Mostrando entradas con la etiqueta lechetrezna. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lechetrezna. Mostrar todas las entradas

jueves, 3 de enero de 2013

Empezando...

Comienza el año y comienzo otro de tantos proyectos: compartir y dejar constancia de lo que descubro en la naturaleza, unas veces sólo, y las más, acompañado de mi mujer, Lucía, y un perro "prestado", Jerry. Espero que todo esto le pueda interesar a alguien, y si así es, que, si lo cree necesario, me corrija y aconseje para que sea lo más fructífero posible.

Comienzo en el lugar que, seguro, será el que más aparezca en este blog: el pueblo de Santorcaz, el pueblo de mis padres y abuelos en el que paso la gran mayoría de fines de semana y vacaciones. Es, aún, un pequeño pueblo de la Comunidad de Madrid, lindando con la provincia de Guadalajara, y aunque no es Doñana o Monfragüe aún conserva pequeños tesoros naturales que estoy empeñado en descubrir, y mostrar. Si sabiendo de la existencia de dichos tesoros, fuésemos capaces de protegerlos, me daría por satisfecho completamente.

Comienzo en los últimos días de un año agotado y los primeros de uno a estrenar. Los últimos días de Diciembre han sido días de niebla y frío. Días que no son, aparentemente, los más vistosos para un fotógrafo, pero que permiten descubrir paisajes de acuarela, aguados. 




El frío nos recuerda que monte y olivar no se queman, es la niebla que llega tras unos segundos en que el sol quiso aparecer.



Buscando con más detalle podemos ver cómo esa niebla se agarra a todas las cosas y cómo las plantas acumulan esas gotas de agua que viajan con el viento.

Escaramujos de rosal silvestre (Rosa canina) rociados por la niebla

Hojas de lechetrezna (Euphorbia nicaaensis

Pilosidad empapada de marrubio (Marrubium vulgare)
Finalmente tras llover en Nochevieja, el día de Año Nuevo salió el sol y aunque no salí al campo, esta vez fueron algunos pajarillos los que se acercaron al jardín de casa buscando las pocas olivas que no hemos cogido este año. Así lo hizo un macho de curruca cabecinegra que, asustada por nuestra presencia, se subió a un almendro a tomar el sol.


Curruca cabecinegra macho (Sylvia melanocephala)  
  

Y con esto termino, ¡espero que nos veamos pronto!