Previendo que no iba a tener mucho tiempo para campear, antes de la nueva incorporación a la familia dejé puesta la cámara de fototrampeo muy cerquita del pueblo para poder revisarla fácilmente. La dejé configurada con fotos y vídeos, así que las pilas se gastaron pronto y sólo estuvo funcionando tres semanas entre octubre y noviembre. En sólo ese tiempo medio millar de fotos y vídeos han demostrado que los bichos están ahí fuera, y cuando no estamos cerca, hacen su vida normal.
Entre los mamíferos, ha habido un montón de ratones de campo (Apodemus sylvaticus) y ratas (Rattus sp.), un conejo (Oryctolagus cunniculus) y claro está, sus depredadores asociados: zorro (Vulpes v.), ginetas (Genetta g.) y tejón (Meles m.). No deja de sorprenderme la presencia de tejones en sitios donde se supone que no hay.
Los zorros son listos siempre descubren las cámaras, el olor las delata
Al día siguiente siguen desconfiando
Siempre recelan, sea de día o de noche
La gineta en cambio, pasa de largo
El tejón la descubre y decide no pasar por ahí
Y lo mismo otro día
Un ratón de campo con sus enormes orejas
Una rata parda? se mueve rápidamente
Un conejo se mueve tranquilamente ajeno a la cámara
Entre las aves, las más típicas del matorral en otoño-invierno: zorzales comunes (Turdus philomelos), mirlos (Turdus merula) y petirrojos (Erithacus rubecula). También alguna curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) y acentor común (Prunella modularis), pero éstos no salieron suficientemente bien en las fotos y vídeos.
Un mirlo se arrasca el cuello
Aquí dos buscan alimento entre la hojarasca
Un zorzal parece que posa ante la cámara
Y un petirrojo se pasea delante de ella