domingo, 24 de febrero de 2013

Madrid Río... y frío

El temporal de frío que llegó la noche del viernes, ha hecho que nos quedemos este fin de semana en Madrid, pero no en casa. Este domingo hemos ido a pasear por Madrid Río, el nombre pijo del río Manzanares en la ciudad de Madrid. Entre Legazpi y el Calderón hay multitud de gaviotas y, a veces, se descubren especies raras, de hecho el año pasado vimos una Gaviota de Delaware, una especie americana.

Las gaviotas no se me dan bien, y sin ayuda o con un ejemplar muy evidente, no soy capaz de descubrir estas rarezas, pero siempre es un lujo ver y fotografiar aves que no rehuyen al hombre, pues ya están cansadas de vernos.

Es el caso de los bonitos azulones (Anas platyrinchos) que se congregan bajo los puentes cuando los niños les echan pedazos de pan.



Se dejan ver fácilmente también los cormoranes grandes (Phalocrocorax carbo), unas aves pescadoras que tienen la peculiaridad de que sus plumas se empapan en el agua, pues no están impregnadas de aceite. Esto les permite bucear, pero les obliga a secarse al sol para no congelarse de frío. En esta mañana, hemos podido ver hasta tres clases de edad:

Cormorán juvenil con el pecho blanquecino

Adulto no reproductor completamente negro, secándose al sol.

Adulto con plumaje reproductor: calzas y cabeza blancas y resto negro brillante.

Otras aves que también tienen varios plumajes según su edad, son las gaviotas sombrías (Larus fuscus). Éstas se alimentan de restos de basura, comida de la gente y cualquier cosa que puedan robar a otras especies.

Gaviota sombría adulta, mirando hacia el cielo

Gaviota sombría con un pedazo de pan probablemente en su tercer invierno

Gaviota sombría adulta en vuelo y bajo ella un ejemplar probablemente en su segundo invierno

La gaviota reidora (Larus ridibundus) es la otra especie frecuente de gaviota madrileña, bastante más pequeña que la sombría.

Gaviota reidora adulta con el plumaje estival (cabeza negra)

Gaviota reidora adulta con el plumaje aún invernal

Entre las especies acuáticas, también hay alguna gallineta (Gallinula chloropus) o polla de agua. En este ejemplar podemos ver que, al contrario que patos, cormoranes y gaviotas no tiene las patas palmeadas, sino simplemente lobuladas., Son peores nadadoras, pero en cambio se mueven rápidamente entre la vegetación de ribera.

Gallineta en el Puente de Toledo decidiendo si se moja o no.

Un poco más arriba que la gallineta, las palomas (Columba livia) descansan en cualquier resalte del granito del Puente de Toledo.

Paloma dormitando en el Puente de Toledo

Y para terminar, cuando ya salíamos del metro de vuelta a casa, una última mirada al cielo nos ha permitido ver cientos de grullas (Grus grus) girando sobre Madrid para orientarse en su viaje hacia el Norte. Parece que intuyen el final del invierno, aunque parece que todavía nos quedan unos días de frío.



miércoles, 20 de febrero de 2013

Gorriones morunos, obras, plumas y esa primavera que no llega...

Este fin de semana hemos estado en Santorcaz, y aunqueornitológicamente hablando, no ha sido espectacular sí que hay varios asuntos que merecen la pena reseñarse:
  • La continuidad de una colonia de gorrión moruno (Passer hispaniolensis)
  • La adaptación de algunas aves a los impactos humanos
  • La impaciencia por la llegada de la primavera 
  • La posibilidad de saber cosas de las aves por sus señales


Una colonia de gorrión moruno


La inexistencia de hojas en algunos árboles, permite detectar fácilmente los nidos de muchas aves que pasan desapercibidos durante la primavera y el verano. Este sábado en un corto paseo pudimos observar cómo en una pequeña chopera un nido de ratonero común (Buteo buteo) sirve de foco de atracción a los gorriones morunos. Es este gorrión un habitante habitual del norte de África y el suroeste de la Península Ibérica, que está protagonizando una expansión hacia el norte y el este. De hecho, detecté su presencia en Santorcaz en 2008. Dado que hay nidos de rapaces en juego, no desvelo el lugar.






Como se puede ver en la foto, los nidos de gorrión (pequeños) se arremolinan en torno al del ratonero (el mayor abajo), buscando, seguramente, la protección que una rapaz puede producir frente a otras rapaces, urracas, o pequeños mamíferos. Durante el verano pude fotografiar a uno de estos gorriones morunos, que se diferencian del común por presentar un gran babero negro que se extiende en forma de estrías por los flancos, mejillas blancas y coronilla rojiza.

Macho de gorrión moruno


Aves e impactos humanos


He dedicado unos 5 años de mi vida profesional al seguimiento del impacto de las obras lineales en el medio ambiente. Ahora en Santorcaz, el Canal de Isabel II está realizando una canalización hasta Los Santos de la Humosa. Esta herida abierta tardará en cicatrizar en muchas zonas, y tal vez algún día haga una entrada valorando las medidas correctoras tomadas y los impactos residuales que pueda detectar.

Vista de las obras con Santorcaz al fondo y el Arroyo de la Dehesa en el centro.

A pesar de todo, el agua es un poderoso atractivo para muchas especies, como para este azulón o ánade real (Anas platyrhynchos), que incluso rodeado de mallas y cintas de obras, tubos y arquetas encuentra reposo en los charcones creados por las obras al represar el arroyo. Siempre ha habido patos en el arroyo (cuando lleva agua) pero llama la atención que haya elegido la zona más expuesta para pasar la mañana.




La primavera que no llega


Parece que las plantas más impacientes están deseando la llegada del calorcito, y así los almendros están a punto de explotar en flor...





... algunos no pueden resistirse y se arriesgan a sufrir una helada, y es que recordemos que estamos a más de 800 m de altitud.



También las aliagas (Genista scorpius) están a punto de teñir de amarillo los cerros más resecos.


La Lithodora fruticosa (asperón, carrasquilla, planta de las 7 sangrías) tampoco se resiste, y tímidamente empieza a ofrecer sus flores a insectos casi inexistentes...


Y digo casi inexistentes, porque me pude topar con esta bonita oruga, que a pesar del rocío de la mañana, se abría paso entre las hojas. Gracias a la ayuda de mi amigo Gabriel, he podido poner nombre a este insecto: Chondrostega vandalicia, que se trata de una polilla endémica de la Península Ibérica.



Plumas y señales


El estudio de la fauna no siempre depende de la observación directa, sino que muchas veces se puede obtener mucha información con el análisis de las señales dejadas por ésta.

Es el caso de las plumas que encontré bajo una encina. Allí había unas 20 plumas recientes de búho chico (Asio otus). También había algunas viejas de paloma torcaz, pelo de conejo, y huesos de mamíferos. Es decir había descubierto el lugar donde un gran depredador se oculta para devorar sus presas tranquilamente. Puesto que las plumas estaban arrancadas y no cortadas (como haría el mordisco de un mamífero) deduje que se trataba del lugar donde descansa habitualmente un búho real (Bubo bubo).


Plumas de búho chico

Algunas egagrópilas (restos semidigeridos de pelo, pluma y hueso que regurgitan las rapaces) y sobre todo, una pluma enganchada en una aliaga, me confirmó la idea de que un gran búho real estaba eliminando competidores en la zona.



Plumón de búho real




domingo, 10 de febrero de 2013

Identificando aves en parques - Cuña Verde de O´Donnell

Este fin de semana, la gripe ha llegado a casa, así que he tenido que actuar de enfermero. Sin embargo he podido darme una vuelta cerca de casa, por el Parque de la Cuña Verde de O´Donnell. Se trata de una extensa superficie que mantiene zonas ajardinadas y otras "abandonadas". Tener un blog, hace que también sigas otros, y así descubrí la entrada de Javier Grijalbo sobre esta zona. Este prolífico naturalista la describe perfectamente, así que si alguien desea ampliar la información de la zona puede visitar su blog (pincha aquí).

También me ha animado para hacer esta entrada, cierta conversación con un amigo, que no es capaz de identificar muchas de las aves que ve por los parques de Madrid. Así que si alguien está en su misma situación, aquí van algunas pistas.

Algunas aves medianas, son inconfundibles, sólo hay que tener los ojos abiertos:


La urraca (Pica pica) es desde hace unos años un pájaro frecuente en parques y jardines.

Los escapes y sueltas han hecho que la cotorra argentina (Myiopsita monachus) sea ya una más entre nosotros.

También hay aves medianas que pueden dar lugar a alguna confusión, a pesar de ser abundantísimas:

Todos conocemos a la paloma doméstica Columba livia) y ésta nos saluda guiñando un ojo

Algo mayor, la paloma torcaz (Columba palumbus) posee un marca blanca en el cuello y otras en las alas. Confiada en la ciudad, nunca dejaría acercamientos como este en el monte.

La cosa se puede complicar con las aves pequeñas, que guardan las distancias y que sin prismáticos, son más uniformes. Empezamos con el gorrión, que todos conocemos.

El gorrión común macho (Passer domesticus) posee un babero negro, mejillas blancas y aunque no se aprecia en la foto, la coronilla es gris. Le veremos por cualquier sitio si hay presencia humana.

El gorrión molinero (Passer montanus) no tiene babero, las mejillas son negras y toda la cabeza rojiza. No le encontraremos en zonas totalmente urbanizadas, sólo en afueras de ciudades, descampados y parques grandes.

Pero es que además, también hay diferencias entre sexos, y mientras los machos se parecen a unas especies, las hembras se pueden confundir con otras especies diferentes.

Hembra de gorrión común, sin baberos, mejillas, ni adornos en la cabeza...

Hembra de pinzón vulgar (Fringilla coelebs) es parecida a las gorrionas, pero con marcas blancas en cola y alas, y tonos más uniformes en el plumaje.

El macho de pinzón, en cambio, sí posee unos colores más llamativos
Seguimos con otras posibles especies conflictivas: en este caso de plumaje negro y tamaño mayor que un gorrión.

El estornino negro (Sturnus unicolor) tiene el plumaje brillante y se mueve caminando, normalmente en grupo.

El mirlo común (Turdus merula), en cambio se mueve a saltos y son típicos su chillidos cuando sale volando si le hemos asustado. Al amanecer y anochecer se escucha su melodioso canto en lo alto de un árbol.
En tonos verdosos y muy pequeño tamaño, tenemos otra pareja de aves similares, si no nos fijamos en los detalle.

El inquieto mosquitero común, (Phylloscopus collybita) es verde oliváceo, de tonos uniformes y pico finísimo pues le encantan los insectos. 

El verdecillo macho (Serinus serinus) tiene colores más amarillos y es listado. El pico es corto y fuerte, para poder triturar las semillas que encuentra por el suelo.
Y aunque hay muchas más especies en nuestros parques y jardines, acabo con tres pajarillos más que he podido ver hoy.


Cuerpo oscuro y cola roja señalan al colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) , especie amante de tejados y muros con agujeros.

La curruca cabecinegra (Sylvia mellanocephala), vive en jardines con abundante matorral y árboles dispersos.

A la lavandera blanca (Motacilla alba) la veremos moviendo arriba y abajo su larga cola, mientras corretea por espacios abiertos, aceras, calzadas, etc.

Espero que la próxima semana el tiempo y las enfermedades, nos permitan ir un poco más lejos, si no, siempre puede uno bajar a la calle y quitarse el "mono". 

lunes, 4 de febrero de 2013

Día Mundial de los Humedales - Soto de las Juntas

El 2 de febrero ha sido el Día Mundial de los Humedales, así que para celebrarlo, este domingo hemos estado en el Soto de Las Juntas, área del Parque Regional del Sureste (Rivas Vaciamadrid) en donde el Manzanares se une al Jarama. Entre ambos ríos hay una laguna cuyo origen es una antigua gravera restaurada para dar cobijo a numerosas aves acuáticas.

Hoy, por lo tanto, cambiamos de aires, que nunca viene mal, y aunque el aire ha sido protagonista por lo intenso y frío, hemos podido ver alguna cosilla interesante.

Nada más llegar, siempre nos asomamos al Manzanares. En sus orillas suele ser fácil ver pajarillos y aves que se alimentan de la multitud de insectos que emergen de sus contaminadas aguas. Entre ellos, muchos mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), casi imposibles de fotografiar por sus rápidos movimientos.


También las lavanderas blancas (Motacilla alba) se ponían las botas en las orillas, llenas de plásticos, trapos...


Más sigilosas, las pollas de agua o gallinetas (Gallinula chloropus), también picotean aquí y allá, siempre en la orilla más lejana del observador.



Hasta llegar a la laguna y el río, hay un cómodo paseo, donde también es fácil ver a los relativamente confiados petirrojos (Erithacus rubecula).



Finalmente, llegamos a la laguna, entre los ríos Jarama y Henares y con los cortados de La Marañosa al fondo. 


La verdad es que que no había mucho paterío, pero buscando siempre se puede encontrar algunos patos nadadores, como el ánade real o azulón (Anas platyrhynchos)...


... o el bonito pato cuchara (Anas clypeata).


Entre los patos buceadores había algunos porrones moñudos (Aytha fuligula).



A pesar de todo los patos, la acuática más abundante en la laguna es, sin duda, la ruidosa focha común (Fulica atra), que no es un pato, es pariente de la gallineta que citábamos en el Manzanares.


Junto a la laguna, discurre el río Jarama, que más caudaloso que el Manzanares, permite también la presencia de otras anátidas, como el ánade friso (Anas strepera), dentro del grupo de los patos nadadores.


La vistosa cerceta común (Anas crecca), pequeño y veloz pato, también pasa el invierno con nosotros, aunque es bastante tímida y enseguida busca la protección de las orillas.


No puede faltar también un pato buceador como el porrón común (Aythya ferina), que parece gustar más de las aguas con cierta corriente.



En el punto medio de esta ruta circular se produce la unión entre ambos ríos, por la izquierda el Jarama, y por la derecha el Manzanares.


Cuando ya volvíamos hacia el aparcamiento, unos pajareros parados mirando hacia la orilla, esta vez la del Manzanares, nos hicieron pensar que algo de interés había allí. Y buscando, buscando, encontramos una preciosa hembra de avetorillo (Ixobrychus minutus), la más pequeña de nuestras garzas y que es un invernante muy raro en España, ya que es considerado sólo como ave estival.



Ya apretando el paso de vuelta, tras las últimas paradas, una blanquísima cigüeña (Ciconia ciconia) nos hace levantar la cabeza...



... y nos hacen percatarnos de que no sólo nosotros celebrábamos el Día Mundial de los Humedales, sino que algunos más se habían reunido con nosotros para celebrarlo.