El pasado domingo sí que la sensación era otoñal: olores, colores y sonidos lo corroboraban. Los primeros sonidos de la mañana en el propio pueblo de Santorcaz eran los silbidos, cantos e imitaciones de los estorninos negros (Sturnus unicolor) o tordos, como son llamados allí.
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Grupo de estorninos o tordos, grandes imitadores que suelen copiar el
canto de aves como oropéndolas, perdices y cernícalos |
La humedad también se sentía: todas las hierbas sostenían miles de gotas de rocío y desde lo alto del páramo, tan sólo descabezaba la parte superior del cerro de El Viso, estando el valle del Henares cubierto de niebla.
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| En el centro de la imagen y a la izquierda el cerro de El Viso sobresale entre la niebla |
Era el aire enfriado y cargado de humedad del páramo el que se deslizaba por los cerros y acumulaba la niebla en los valles.
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| Niebla bajando por los cerros, hacia los valles. Al fondo la Sierra de Guadarrama |
Los colores otoñales también empezaban a destacar en los árboles caducos:
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| Hojas amarilleando de nogal (Juglans regia) |
Mientras unos iban de amarillo, otros árboles lucen de rojo.
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| Hojas de ciruelo silvestre (Prunus insititia) |
Ya en medio del monte, los sonidos me trasladaban al otoño-invierno: zorzales y petirrojos bullían en las zarzas. Sin embargo no se mostraron a la cámara, como sí hicieron otras especies, aunque nunca tan cerca como me hubiese gustado.
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| Tarabilla común macho (Saxicola torquata) |
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| Pinzón vulgar macho (Fringilla coelebs) |
Sin embargo, el ave que más me sorprendió, fue una curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), ave estival que yo ya suponía por el centro de África.
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| Curruca carrasqueña |
Por el suelo, también todo era otoño:
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| Azafrán de otoño (Croccus serotinus) |
Los hongos se mostraban en las formas más curiosas posibles, alimentándose sobre la materia muerta:
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| Hongo mixomiceto sobre acículas de pino |
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| Hongo gelatinoso posiblemente Dacrymyces stillatus |
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| Pequeña seta (parte reproductora de un hongo) creciendo sobre la madera |
Y como días antes había llovido, los mamíferos dejaron sus huellas en el barro.
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| Huella de un gato pequeño, o de una gineta |
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| Huella de jabalí (Sus scrofa) |
Por fin, al llegar a casa una hiedra me llamó la atención, porque al estar en plena floración atraía a una gran multitud de insectos. Avispas, moscas y abejas se disputaban néctar y polen.
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| Avispa en vuelo que no sobrevuela a una enorme mosca cernícalo |
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Vista de la mosca cernícalo, se puede comprobar su gran tamaño en
comparación con una mosca común, que está a su izquierda. |
