La mañana del sábado hicimos una visita relámpago a Santorcaz, y dimos un corto paseo por el campo. Ya pasado el mediodía no había mucho movimiento, y se notaba que ya estamos en otoño, el monte está tranquilo y silencioso, no quedan ya golondrinas y tampoco vimos a las avecillas que han protagonizado las entradas anteriores: papamoscas, mosquiteros, tarabillas norteñas, etc.
Sin embargo, siempre conviene parar un rato a mirar y pronto fuimos recompensados con el avistamiento de tres águilas reales (Aquila chrysaetos). Las reinas de la avifauna ibérica siempre son dignas de aparecer en una foto, aunque estuviesen a gran altura. Fueron dos águilas adultas y un juvenil, lo que parece indicar que este año, la pareja que regenta esta zona ha conseguido sacar adelante a al menos un pollo .
Águilas reales adultas cerniéndose contra el viento |
Tras mirar al cielo, miramos al suelo, y esta vez descubrimos una enorme hembra de mantis religiosa (Mantis religiosa). Este amenazador, aunque inofensivo insecto, es famoso por la costumbre de las hembras de comerse al macho mientras se produce la cópula. La verdad es que esta situación es posible, pero la mayor parte de las veces, el macho sale indemne. Algunos en Santorcaz, también la conocen con el nombre de cerbatana.
Mantis religiosa con sus pinzas plegadas, a modo de rezo, lo que ha dado apellido a este insecto |
Por último, una foto que denuncia cómo la basura que dejamos por ahí interfiere con la fauna. Los excrementos de jabalí de esta foto muestran que hoy por hoy, muchos animales encuentran su alimento en la basura humana. Luego algunos se extrañan de que jabalíes y zorros, se acerquen a zonas pobladas o sean cada vez más abundantes. Animales inteligentes y adaptables como ellos, siempre encontrarán algo que llevarse a la jeta, si no controlamos nuestras basuras.
Excrementos de jabalí con restos de plásticos |