lunes, 12 de octubre de 2020

CHARAXES JASIUS EN MADRID

Volvemos a vernos sin poder salir de Madrid, pero disponemos de parque de sobra cerca de casa, así que lo llevamos bien, a ver si aprovechamos para quitar los ruedines de la niña. Esta mañana, a la que nos volvíamos nos hemos encontrado con una joya en el suelo. Se trataba de una de las mariposas más grandes y coloridas de la Península Ibérica, la mariposa del madroño o Charaxes jasius.

A pesar de que hay madroños en Madrid, no creo que se reprodujese en el parque, sino que estuviese migrando huyendo del frío

Estas mariposas empiezan a desaparecer por esta época, pues no hibernan en estado de adulto. Como no lo sabía cuando la cogimos, y no se soltaba de mi dedo, nos la llevamos a casa a ver si se recuperaba. Parecía que sí, pues con una uva que le ofrecimos se puso a sorber sus jugos inmediatamente, pero mis libros lo confirmaron pronto. Estaba muriendo lentamente pues su ciclo de vida es así. Unas horas después ya está prácticamente inmóvil y supongo que mañana será un bonito recuerdo, pero sus huevos habrán quedado en algún madroño y el año que viene volarán otras como ella. Ya teníamos la lección aprendida, pero ésta mariposa es mucho más llamativa que las torpes polillas blancas de los gusanos de seda.

Hoy la lección para la niña ha sido la espiritrompa, la "pajita" enrollable de las mariposas para libar néctar, jugos, sudor y otros fluidos. De hecho es habitual ver a estas mariposas succionando los líquidos de los excrementos