martes, 11 de junio de 2013

COLORES

Una semana más, el verano se hace esperar y el cielo ha estado plomizo en Santorcaz. Sin embargo, o más bien, gracias a esos cielos parcialmente nubosos, se puede disfrutar de una amplia gama de intensos colores en el campo. Cuando el viento y la amenaza de lluvia hace que las aves se mantengan pegadas al suelo o entre el follaje de los árboles, siempre queda la fotografía del paisaje para disfrutar de la luz.

ROJO

A pesar de los herbicidas, la resistente amapola (Papaver rhoeas) despunta aquí y allá su intenso rojo y alegra barbechos y cebadales.


Amapolas solitarias se asoman a observar a sus compañeras al fondo

Encinas a la orilla de un barbecho cuajado de amapolas

Cerca ya de la provincia de Guadalajara, aún se puede ver Guadarrama

La torre de la iglesia de Santorcaz emerge sobre un mar de cebada

Pero también hay otro tipo de amapolas, como la adormidera, productora de un alcaloide intensamente utilizado en medicina o para la producción de estupefacientes. Normalmente son blancas, pero este año he descubierto un pequeño rodal con las flores rosas.

Adormidera de color rosa (Papaver somniferum)

VERDE

Aunque el rojo es el color más espectacular, el verde es el predominante este año, y cebada, trigo, avena y otros cultivos dan cada uno su tono particular.








AZUL

En cuanto la temperatura y la humedad lo permiten, pequeñas mariposas de la familia de los licénidos despliegan sus alas que emiten destellos azulados.



Hembra de ¿Lysandra bellargus?
El paso de quads, motos y todoterrenos a gran velocidad hace que muchas de ellas acaben en el camino, convulsionándose antes de dejar de batir las alas para siempre.

Macho de ¿Lysandra bellargus? o niña celeste atropellado


NARANJA


También pudimos ver el domingo otro licénido que en este caso lucía un espectacular color naranja en sus alas.

Lycaena phlaeas macho

martes, 4 de junio de 2013

VIENTO DEL NORTE




Esta semana hemos tenido la dualidad de una intensa jornada de SACRE (Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras de España) frente a dos cortos paseos al atardecer por Santorcaz.

En el primer caso, el tener un tiempo determinado para hacer el conteo de aves, no ayuda a entretenerse mucho con la cámara de fotos. Tan sólo se puede destacar un par de fotos, una a un macho de sisón cantando a unos trescientos metros de distancia, con lo que la calidad de la foto es muy limitada.


Sisón (Tetrax tetrax) macho cantando en un barbecho

La otra foto fue a una curiosa grajilla a la que vi entrar y salir de su nido en un pequeño talud junto a la carretera. Asustada, no pudo reprimir su curiosidad y asomarse a ver qué era lo que yo hacía. Al final, la tensión pudo con ella y se fue, al igual que yo, dejando su nido a salvo. Las grajillas antes criaban en la torre y murallas de Santorcaz, conociéndoselas como chovas.


Grajilla (Corvus monedula) asomándose entre cables, aisladores y hierros

Y poco más que destacar, cuando llegamos a casa dos gatos se escondieron bajo el coche, lo que puso muy nerviosos a una pareja de colirrojos tizones que deben tener su nido cerca y que, más preocupados por los gatos, que por un humano y su cámara, me permitieron acercar lo suficiente como para tirar unas fotos.

Colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus)

En cuanto a esos paseos cortos al atardecer, el viento del norte de estos días, no favoreció demasiado el avistamiento de aves. Todo lo más, hacer fotos de paisaje, salvo un alcaraván y su pollo que también puede detectar en un barbecho a mucha distancia. Estas curiosas aves, son crepusculares y muy difíciles de detectar con la vista, aunque sus alaridos al anochecer permiten saber si viven o no en una zona.

Alcaraván adulto (Burhinus oedicnemus)

Estas aves reciben el nombre en Santorcaz de chorlitos, y en realidad pertenecen a la misma familia que ellos, aunque son de hábitats mucho más secos.

Dos alcaravanes, un pollo a la izquierda, y el adulto a la derecha
Como dije al principio, el fuerte y frío viento sólo nos permitió disfrutar del paisaje y de la fotografía, ya que la luz dorada del anochecer y el viento que mecía el cereal creaba composiciones bastante bonitas.

Avena loca sobresale entre la cebada, meciéndose con el viento.

Amapolas despuntan en la cebada. Al fondo pinares de "La Marina"




martes, 28 de mayo de 2013

TIEMPO DE INSECTOS

La ausencia de grandes calores nos ha permitido pasear hasta bien entrada la mañana este fin de semana por Santorcaz. Como no hemos madrugado, los avistamientos de aves han sido más limitados, por lo que esta vez hemos tenido que mirar al suelo más de lo habitual. El calorcillo del mediodía y la explosión vegetal de esta primavera tan húmeda, hace que los insectos pululen por doquier, así que esta vez toca una crónica de bichos.


Los más espectaculares siempre son las mariposas, y aunque uno pueda pensar que el mejor lugar para fotografiarlas son las flores, los sitios más frecuentados son charcos a punto de secarse, donde acuden a libar el barro y absorber las sales minerales que ha disuelto el agua en el suelo y que se concentran en la superficie al evaporarse.



Grupo de licénidos libando sales en el barro, probablemente
se trate Polyommatus icarus y Lisandra bellargus



Melitaea phoebe, o doncella mayor libando en el barro



Misma especie que la anterior, pero con las alas desplegadas

No sólo, las mariposas gustan de tomar en pajita estos barros, también lo hacen algunos bombílidos, pequeños abejorros que se toman un trago en vuelo, permaneciendo inmóviles y estirando su largo aparato chupador.



Especie de bombílido por determinar a punto de absorber
sales disueltas en barro

Algunas mariposas, en cambio, buscaban un poco de intimidad para no ser molestadas en los momentos más íntimos y por eso preferían posarse sobre unos juntos



Doncellas mayores copulando



También en los juncos y cardos junto a los arroyos, y al acecho de mosquitos y moscas, los caballitos del diablo se posan y toman el sol.



Pyrrhosoma nymphula o caballito del diablo rojo

De vuelta a casa nos topamos con varias aceiteras, una especialmente grande, a la que tuve la mala idea de molestar y hacer que expulsase un líquido aceitoso corrosivo e irrigatante que repele a algunos de sus posibles depredadores. Por lo visto tiene hemoglobina, y por eso el color rojo sangre.



Berberomeloe majalis o aceitera



El domingo también vimos alguna especie interesante de mariposa, como esta Euphydrias desfontainii o doncella española, especie incluida en el  Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Madrid.



Euphydrias desfontainii



También continúan floreciendo las orquídeas silvestres, que aunque ya son de por sí, muy diversas, aumentan su variedad al hibridarse entre ellas, como probablemente le suceda a este ejemplar, híbrido de Ophrys scolopax y Ophrys sphegodes.



Posible híbrido de Ophrys scolopax y Ophrys sphegodes. En la imagen siguiente se pueden ver los dos tipos de orquídeas originarias



Pero a pesar de mirar al suelo nunca conviene bajar la guardia pues las rapaces no descansan en las horas de más calor, y además de ver un aguilucho lagunero, un azor, un águila calzada, y varios buitres y cernícalos, conseguimos fotografiar a un ratonero y un águila culebrera.



Ratonero común (Buteo buteo)

Águila culebrera (Circaetus gallicus) cerniéndose


sábado, 18 de mayo de 2013

ESQUIVANDO TORMENTAS

Esta mañana estaba, desde bien temprano, dispuesto a disfrutar de un día de campo, esperando que la previsión de lluvias no se hiciese realidad. Pero no fue así, así que tuve que esperar un rato a que aclarase y a que la aplicación de alerta de lluvia del móvil no diese ningún aviso. Al final parecía que el radar estaba libre de lluvia y empezó a clarear así que me lancé.

Todo empezaba bien, con los primeros pájaros cantándole al sol que templaba un poco el frío de la mañana.

Zarcero común (Hyppolais polyglotta), especie llegada de África y
especialista en imitar el canto de otras aves como indica su apellido latino

Triguero (Emberiza calandra)

 También las flores de las orquídeas se mostraban en todo su esplendor.

Ophrys scolopax u orquídea becada

Las rapaces también comenzaban a activarse, seguro que con el estómago vacío por tener que esperar a que escampase.

Ratonero común (Buteo buteo)

Aguilucho lagunero (Circus aeroginosus) visto desde atrás

Aguilucho lagunero macho de perfil

Pero yo estaba con la mosca detrás de la oreja, pues las mariposas no volaban, se aferraban a sus posaderos y apretaban sus alas para pasar desapercibidas y no mojarse en caso de lluvia.

Euchloe tagis
Mirando al cielo, pude ver que las mariposas tenían razón, y que se empezaban a formar nubes de tormenta. Por eso no aparecían en el radar, porque se formaban en la zona y no daba tiempo a verlas venir con tiempo suficiente. Lo bueno es que estaban muy localizadas y parecía que no seguían mi camino.


Las águilas calzadas seguían volando tan tranquilas y aunque parece mentira, la foto de más abajo, fue tomada, a la una de la tarde, pero con el fondo de un enorme cumulonimbus o nube de tormenta.

Águila calzada (Hieraaetus / Aquila pennatus)

Mirando al suelo seguía descubriendo la belleza en la simetría de flores sencillas. 


Iberis pectinata o carraspique

Pero un par de fogonazos y sonoros truenos me hicieron levantar de nuevo a la cabeza y darme cuenta de la espectacular nube de tormenta que se estaba formando sobre Santorcaz. Afortunadamente no me mojé, pero luego vi que había caído una pequeña granizada.



Con ganas de más, pero satisfecho, puse rumbo a casa, apretando el paso, pero con tiempo para fotografiar a este milano negro que pasaba por allí.

Milano negro (Milvus migrans)

Llegando a "Los Huertos" vi que en Anchuelo ya llovía, así que al menos me dije que podría refugiarme en el Lavadero hasta que pasase la nube. Así fue, y salvo las botas, no me mojé en esta "arriesgada mañana".


martes, 14 de mayo de 2013

NOCTUA Y PRIMEROS CALORES


NOCTUA

Este viernes ha tocado realizar la segunda visita de la temporada del programa de seguimiento NOCTUA (aquí cuento en qué consiste y cómo fue la primera visita). Esta vez la sensación no ha sido tan fría como en enero, pero al igual que la vez anterior, la estación de escucha situada entre Chiloeches y Los Santos de La Humosa, nos ha deparado un espléndido anochecer, en el que el sol sólo encontró un resquicio entre las nubes y el horizonte para iluminar de un intenso dorado el glacis (forma geomorfológica) entre Alcalá y Guadalajara.


Puesto que el sol ya se encontraba tan bajo, fue capaz de iluminar finas cortinas de lluvia, que por un momento creó un efecto óptico parecido a una aurora boreal como la que una vez observé en Islandia, aunque en ese caso el color era verde.


En cuanto el objetivo de la visita, no se dio mal, y entre las cinco estaciones de escucha situadas en Los Santos de La Humosa, Pozo de Guadalajara, Valdarachas y Santorcaz, pudimos escuchar mochuelos, autillos y chotacabras gris y pardo. La convivencia entre las dos especies de chotacabras, es una muestra más, de que nos encontramos en una zona de transición entre ambientes secos y otros, algo más húmedos. Estos chotacabras, son fuente de mitos y leyendas y se les atribuye la capacidad de mamar de las ubres del ganado, pero lo único que les atrae de estos animales es la multitud de insectos que los acompañan. Sólo salen de noche y verlos durante el día es cuestión de suerte pues su camuflaje perfecto hace que no se levanten hasta que casi se los pisa… o en el peor de los casos se los atropella. El nombre que se les da en Santorcaz, es el de gallina ciega.

Chotacabras pardo (Caprimulgus rufficollis) fotografiado el verano pasado

Camino de Pioz


A la mañana siguiente, con un espléndido y algo hiriente sol, nos fuimos a Pioz, yendo por el camino antiguo y volviendo por el nuevo. Miles de pequeños soles despuntaban en los pastos y yermos reflejando al que nos quemaba la piel.



A pesar del calor pudimos disfrutar de algunas aves, como lo gorriones chillones o duresas, como se les conoce en la zona (Petronia petronia) que viven entre las centenarias piedras del castillo de Pioz. Allí comparten territorio con palomas, vencejos y algún cernícalo.

Gorrión chillón o duresa en el que se destaca una marcada ceja

La vuelta bordeando el vallado de la Estación Transmisora de La Marina, nos permitía disfrutar de los confiados trigueros (Emberiza calandra), que cada 200 o 300 m. proclamaban que esos cultivos y pastos eran de su propiedad.

Triguero, pájaro sencillo y confiado que gusta de espacios abiertos

Una sorpresa llegó a casi las dos de la tarde cuando un corzo (Capreolus capreolus) pastaba tranquilamente al otro lado de la valla. Es una paradoja que los vallados den seguridad a muchos animales, que alejados de la presencia humana, adoptan un comportamiento mucho más tranquilo. Mal nos debemos comportar los humanos cuando es necesario un doble valla con alambre de espino para poder disfrutar así de algunos animales.


Al final, un pequeño grupo de ciclistas lo asustó y lo hizo huir.


La segunda sorpresa llegó poco después, cuando una de esas veces que tanto miro al suelo, me deparó una nueva especie de orquídea que nunca antes había visto en Santorcaz. Su nombre latino: orquídea mariposa, no viene sino a corroborar la espectacularidad de sus flores.

Anacamptis (Orchis) papilionacea

Hontanilla y Cerro de La Elvira


El domingo también sacamos algo de tiempo para dar un corto paseo en buena compañía, y como ya hacía calor y era tarde, sólo algunas rapaces nos entretuvieron aprovechando el aire cálido y ligero para buscar comida. Pudimos ver ratoneros, buitres, un aguilucho lagunero y un águila calzada.

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)