lunes, 28 de julio de 2014

CAMUFLAJES, TÓRTOLA EUROPEA Y RUINAS

Ha hecho mucho calor este fin de semana en Santorcaz, y esta vez no hemos salido mucho al monte.
El viernes por la noche no sé cómo fuimos capaces de ver a esta salamanquesa (Tarentola mauretanica) en un lugar poco habitual, un bordillo. Normalmente suelen estar en lugares más altos, lejos de gatos y y otros depredadores terrestres.

Prácticamente, sólo los ojos delatan a la salamanquesa
El domingo madrugué un poco, y continuando con el tema del camuflaje, me percaté de cómo un abejorro no había podido descubrir el disfraz de una araña cangrejo, un tomísido, que adoptó el color blanco de las flores en las que acechaba a los incautos.

Este abejorro no se dio cuenta de que en la flor blanca, no todo eran pétalos
Después me entretuve viendo a una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) que se acicaló parsimoniosamente el plumaje, y con un alcaudón común joven (Lanius senator), que tenía más curiosidad que miedo al ser humano que le observaba.


Así se acicala la garganta una curruca cabecinegra macho


Alcaudón juvenil, con sus discretos colores
Me llamó la atención que la inmensa mayoría de las mariposas  eran las Lysandra albicans, que obviamente vuelan en pleno verano. 

Niña andaluza
Y después pude fotografiar testimonialmente a una tórtola europea (Streptopelia turtur) una especie nueva en el blog y que cada vez es más escasa.

Tórtola europea en un sauce
El mismo individuo dado en otra postura
Tras toparme con un zorro y un búho real que no quisieron salir en la foto, ya sólo encontré pájaros cerca del agua.

Abejaruco (Merops apiaster) a la sombra en una encina
Triguero (Emberiza calandra)
Buitrón (Cisticola juncidis)
Por último, acabo con una imagen desoladora:

Ruinas de la Ermita de Orcález
No hace muchas décadas, en este lugar se alzaba una de las ermitas más antiguas de la Comunidad de Madrid, rodeada de huertas y un arroyo flanqueado por álamos, sauces y nogueras. Hoy sólo quedan ruinas de piedras, madera pudriéndose, el arroyo es una canal que cada año se limpia como si fuese una simple tubería, no hay rastro de huertos y los árboles que quedan languidecen tristemente. Es una pena pensar, que como cuentan nuestro mayores, hace unas pocas décadas se hacía una romería a la sombra de enormes árboles. Ni autoridades ni ciudadanos hemos sabido cuidar nuestro patrimonio histórico y natural, y en otras pocas décadas es posible que ya no quede ni rastro de esos recuerdos.

lunes, 21 de julio de 2014

BÚHO REAL, ÁGUILA CULEBRERA... Y FRESCO!

La primera ave que vi el sábado nada más levantarme, fue un águila culebrera (Circaetus gallicus) que se cernía a gran altura sobre el patio de casa. Como el cielo estaba cubierto de nubes, la foto no es muy buena, pero permite identificar su silueta y se aprecian las partes ventrales blancas. Debe haber culebras en los corrales y tejados de Santorcaz…


Águila culebrera con su frecuente capuchón oscuro
Parecía que el fin de semana empezaba bien, y por la tarde acompañados de unos amigos que tienen cariño por estas tierras, nos fuimos a dar un paseo. El pertinaz y frío viento hizo que casi lo único que disfrutásemos fuese de la compañía, porque la tarde naturalísticamente no dio para mucho, y acabamos pasmados de frío... un 19 de julio. En fin, cosas más raras nos quedarán por ver, pero ese día sólo grabé en la memoria de la cámara un atardecer en el que contrasta la sequedad del rastrojo y la humedad de las nubes que traía el viento.


Frío atardecer de julio sobre el rastrojo
A la mañana siguiente, intenté desquitarme, y para empezar me recibió un joven jilguero (Carduelis carduelis) que me observó desconfiado.


Jilguero joven, totalmente parduzco salvo las alas negras y amarillas
De nuevo imperó el silencio, hasta que un “monstruo” salió delante de mis narices y sólo tuve tiempo para encender, apuntar y disparar mi cámara en el justo momento en el que casi desapareció tras el horizonte. Hacía tiempo que no me topaba con un búho real (Bubo bubo) por Santorcaz, así que pensé que la mañana pintaba bien.


Búho real a la fuga

Pero de nuevo, parece que la bajada de las temperaturas y algunas rachas de viento no ayudaban, y tan sólo pude hacer algunas fotos a cierta distancia a algunos pajarillos.

Alcaudón común (Lanius senator) juvenil
Tarabilla común (Saxicola torquata) probablemente hembra,
 pues no tiene la cabeza negra
Oropéndola macho (Oriolus oriolus) graznando
Oropéndola hembra medio oculta

lunes, 14 de julio de 2014

RASCÓN EUROPEO Y CALORES DEL VERANO



Tras un par de semanas de ausencia, volvemos a Santorcaz con los rigores del verano manifestándose en plenitud. El sábado, al atardecer, dimos un paseo por unos campos que, entre un invierno seco, y pedriscos veraniegos, han podido ofrecer muy poco esta temporada. Ante la cámara sólo se mostraron en condiciones dos componentes vivos de este paisaje, una orejuda liebre (Lepus granatensis) y una hormiga león.

Liebre alerta en el rastrojo
Hormiga león (Myrmeleon formicarius), que sólo
en su estado larvario se parece a las hormigas verdaderas
También los elementos inertes tuvieron su protagonismo, y al mismo tiempo, mientras al oeste el sol se ponía tras las cumbres de la Sierra de Guadarrama, al este la luna llena asomaba por el horizonte. El chillido del alcaraván, que no pude registrar, contribuía a crear un ambiente sobrecogedor a esas horas de la tarde.

Atardecer sobre la Sierra de Guadarrama, con la Bola del Mundo a la derecha
Como saltando a la comba, la luna llena superó todos los cables
Al día siguiente madrugué un poco, aunque en seguida el calor imperó y fue difícil fotografiar a la fauna. No obstante, empecé ocultándome bajo un sauce del Arroyo de la Dehesa, y al rato apareció un rascón (Rallus aquaticus) picoteando invertebrados del fango y el agua.

Rascón, un ave acuática de movimientos cautelosos,
 como se aprecia en el vídeo siguiente


Una vez grabado, me levanté y anduve por zonas mucho más secas en el que sólo era posible fotografiar a algunos cazadores alados, que montando guardia sobre perchas expuestas, soportaban estoicamente el sol de mediados de julio.

Alcaudón común (Lanius senator) adulto
Alcaudón común joven 
Alcaudón común mudando las plumas de la cabeza
Escribano montesino (Emberiza cia) con un gran insecto en el pico
Áquila culebrera (Circaetus gallicus) en un tendido eléctrico


lunes, 7 de julio de 2014

PICOS DE EUROPA LEONESES Y COSTA CÁNTABRA

Esta semana pasada, Lucía y yo hemos pasado unos días estupendos en el Valle de Valdeón, en los Picos de Europa leoneses, y en Noja, en la costa cántabra. Salvo un par de ratos, hemos gozado de un tiempo relativamente bueno y hemos visitado ciudades y pueblos como Comillas, Santillana del Mar, Santander, Santoña, Laredo, Castro-Urdiales y Bilbao; la parte naturalística nos fue más o menos como cuento a continuación.

Entramos por Riaño, donde paramos a comer y a guarecernos de un chaparrón, y allí ya entramos en contacto con la montaña cántabra.

Embalse y picos de Riaño (León)
Junto al embalse, eran abundantes los colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros)
Después de reponer fuerzas nos dirigimos a Posada de Valdeón, pueblo más importante del valle en el que nos íbamos a alojar. Como vimos que el tiempo mejoraba nos atrevimos a dar un paseo rodeados de los montes más altos de los Picos de Europa. En la caminata, ya empezamos a descubrir algunos de los tesoros de estas montañas


Cordiñanes, pueblo en el que nos alojábamos
Tarabilla común macho (Saxicola torquata)
Un zafiro y una esmeralda, con distinto enfoque,
en azul un licénido, y en verde una Adscita hispanica
Con el enfoque invertido, los mismos protagonistas
Cornejas negras (Corvus corone)
Lasiommata maera, o mariposa pedregosa
Lylium pyrenaicum, o azucena silvestre o flor de lis
Melitaea phoebe, o doncella sobre un lirio silvestre
Zygaena trifolii, o zygena de 5 puntos
Al día siguiente hicimos la ruta del Cares desde Cordiñanes, unos 37 km en los que disfrutamos de paisajes espectaculares, en los que también habitan numerosos animales.


Garganta del Cares, se observa a la izquierda el camino tallado en la roca
En Caín, un pollo de petirrojo (Erithacus rubecula) no se asustaba de los montañeros
Junta a una pradera, también en Caín, un Verdecillo (Serinus serinus) se desgañitaba
Este petirrojo aprovechaba los rezumes del canal de aguas rápidas para acechar larvas de insectos
Vimos mucho mirlos acuáticos (Cinclus c.), pero era difícil fotografiarlos en buenas condiciones
 A pesar de tanta roca, esta pareja de lagartijas roqueras (Podarcis muralis
se buscaban en un tronco seco
Juvenil de Escribano montesino (Emberiza cia)

Como nos supo a poco el palizón del día anterior, al día siguiente decidimos hacer una ruta con una ascensión de más de 600 m, para superar los 2000, en donde la fauna y flora ya es típicamente alpina.



Panorámica desde el Canal de Pedavejo
Antes de llegar a lo más alto, cuando aún hay matorral, se veían y escuchaban multitud de acentores comunes (Prunella modularis)
Cuando ya el frío impide el desarrollo de matorral, y sólo hay herbazales y roca, ya encontramos a los acentores alpinos (Prunella collaris)
A 2.000 m los buitres (Gyps fulvus) casi se pueden tocar
También aparecen las chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus)
Y aunque menos montañeras, también había chovas piquirrojas (Pyrrhocorax p.)
En herbazales y roquedos también crían las collalbas grises (Oenanthe o.)
Pero las estrellas para mí ese día, fueron los gorriones nivales (Montifringilla nivalis), que nunca había visto
Con su pico amarillo, un joven gorrión nival descansaba sobre una roca
También muy montañeros son los rebecos (Rupicapra r.), que se refrescan en los neveros
A principios de verano, las gencianas florecen (Gentiana angustifolia)
Entre rocas y sometidas a temperaturas extremas, las matas de Linaria alpina alegran gleras y canchales
Directamente en la roca, enorme líquenes logran subsistir
Las lagartijas, acechan a los suculentos insectos
Las prímulas también ascienden a las alturas para florecer
Erebia triaria una mariposa muy montañera
Ortiguera (Aglais urticae) una mariposa muy frecuente en la ruta 

En el comienzo y final de la ascensión bajo las calizas de los picos, las turbiditas muestran su típica alternancia de areniscas claras y pizarras oscuras. Siempre sorprende encontrar a más de 1.000 metros de altura estas rocas formadas en cañones marinos
Desde las curvas del Puerto de Pandetrave, donde comenzaba la ruta, vimos varios ciervos (Cervus elaphus)
Al día siguiente subimos entre la niebla y la llovizna desde Soto de Sajambre a Vegabaño por la mañana. Por la tarde deambulamos por Oseja de Sajambre y Soto de Valdeón. Vamos, un día de hayedos, robledales y árboles de hoja caduca. 

Majadas de Vegabaño
Ni la lluvia ni el viento asustan a los acentores comunes
Escribano cerillo (Emberiza citrinella) en un majuelo
Una pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) perseguían golondrinas y aviones bajo la llovizna.  
También apareció un alimoche (Neophron percnopterus) que fue escoltado por la pareja de halcones fuera de su territorio de caza
Papamoscas gris (Muscicapa striata) acechando insectos voladores
En los abrevaderos de Oseja de Sajambre tritones palmeados (Lissotriton helveticus) compartían su hábitat con varias especies de renacuajos
Y tras visitar la Cueva de El Soplao, Comillas y Santillana nos fuimos a la playa, a Noja, y nos encontramos este anochecer.


Anochecer en la Playa de Ris, en Noja
A la mañana siguiente, mientras yo buceaba viendo pulpos, 
un cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) pescaba
Con el estómago lleno, había que secarse al sol pues las aguas del cantábrico son frescas
En las dunas que aún quedan en estas playas, las cicindelas que no capturaban insectos se dedicaban a buscar pareja.
En una higuera de un islote de la playa de Ris, un enorme bando de garcetas comunes (Egretta Garzeta) y garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) descansaban a salvo de los bañistas
Rodeando a Noja se encuentran las marismas de Joyel y Victoria, que una tarde antes de acercarnos a Santander, visitamos rápidamente.


Marismas de Joyel entre Noja e Isla
Entre la vegetación de ribera, nos apareció esta lagartija italiana (Podarcis sicula),
 que se trata de una especie introducida en España
En las marismas de Victoria abundaban los cisnes (Cygnus olor)
Garza real adulta (Ardea cinerea)


Grupo de gaviotas reidoras (Larus ridibundus)
Como he dicho, por la tarde fuimos a Santander, y en la península de La Magdalena un joven estornino pinto (Sturnus vulgaris) llamó mi atención, ya que no es un ave reproductora en la zona centro.

Joven estornino pinto
El penúltimo día pasamos la mañana recorriendo la enorme playa de Trengandín, también en Noja.

Playa de Trengandín
Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) en vuelo
Gaviota patiamarilla posada sobre las típicas rocas que afloran en la playa
Este brillante carábido, había sufrido algún problema y con sus élitros rotos, "cojeaba" sobre la arena
Y nuestro viaje acabó en Bilbao, y como siempre es posible encontrar fauna y flora curiosa en cualquier lugar, no me despido con una foto del Guggenheim, sino con un zorzal. Es un pájaro ausente, salvo en invierno, de la zona centro de la que siempre suele versar este blog, y que esta vez no ha sido la protagonista.


Zorzal común (Turdus philomelos)