viernes, 24 de julio de 2020

UN CORZO Y MUCHOS CONEJOS

El domingo pasado, volví a salir al campo con la bicicleta, un par de horas nada más. A pesar del madrugón no hacía mucho fresco y había poca actividad, así que me senté media hora bajo una encina a ver qué pasaba. Tampoco pasó mucho, aunque estuve sentado a menos de cien metros de un joven corzo (Capreolus capreolus) durante 15 minutos sin verle. Cuando le descubrí, estuve otro cuarto de hora contemplándole tranquilamente sin que me viese. Supongo que su madre no andaría lejos, pero a ella no la descubrí, seguro que ella a mí sí. 

Al final del vídeo se ve la distancia a la que estoy del corzo.

A la sombra de un almendro pasaba l mañana este orejotas

No se movía mucho, olisqueaba y mordisqueaba algo de vez en cuando y poco más

Miraba alerta con sus ojos y orejas, pero nunca lo vi nervioso por mi presencia

Junto a mi asiento algunas Hipparchia fidia  peleaban entre ellas,
pero posadas eran difíciles de ver

Pero la jornada no empezó con el corzo, sino con algunas aves de los campos recién cosechados.

Un joven del año alcaudón común (Lanius senator)

Éste otro jovenzuelo estaba sobre una señal

Este buitrón (Cisticola juncidis) ni siquiera dobla la ramilla sobre la que está posado

Acabo con otro mamífero, el conejo (Oryctolagus cunniculus), que debe ser que ha tenido un buen año porque conté más de 50 en toda la mañana.
  
En una sombra en el rastrojo, uno de los pocos conejos que no salieron corriendo al verme en la bici

domingo, 19 de julio de 2020

PAREJA DE ÁGUILAS CULEBRERAS


El domingo pasado, como cayó un buen chaparrón a primera hora y estaba algo fresca la mañana, nos dimos un corto paseo en familia para estirar las piernas. Cuando estábamos entrando en el pueblo una pareja de águilas culebreras andaban haciendo piruetas y volando muy juntas. Aunque sólo pude disparar una ráfaga, me sirve para contar algo de esa semana.


Grandes águilas predominantemente blancas, águilas culebreras
La que vuela más alta le muestra las garras a la más baja
Puede ser un efecto de la altura, pero una parecía más grandota que la otra, en las rapaces las más grandes son las hembras
Aquí una de ellas en detalle, "la pequeña"
Y esta otra es la más grande
Algún día me entretendré en revisar todas las fotos de águilas culebreras a ver si puedo identificar individuos que repitan año tras año, pues tienen un plumaje con sus marcas personales.

miércoles, 8 de julio de 2020

AGUILUCHO PÁLIDO, CUERVOS Y CERNÍCALOS TEMERARIOS

Como en mi anterior paseo me harté de encontrar garrapatas a cada paso, el domingo decidí coger la bici y no salir de los caminos. Madrugué un poquito y volví casi a desayunar a casa con un par de avistamientos de aves que no esperaba ver en periodo reproductor (aguilucho pálido y cuervo) y un par de lances protagonizados por los valientes cernícalos vulgares.
Empiezo por una pelea entre un cernícalo (Falco tinnunculus) y un ratonero (Buteo buteo). Éste tuvo que huir ante la insistencia del pequeño, a pesar de alejarse en varias ocasiones, posándose en varios postes cada vez más lejanos.

Un ratonero tranquilo, rodeado de cables...
.... agacha la cabeza ante la pasada del cernícalo... 
... en otro poste también tiene que alzar el vuelo ante la insistencia del cernícalo, un gran peligro con tanto cable alrededor.
Después, creí ver el típico aguilucho cenizo habitual de los campos alcarreños, pero era demasiado blanco y limpio de alas, con la cámara vi que era un aguilucho pálido (Circus cyaneus). Hasta ahora lo consideraba sólo invernante, y escaso además, pero tendré que estar atento por si cría en la zona.

Salvo la cabeza, las partes superiores y los extremos de las alas, los aguiluchos pálidos son blancos como una gaviota

Me despistó al principio que le faltaba alguna primaria  
Tras eso, otro pajarraco que no esperaba ver. Estaba lejos, medio oculto en una torre de alta tensión, grandote como una rapaz, pero en cuanto vi su pico no hubo duda, un cuervo (Corvus corax). Para colmo se posó en una encina en la que luego había otro. Una pareja a principios de julio, otra posible especie reproductora que no esperaba.

Un cuervo 
Aquí la pareja 
El córvido más grande de Europa, negro brillante y un fuerte pico
Algún pájaro más pude ver, hasta que parado junto a un majano con un mochuelo, me entretuve con varios cernícalos que sobrevolaban una cosechadora en busca de grandes insectos, reptiles, topillos o ratones que huyesen de ella.


De frente los alcaudones comunes llaman la atención con su pecho blanco (Lanius senator) 
De perfil también son inconfundibles, antifaz negro, nuca rojiza,
dorso, alas y colas negras y blancas.
Por encima de la cosechadora un cernícalo
Lanzándose justo delante de las cuchillas
Aquí, haciendo lo que mejor saben hacer: cerniéndose
Una cogudada común (Galerida cristata) sobre una aliaga 

Hay que revisar los majanos en busca de formas extrañas 
El mochuelo es la más diurna de las rapaces "nocturnas" 

sábado, 4 de julio de 2020

VUELTA A SANTORCAZ CON AZORES Y AGUILUCHOS LAGUNEROS

Toda la primavera y el final del invierno llevaba sin pisar el campo de Santorcaz, y más aún, sin hacerlo a primera hora de la mañana y en soledad. No había cerrado aún la puerta del coche y ya apareció una de las rapaces más esquivas y bellas del mundo, un azor (Accipiter gentilis). No sería el único ni la última vez que vería uno en ese día. Después vino alguna otra rapaz, pájaros atropellados, alguna mariposa y un par de nidos con polluelos ya creciditos.

No es fácil verlos de cerca, pero siempre muestran su poderío 
A pesar de la distancia, él también me controlaba a mí 

Como ya han pasado dos semanas desde esta salida, estos dos pequeños azores ya estarán campeando bajo la atenta mirada de sus padres, y no hay riesgo de que la foto les delate.

A pesar de estar completamente emplumados,
ya tienen una imponente mirada
 


Después fueron surgiendo otros protagonistas, como los aguiluchos laguneros (Circus aeroginosus), que aunque no hay lagunas, son las rapaces más fáciles de ver en Santorcaz en primavera-verano.



Haciendo un giro una hembra de aguilucho lagunero
Aquí con las alas extendidas completamente. 
Áun vi otra hembra diferente, con los hombros más claros
De nuevo, otro azor
En una cuneta, la camisa de una culebra de escalera (Rhinechis scalaris)
Esta curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) debía tener su nido cerca
 porque a pesar de mi presencia no se iba y tenía su presa en el pico 
 
Un macho de gorrión moruno (Passer hispaniolensis) atropellado
Poco queda de este jilguero (Carduelis carduelis) 
Esta mariposa es una Lasiommata megera
Bajo el viaducto del ave, han vuelto criar los aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) este año 
Una pareja  de palomas torcaces (Columba palumbus) acicalándose 
Una tórtola turca (Streptopelia decaocto)

sábado, 20 de junio de 2020

AVES DE MADRID: BUITRE NEGRO, CURRUCA CABECINEGRA Y MILANO NEGRO

Siguen sorprendiendo los cielos de Madrid, no pensaba yo que había tanto trasiego de grandes y medianas rapaces. Aunque juegue al pilla pilla, al escondite o al balón, de vez en cuando, cuando consigo mirar al cielo, cruza una silueta a gran altura y a veces casi al nivel de los edificios. 

Poco más alto que los edificios, un gigante buitre negro (Aegypus monachus)
vino en nuestra dirección...

... y nos sobrevoló para que pudiésemos verlo desde la cola. 

Aquí uno volando a gran altura hizo unos cuantos estiramientos con las alas,
que las debía tener agarrotadas 

Cuando dejó de hacer cosas raras con las alas se volvió a ver su típica silueta

Un milano negro (Milvus migrans) mudando algunas primarias de sus alas 

Acabo con un par de pajarillos, uno de ellos que se me ha estado resistiendo estas semanas a pesar de oírla y verla a menudo. 

Ha tenido que ser una joven curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) la que ha dejado fotografiarse, y a pesar de todo, medio oculta en el follaje y en movimiento 
Una urraca (Pica pica) siempre mirando de reojo

Un verderón (Chloris chloris