a ver si se trata de especies diferentes o simplemente diferencias morfológicas.

Dos peonías, la de arriba con las hojas menos divididas
Detalle de la enorme y colorida flor
Seguiremos contando pájaros para demostrar al que tenga interés, que los pájaros indican la calidad de nuestros ecosistemas, y como vimos en el día anterior, las zonas agrícolas están muy maltratadas.

Campos entre la niebla en El Pozo de Guadalajara

martes, 28 de mayo de 2013

TIEMPO DE INSECTOS

La ausencia de grandes calores nos ha permitido pasear hasta bien entrada la mañana este fin de semana por Santorcaz. Como no hemos madrugado, los avistamientos de aves han sido más limitados, por lo que esta vez hemos tenido que mirar al suelo más de lo habitual. El calorcillo del mediodía y la explosión vegetal de esta primavera tan húmeda, hace que los insectos pululen por doquier, así que esta vez toca una crónica de bichos.


Los más espectaculares siempre son las mariposas, y aunque uno pueda pensar que el mejor lugar para fotografiarlas son las flores, los sitios más frecuentados son charcos a punto de secarse, donde acuden a libar el barro y absorber las sales minerales que ha disuelto el agua en el suelo y que se concentran en la superficie al evaporarse.



Grupo de licénidos libando sales en el barro, probablemente
se trate Polyommatus icarus y Lisandra bellargus



Melitaea phoebe, o doncella mayor libando en el barro



Misma especie que la anterior, pero con las alas desplegadas

No sólo, las mariposas gustan de tomar en pajita estos barros, también lo hacen algunos bombílidos, pequeños abejorros que se toman un trago en vuelo, permaneciendo inmóviles y estirando su largo aparato chupador.



Especie de bombílido por determinar a punto de absorber
sales disueltas en barro

Algunas mariposas, en cambio, buscaban un poco de intimidad para no ser molestadas en los momentos más íntimos y por eso preferían posarse sobre unos juntos



Doncellas mayores copulando



También en los juncos y cardos junto a los arroyos, y al acecho de mosquitos y moscas, los caballitos del diablo se posan y toman el sol.



Pyrrhosoma nymphula o caballito del diablo rojo

De vuelta a casa nos topamos con varias aceiteras, una especialmente grande, a la que tuve la mala idea de molestar y hacer que expulsase un líquido aceitoso corrosivo e irrigatante que repele a algunos de sus posibles depredadores. Por lo visto tiene hemoglobina, y por eso el color rojo sangre.



Berberomeloe majalis o aceitera



El domingo también vimos alguna especie interesante de mariposa, como esta Euphydrias desfontainii o doncella española, especie incluida en el  Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Madrid.



Euphydrias desfontainii



También continúan floreciendo las orquídeas silvestres, que aunque ya son de por sí, muy diversas, aumentan su variedad al hibridarse entre ellas, como probablemente le suceda a este ejemplar, híbrido de Ophrys scolopax y Ophrys sphegodes.



Posible híbrido de Ophrys scolopax y Ophrys sphegodes. En la imagen siguiente se pueden ver los dos tipos de orquídeas originarias



Pero a pesar de mirar al suelo nunca conviene bajar la guardia pues las rapaces no descansan en las horas de más calor, y además de ver un aguilucho lagunero, un azor, un águila calzada, y varios buitres y cernícalos, conseguimos fotografiar a un ratonero y un águila culebrera.



Ratonero común (Buteo buteo)

Águila culebrera (Circaetus gallicus) cerniéndose


sábado, 18 de mayo de 2013

ESQUIVANDO TORMENTAS

Esta mañana estaba, desde bien temprano, dispuesto a disfrutar de un día de campo, esperando que la previsión de lluvias no se hiciese realidad. Pero no fue así, así que tuve que esperar un rato a que aclarase y a que la aplicación de alerta de lluvia del móvil no diese ningún aviso. Al final parecía que el radar estaba libre de lluvia y empezó a clarear así que me lancé.

Todo empezaba bien, con los primeros pájaros cantándole al sol que templaba un poco el frío de la mañana.

Zarcero común (Hyppolais polyglotta), especie llegada de África y
especialista en imitar el canto de otras aves como indica su apellido latino

Triguero (Emberiza calandra)

 También las flores de las orquídeas se mostraban en todo su esplendor.

Ophrys scolopax u orquídea becada

Las rapaces también comenzaban a activarse, seguro que con el estómago vacío por tener que esperar a que escampase.

Ratonero común (Buteo buteo)

Aguilucho lagunero (Circus aeroginosus) visto desde atrás

Aguilucho lagunero macho de perfil

Pero yo estaba con la mosca detrás de la oreja, pues las mariposas no volaban, se aferraban a sus posaderos y apretaban sus alas para pasar desapercibidas y no mojarse en caso de lluvia.

Euchloe tagis
Mirando al cielo, pude ver que las mariposas tenían razón, y que se empezaban a formar nubes de tormenta. Por eso no aparecían en el radar, porque se formaban en la zona y no daba tiempo a verlas venir con tiempo suficiente. Lo bueno es que estaban muy localizadas y parecía que no seguían mi camino.


Las águilas calzadas seguían volando tan tranquilas y aunque parece mentira, la foto de más abajo, fue tomada, a la una de la tarde, pero con el fondo de un enorme cumulonimbus o nube de tormenta.

Águila calzada (Hieraaetus / Aquila pennatus)

Mirando al suelo seguía descubriendo la belleza en la simetría de flores sencillas. 


Iberis pectinata o carraspique

Pero un par de fogonazos y sonoros truenos me hicieron levantar de nuevo a la cabeza y darme cuenta de la espectacular nube de tormenta que se estaba formando sobre Santorcaz. Afortunadamente no me mojé, pero luego vi que había caído una pequeña granizada.



Con ganas de más, pero satisfecho, puse rumbo a casa, apretando el paso, pero con tiempo para fotografiar a este milano negro que pasaba por allí.

Milano negro (Milvus migrans)

Llegando a "Los Huertos" vi que en Anchuelo ya llovía, así que al menos me dije que podría refugiarme en el Lavadero hasta que pasase la nube. Así fue, y salvo las botas, no me mojé en esta "arriesgada mañana".


martes, 14 de mayo de 2013

NOCTUA Y PRIMEROS CALORES


NOCTUA

Este viernes ha tocado realizar la segunda visita de la temporada del programa de seguimiento NOCTUA (aquí cuento en qué consiste y cómo fue la primera visita). Esta vez la sensación no ha sido tan fría como en enero, pero al igual que la vez anterior, la estación de escucha situada entre Chiloeches y Los Santos de La Humosa, nos ha deparado un espléndido anochecer, en el que el sol sólo encontró un resquicio entre las nubes y el horizonte para iluminar de un intenso dorado el glacis (forma geomorfológica) entre Alcalá y Guadalajara.


Puesto que el sol ya se encontraba tan bajo, fue capaz de iluminar finas cortinas de lluvia, que por un momento creó un efecto óptico parecido a una aurora boreal como la que una vez observé en Islandia, aunque en ese caso el color era verde.


En cuanto el objetivo de la visita, no se dio mal, y entre las cinco estaciones de escucha situadas en Los Santos de La Humosa, Pozo de Guadalajara, Valdarachas y Santorcaz, pudimos escuchar mochuelos, autillos y chotacabras gris y pardo. La convivencia entre las dos especies de chotacabras, es una muestra más, de que nos encontramos en una zona de transición entre ambientes secos y otros, algo más húmedos. Estos chotacabras, son fuente de mitos y leyendas y se les atribuye la capacidad de mamar de las ubres del ganado, pero lo único que les atrae de estos animales es la multitud de insectos que los acompañan. Sólo salen de noche y verlos durante el día es cuestión de suerte pues su camuflaje perfecto hace que no se levanten hasta que casi se los pisa… o en el peor de los casos se los atropella. El nombre que se les da en Santorcaz, es el de gallina ciega.

Chotacabras pardo (Caprimulgus rufficollis) fotografiado el verano pasado

Camino de Pioz


A la mañana siguiente, con un espléndido y algo hiriente sol, nos fuimos a Pioz, yendo por el camino antiguo y volviendo por el nuevo. Miles de pequeños soles despuntaban en los pastos y yermos reflejando al que nos quemaba la piel.



A pesar del calor pudimos disfrutar de algunas aves, como lo gorriones chillones o duresas, como se les conoce en la zona (Petronia petronia) que viven entre las centenarias piedras del castillo de Pioz. Allí comparten territorio con palomas, vencejos y algún cernícalo.

Gorrión chillón o duresa en el que se destaca una marcada ceja

La vuelta bordeando el vallado de la Estación Transmisora de La Marina, nos permitía disfrutar de los confiados trigueros (Emberiza calandra), que cada 200 o 300 m. proclamaban que esos cultivos y pastos eran de su propiedad.

Triguero, pájaro sencillo y confiado que gusta de espacios abiertos

Una sorpresa llegó a casi las dos de la tarde cuando un corzo (Capreolus capreolus) pastaba tranquilamente al otro lado de la valla. Es una paradoja que los vallados den seguridad a muchos animales, que alejados de la presencia humana, adoptan un comportamiento mucho más tranquilo. Mal nos debemos comportar los humanos cuando es necesario un doble valla con alambre de espino para poder disfrutar así de algunos animales.


Al final, un pequeño grupo de ciclistas lo asustó y lo hizo huir.


La segunda sorpresa llegó poco después, cuando una de esas veces que tanto miro al suelo, me deparó una nueva especie de orquídea que nunca antes había visto en Santorcaz. Su nombre latino: orquídea mariposa, no viene sino a corroborar la espectacularidad de sus flores.

Anacamptis (Orchis) papilionacea

Hontanilla y Cerro de La Elvira


El domingo también sacamos algo de tiempo para dar un corto paseo en buena compañía, y como ya hacía calor y era tarde, sólo algunas rapaces nos entretuvieron aprovechando el aire cálido y ligero para buscar comida. Pudimos ver ratoneros, buitres, un aguilucho lagunero y un águila calzada.

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)