Mostrando entradas con la etiqueta lúgano. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lúgano. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de noviembre de 2021

RUTA DE LA PRESA DE LA PARRA

Tengo por disfrutar un montón de días libres y el viernes pasado usé uno de ellos para irme a la sierra, que no frecuento mucho. Elegí la ruta de la Presa de la Parra, que desde el Cerro de la Oliva, cerca del famoso Pontón de la Oliva, desciende hasta el río Lozoya y lo flanquea hasta casi el Atazar. El día amaneció nublado y acabó con sol, hizo algo de frío y aunque luego estuvo templado, y sin casi cruzarme con nadie, disfruté de un agradable paseo con una gran variedad de especies vegetales y algunos pájaros interesantes. Los que más me entretuvieron fueron unos cuantos lúganos (Spinus spinus) que me sirven como foto de portada. 

Un bonito lúgano macho, ave invernante en Madrid

Pero el paseo comienza en una zona alta junto a la carretera donde a la espalda se tiene una panorámica geológicamente muy interesante, pues se pueden ver juntas tres formaciones de la Era Primaria, Secundaria y Terciaria.

En primer término, monte sobre pizarras del Ordovícico (de 470-460 millones de años), luego un farallón rocoso de dolomías y calizas del Cretácico (145 a 65 millones de años) y al fondo una raña de arcillas y cantos cuarcíticos del Plioceno inferior (5 a 2 millones de años)
En esta imagen se aprecia con más detalle una pista sobre el Ordovícico, los farallones Cretácicos y unas cárcavas del Plioceno
Aquí todo es Ordovícico y entre esos cerros discurre el Lozoya
Los arces de Montpellier (Acer monspessulanus) estás preciosos en esta época
Nohabí muchos pastos, pero donde los había, había ganado

Hubo muchos buitres (Gyps fulvus) en cuanto salió el sol, pero éste me pasó cerca

En las zonas de matorral, vi esta tarabilla común (Saxicola torquata)

Una vez junto al río Lozoya, y pisando depósitos del Cuaternario, con sólo unos pocos miles de años, se camina por un estrecho valle cubierto por un frondoso bosque de ribera.

A pesar de la enorme cantidad de agua que los madrileños le robamos al Lozoya,
 aún conserva su encanto
Los chopos (Populus nigra) aún conservan gran parte de sus hojas

Los fresnos (Fraxinus angustifolia) ya habían perdido su hojas,
y al haber ganado en algunas zonas tenían un aspecto adehesado

Un hongo alimentándose de la manera muerta

En un remanso rodeado de sauces y alisos comí, y fue donde los pájaros más se me acercaron

Una bonita hembra de lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) capturando insectos en la orilla 

Aquí parece que posó para mí

En los alisos un grupo de lúganos se alimentaron muy cerca sin prestarme atención

Las semillas de los conos de los alisos los mantenían ocupados

A pesar de ser invierno, los machos aún conservan sus llamativos colores

Las hembras son menos coloridas

pero igual de hambrientas

Hembra

Macho


A pesar de estar muy cerca es difícil fotografiarlos, 
porque no paran de moverse entre las ramitas de los alisos

lunes, 22 de febrero de 2016

CANTOS Y EMPAREJAMIENTOS, PERO AÚN QUEDA INVIERNO

Como el fin de semana prometía sol y no demasiado frío, a Santorcaz que nos hemos ido, y llevando la cámara a mano, siempre es posible contar algo para las mentes interesadas. Entramos en una de esas épocas en que tan pronto vemos una golondrina que ha llegado pronto, como nos salta un zorzal que aún no se ha ido, así que hay que estar atentos pues empieza un nuevo ciclo.

Antes de comer el sábado, nos acercamos al parquecillo de la piscina y allí varios pardillos (Carduelis cannabina) cantaban al sol. Los machos aún no lucen sus mejores galas, pero ya entrenan la garganta para echarse novia.

Macho de pardillo común en el que empieza a despuntar el carmín del pecho y la frente
Hembra de pardillo, sin nada rojo y más listada
Después de comer, también salimos, por el camino del Baztán. Aunque no pudimos ver mucho, a la vuelta, un gorrión chillón (Petronia petronia) llamaba la atención subido a un almendro.

Gorrión chillón o duresa, que gracias a la luz del sol que se ponía, permite ver la pequeña mancha amarilla de la garganta. Es característico de este gorrión sus cejas color crema
El domingo salí pronto a un recado y a la vuelta paré un instante en los pinos. Allí descubrí, no sin cierto esfuerzo, una pareja de ratoneros (Buteo buteo) posados en unos álamos. Al contrario que los pardillos, las aves de mayor tamaño ya llevan algo más de tiempo cortejándose y emparejándose. Esperemos que pronto tengan un manojo de polluelos a los que sacar adelante.

En este grupo de chopos, hay dos ratoneros ¿los véis? !Ampliad la imagen¡
Este es el ejemplar de la izquierda...
... y este el e la derecha.
También en las puntas secas de los álamos de la carretera un pico picapinos (Dendrocopos major) tamborileaba en una rama seca para marcar territorio, buscar pareja o ambas cosas a la vez. La foto me pilló a contraluz, pero como he visto que este pájaro nunca había salido en este blog, merece aparecer.

Añadir leyenda
Y casi fuera de plazo para aparecer en esta entrada, antes de tomar unas migas para comer, se presentaron un grupo de lúganos (Carduelis spinus) que se posaron en los árboles del jardín del vecino. Como no todos los inviernos se dejan ver, siempre es una alegría descubrirlos y fotografiar a estos pajarillos.

Bonito macho en el que se aprecia la frente y coronilla negra.
Grupito de tres machos mostrando su intenso pecho amarillo

martes, 8 de diciembre de 2015

LÚGANOS, ZORZALES, CALANDRIAS, RATONERO Y BUITRES

Salvo hoy, hemos pasado este puente largo en Santorcaz, disfrutando de este diciembre de mentira, en que a ratos se puede ir en manga corta. Aunque los caminos llenaban las botas de polvo, en lugar de barro, siguen llegando pájaros de invierno, es desolador pensar que cualquier día decidirán no hacer ese viaje tan largo, puesto que en su Europa del Norte y nuestras montañas no va a hacer frío suficiente para obligarlos a venir.

Empezamos el sábado dando un paseíllo corto por el camino de Guadalajara. Nos entretuvimos con un ratonero (Buteo buteo) posado en una torreta eléctrica. Afortunadamente ésta tenía el puente por su parte superior y los cables quedaban lejos del animal, evitando que puedan electrocutarse al extender las alas o lanzarse hacia algún animal.

Rapaz mediana, color chocolate y formas redondeadas posado en un poste,
 no suele uno equivocarse si apuesta por un ratonero
Vista de espaldas del mismo individuo
El domingo también dimos un largo paseo, esta vez hacia Corpa. Pero fue casi en la puerta de casa donde me topé con un bandito de lúganos (Carduelis spinus). No todos los inviernos consigo ver a este bonito fringílido.

Lúgano comiendo semillas secas de una umbelífera
Ya en el campo, pocos pájaros se dejaron ver. Como últimamente, apareció un grupo de buitres leonados (Gyps fulvus) a ver si había alguna carroña.

Buitre en vuelo 
A punto de llegar de vuelta varios grupos de aláudidos (alondras, calandrias y cogujadas) salían volando a nuestro paso. Sólo alguna calandria (Melanocorypha calandra) se mantuvo posada, aunque bastante lejana.

Calandria, un aláudido rechoncho, sin cresta y con una marca oscura en el cuello
Y el lunes, esta vez yo sólo, me di un madrugón. La verdad es que esperaba algo más de bicherío, pero ya sólo con el cielo incendiado del amanecer mereció la pena.

Amanecer desde el Lavadero
Durante un rato, me escondí por ver si algún pájaro se dejaba fotografiar, pero aunque algunos se acercaron bastante, como petirrojos, acentores y currucas, no pararon quietas. A cierta distancia sí conseguí fotografiar algún zorzal (Turdus philomelus) otro esquivo invernante.

Zorzal común medio oculto en un quejigo
Otro individuo, también en un quejigo muestra su pecho moteado

martes, 11 de noviembre de 2014

BOSQUE Y MONTAÑA DE COLORINES

Este puente en la ciudad de Madrid, lo hemos pasado con amigos en Bijuesca, en la provincia de Zaragoza. Hemos disfrutado de una buena compañía en todo momento, por lo que el acercamiento a la fauna ha sido difícil, aunque los paisajes si que han permanecido a tiro de mi cámara.

El primer día lo pasamos por el Moncayo, una enorme mole que alberga varias formaciones de árboles en función de la altitud. En estos días, los hayedos, muestran una enorme variedad de colores y en uno de ellos disfrutamos de la policromía del otoño.

Desde fuera, el bosque de hayas (Fagus sylvatica) asciende por las laderas, ocupando una franja por encima del roble, y por debajo de la roca desnuda o lo pinares de pino silvestre
En el interior, aparece con el suelo cubierto de las hojas que ya han caído
En detalle, se observa toda la gama cromática que va del verde al naranja
Necesitadas de humedad, en los hayedos, el musgo pronto cubre las rocas
Sólo en gleras y canchales o, ya a muy altura, el haya no consigue prosperar
En esta época, y en un grupo numeroso es difícil descubrir a la fauna que se refugia en estos bosques, pero los niños del grupo, se quedaron encantados viendo a una gran cantidad de escarabajos peloteros, alguno de ellos haciendo lo que les da el apellido.

Escarabajo pelotero (Geotrupes stercorarius) a punto de empujar su pelota de estiércol, en la que depositará sus huevos tras enterrarla
También, los arbustos de la zona, ponían su nota de color.

Frutos de bonetero (Euonymus europaeus)
Acebo (Ilex aquifolium)
Frutos y hojas de cornejo (Cornus sanguinea)
Frutos de dulcamara (Solanum dulcamara)
Al atardecer, subimos al Santuario del Moncayo, donde el frío aire hacía que las nubes se arremolinasen alrededor de la montaña.

Vista desde el Santuario del Moncayo al anochecer
Al día siguiente, disfrutamos de Bijuesca, que es donde nos alojábamos. Allí disfrutamos de una soleada mañana, que nos hizo apreciar en todo su esplendor la montaña de colorines, una curiosa formación de areniscas de colores poco habituales.

Montaña de colorines de Bijuesca, formación de arenisca de la facies del Keuper,
una división del Triásico
Los colores le vienen dado por la distinta cantidad y tipo de óxidos de hierro
"Cumbre" de la montaña de colorines 
En el propio pueblo, si que pude encontrar algunos elementos faunísticos a los que fotografiar:

Lúgano (Spinus spinus) un ave invernante
Buitre leonado (Gyps fulvus), rara era la vez en que no sobrevolasen el pueblo
Cuatro hormigas son capaces de arrastrar a una salamanquesa (Tarentola mauritanica) juvenil muerta

Y este es el resumen de la parte naturalística de este puente en Bijuesca donde aún nos quedaron muchas cosas por ver...

Castillo y Ermita de la Virgen del Castillo