sábado, 4 de julio de 2020

VUELTA A SANTORCAZ CON AZORES Y AGUILUCHOS LAGUNEROS

Toda la primavera y el final del invierno llevaba sin pisar el campo de Santorcaz, y más aún, sin hacerlo a primera hora de la mañana y en soledad. No había cerrado aún la puerta del coche y ya apareció una de las rapaces más esquivas y bellas del mundo, un azor (Accipiter gentilis). No sería el único ni la última vez que vería uno en ese día. Después vino alguna otra rapaz, pájaros atropellados, alguna mariposa y un par de nidos con polluelos ya creciditos.

No es fácil verlos de cerca, pero siempre muestran su poderío 
A pesar de la distancia, él también me controlaba a mí 

Como ya han pasado dos semanas desde esta salida, estos dos pequeños azores ya estarán campeando bajo la atenta mirada de sus padres, y no hay riesgo de que la foto les delate.

A pesar de estar completamente emplumados,
ya tienen una imponente mirada
 


Después fueron surgiendo otros protagonistas, como los aguiluchos laguneros (Circus aeroginosus), que aunque no hay lagunas, son las rapaces más fáciles de ver en Santorcaz en primavera-verano.



Haciendo un giro una hembra de aguilucho lagunero
Aquí con las alas extendidas completamente. 
Áun vi otra hembra diferente, con los hombros más claros
De nuevo, otro azor
En una cuneta, la camisa de una culebra de escalera (Rhinechis scalaris)
Esta curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) debía tener su nido cerca
 porque a pesar de mi presencia no se iba y tenía su presa en el pico 
 
Un macho de gorrión moruno (Passer hispaniolensis) atropellado
Poco queda de este jilguero (Carduelis carduelis) 
Esta mariposa es una Lasiommata megera
Bajo el viaducto del ave, han vuelto criar los aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) este año 
Una pareja  de palomas torcaces (Columba palumbus) acicalándose 
Una tórtola turca (Streptopelia decaocto)

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