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jueves, 5 de septiembre de 2024

MARISMAS BLANCAS DE ASTILLERO Y CABO DE AJO EN CANTABRIA

La vuelta al cole es inminente y como siempre, reservamos una arte de las vacaciones para el final. Como fuimos muy al sur al comienzo del verano tocaba Norte. Así que hemos pasado unos días en Somo, frente a la ciudad de Santander. Su inmensa playa ha sido la base de operaciones y el lugar donde hemos pasado mucho tiempo, pero como siempre, hemos hecho algunas salidas a ver más cosas. La propia ciudad de Santander, Cabárceno, Liérganes, Solares, Cabo de Ajo son algunos de los sitios que hemos visitado. Sin embargo las Marismas Blancas de Astillero las que han generado "más contenido" para este blog. Esta pequeña Reserva Natural no parecía ofrecernos mucho que ver al principio pues los observatorios están un poco abandonados y la vegetación ya no deja ver nada, pero nos proporcionó la gran aventura del día, y mis hijos me dieron una gran lección.

Todos se peleaban por proteger al pequeño y desvalido pollito de garcilla bueyera (Bubulcus ibis)

La fría ciencia, en que los débiles sirven de alimento a los depredadores, el conocimiento de que es una especie común y en expansión, no querer perder el tiempo y tener el corazón más endurecido, me inclinaron a dejar el pollito donde lo encontré, sabiendo que no tendría ninguna posibilidad. Pero los niños me obligaron a darle una oportunidad, todo ser vivo la merece, así que tras hablar con el Centro de Recuperación de Fauna de Cantabria, que me dirigió al 112, que me dirigió a la central de Agentes Forestales que finalmente me comunicó con uno de ellos, que vino a por el pollito. No sabemos qué habrá sido de él, pero me enorgullezco de que mis niños sean capaces de darme una lección sobre la necesidad de intentar siempre hacer lo posible por proteger una vida de los más desamparados, sea lo difícil que sea.
Las Marismas no dieron para mucho más, pero algunas cosillas pudimos ver.

Entre autopistas, urbanizaciones y polígonos industriales se encuentran las Marismas de Astillero. Éstas son las Blancas, de agua dulce. A las Negras de agua salda no nos dio tiempo a ir

Enseguida nos llamaron la atención una pareja de cisnes vulgares (Cygnus olor) con sus crías

La lámina de agua estaba llena de anátidas y fochas

Aquí se ve una garza real (Ardea cinerea), fochas (Fulica atra) y ánades reales (Anas platyrhynchos) y frisos (Mareca strepera)

En las saucedas estaba la colonia de garcillas bueyeras

Aunque también había alguna garceta común (Egretta garzetta)

Un azulón y una garceta buscando comida en un charco

Nos encontramos en el camino con un cangrejo rojo americano en actitud amenazante (Procambarus clarkii)

También en el camino un cadáver de musaraña

Después de todo, nos fuimos a ver el Cabo de Ajo y aunque los paisajes fueron impresionantes, las aves no acompañaron. 

Vistas desde el Cabo de Ajo hacia el Oeste

Y aquí, hacia el este

Un par de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), una de ellas en casa vi que estaba tumbada

Empezó a oscurecer y de repente... 

... muy a lo lejos pude ver una pareja de alcatraces (Morus bassanus) un ave marina que no estoy acostumbrado a ver

Días antes en Santander me sorprendieron unos vuelvepiedras (Arenaria interpres) que no paraban quietos andando entre nuestros pies y las focas que allí hay. Como no llevaba la cámara, poco pude hacer con el móvil. 

Con la poca luz y lo rápido que se mueven fue imposibles sacarles una foto que no estuviera movida

Acabo con unos ciervos (Cervus elaphus) y una gaviota patiamarilla (Larus michahellis) que vimos en estado salvaje cuando estábamos a punto de salir de Cabárceno. 

Aunque en el zoo hay lobos y leones, los ciervos salieron en cuanto los humanos nos fuimos

Esta gaviota patiamarilla buscaba su merienda en el aparcamiento


martes, 24 de marzo de 2015

AVES POR LA MANCHA

En varios lugares de La Mancha, de cuyos nombres me acuerdo perfectamente, no hace ni dos días que hemos pasado el puente San José. Luchando contra el viento y el agua hemos podido disfrutar de unos días de reposo, y cómo siempre hemos disfrutado de cultura, patrimonio, gastronomía, y cómo no, ornitología. Este es el resumen pajaril de los cuatro días.

Tras ver molinos y castillos en Consuegra, empezamos al cobijo de un observatorio de las lagunas de Alcázar de San Juan, un lugar no muy conocido pero megadiverso en aves.

Laguna del Camino de Villafranca 
Aguilucho lagunero macho (Circus aeroginosus) con su típico vuelo
de prospección  a baja altura con las patas colgantes
Un flamenco (Phoenicopterus roseus) a punto de tomar agua
Con colores más apagados un joven flamenco nos miró con el rabillo del ojo
Había varias malvasías (Oxyura leucocephala), los machos con su llamativo pico
Entre muchos otros, ánades frisos (Anas strepera) nadaban junto a zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis)
Tras seguir viendo molinos en Campo de Criptana y visitar la casa de Dulcinea en El Toboso, nos alojamos en Belmonte, donde a la mañana siguiente visitamos su precioso castillo, que nos cobijó de otro chaparrón, aunque al salir de él nos ofreció algo de sol.


Una curiosa grajilla (Corvus monedula) nos observó 
Junto a su pareja, descansaron en una gárgola
De Belmonte, pasando por Las Pedroñeras, fuimos a las Lagunas de Ruidera, curioso paisaje de aguas que crean sus propias presas de travertino, para desaguar unas en otras en hermosas cascadas.

Salto de agua entre dos de las Lagunas de Ruidera
Una pareja de ánades reales (Anas platyrynchos) se movían entre los toboganes de agua
Pudimos ver un gran grupo de patos colorados (Netta rufina)
Muy abundantes por todas las carreteras de la zona, esta perdiz (Alectoris rufa) bebía agua en la cuneta de la carretera, después comprobamos que estaba coja, aunque aún volaba
Aún nos dio tiempo para otro castillo, el de Peñarroya, y para disfrutar de la monumental Villanueva de Los Infantes, desde donde fuimos a dormir a Tomelloso, punto neurálgico del vino manchego, y donde hicimos acopio de quesos y vino. Al día siguiente fuimos hacia la zona de Calatrava y en el magnífico castillo de Calatrava La Nueva disfrutamos de vistas a un soberbio paisaje mediterráneo circundante. 

Castillo y Sacro Convento de Calatrava La nUeva
A pesar de las muchas piedras, vimos aves forestales como este carbonero común (Parus major)
También entre los agujeros del castillo vimos a varios herrerrillos comunes (Cyanistes caeruleus)
Después de comer y pasear un rato, nos dirigimos a Almagro, donde entre sus monumentales edificios también prosperan aves dignas de fotografiar. Con duelos y quebrantos, pisto, alfonsinos y pan de Calatrava dimos por finalizado el día.

Pareja de cernícalos primilla (Falco naumanni) el macho más colorido, durmiendo
El último día, pensando que en cualquier momento nos caería un diluvio, nos fuimos a las Tablas de Daimiel, que rebosantes de agua, mostraban el potencial que puede dar este maltratado Parque Nacional. Desde las pasarelas me alegré por oír varios avetoros, pero me llevé la decepción de no poder ver ni uno, como en mis últimos 35 años...

Tablas de Daimiel
Un grupo de flamencos sobrevuela las tablas
Las más abundantes fueron las fochas comunes (Fulica atra)
Una garceta común (Egretta garzetta), buscaba alimento junto a los caminos 
Aunque lejos, pudimos ver también varios somormujos lavancos (Podiceps cristatus)
El último pajarillo que fotografiamos en las tablas fue un bonito jilguero (Carduelis carduelis)
Y pensando que con un jilguero acabaría nuestro viaje ornitológico por La Mancha, a las riendas de mi Rocinante divisé una rapaz de color pardo en un poste sobre un viñedo, y señalando indiqué lo obvio: un ratonero. Al llegar más próximo a él, algo me hizo dudar y un antifaz me hizo gritar: ¡águila pescadora!, a lo que mi fiel escudera, como una Sancho Panza, aún sin panza, me dijo que si no sería que tenía visiones, pues estábamos en La Mancha y que los muchos libros de bichos me habían llenado de pájaros la cabeza. Paré al borde de un camino, dimos la vuelta y en el escondite del coche, pude fotografiar a una magnífica águila pescadora (Pandion haliaetus), que demostró que aún puedo seguir leyendo libros, pues aún me caben más pájaros en la cabeza.

Águila pescadora, con su inconfudible antifaz pardo 
Vale.

lunes, 4 de febrero de 2013

Día Mundial de los Humedales - Soto de las Juntas

El 2 de febrero ha sido el Día Mundial de los Humedales, así que para celebrarlo, este domingo hemos estado en el Soto de Las Juntas, área del Parque Regional del Sureste (Rivas Vaciamadrid) en donde el Manzanares se une al Jarama. Entre ambos ríos hay una laguna cuyo origen es una antigua gravera restaurada para dar cobijo a numerosas aves acuáticas.

Hoy, por lo tanto, cambiamos de aires, que nunca viene mal, y aunque el aire ha sido protagonista por lo intenso y frío, hemos podido ver alguna cosilla interesante.

Nada más llegar, siempre nos asomamos al Manzanares. En sus orillas suele ser fácil ver pajarillos y aves que se alimentan de la multitud de insectos que emergen de sus contaminadas aguas. Entre ellos, muchos mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), casi imposibles de fotografiar por sus rápidos movimientos.


También las lavanderas blancas (Motacilla alba) se ponían las botas en las orillas, llenas de plásticos, trapos...


Más sigilosas, las pollas de agua o gallinetas (Gallinula chloropus), también picotean aquí y allá, siempre en la orilla más lejana del observador.



Hasta llegar a la laguna y el río, hay un cómodo paseo, donde también es fácil ver a los relativamente confiados petirrojos (Erithacus rubecula).



Finalmente, llegamos a la laguna, entre los ríos Jarama y Henares y con los cortados de La Marañosa al fondo. 


La verdad es que que no había mucho paterío, pero buscando siempre se puede encontrar algunos patos nadadores, como el ánade real o azulón (Anas platyrhynchos)...


... o el bonito pato cuchara (Anas clypeata).


Entre los patos buceadores había algunos porrones moñudos (Aytha fuligula).



A pesar de todo los patos, la acuática más abundante en la laguna es, sin duda, la ruidosa focha común (Fulica atra), que no es un pato, es pariente de la gallineta que citábamos en el Manzanares.


Junto a la laguna, discurre el río Jarama, que más caudaloso que el Manzanares, permite también la presencia de otras anátidas, como el ánade friso (Anas strepera), dentro del grupo de los patos nadadores.


La vistosa cerceta común (Anas crecca), pequeño y veloz pato, también pasa el invierno con nosotros, aunque es bastante tímida y enseguida busca la protección de las orillas.


No puede faltar también un pato buceador como el porrón común (Aythya ferina), que parece gustar más de las aguas con cierta corriente.



En el punto medio de esta ruta circular se produce la unión entre ambos ríos, por la izquierda el Jarama, y por la derecha el Manzanares.


Cuando ya volvíamos hacia el aparcamiento, unos pajareros parados mirando hacia la orilla, esta vez la del Manzanares, nos hicieron pensar que algo de interés había allí. Y buscando, buscando, encontramos una preciosa hembra de avetorillo (Ixobrychus minutus), la más pequeña de nuestras garzas y que es un invernante muy raro en España, ya que es considerado sólo como ave estival.



Ya apretando el paso de vuelta, tras las últimas paradas, una blanquísima cigüeña (Ciconia ciconia) nos hace levantar la cabeza...



... y nos hacen percatarnos de que no sólo nosotros celebrábamos el Día Mundial de los Humedales, sino que algunos más se habían reunido con nosotros para celebrarlo.