Para dIsfrutar de los pájaros no siempre hace falta madrugar ni viajar a lugares lejanos y exóticos. Basta con mirarlos, con cierta atención, ya que no todo son gorriones o palomas. En estos días de vacaciones basta con salir a cualquier parque con unos prismáticos o una cámara y cosechar una buena colección de aves, unas cantoras, otras coloridas, también viajeras y otras inteligentes.
Hace unos días eso hicimos por una zona verde tan grande como el Parque del Retiro, pero mucho más desconocida: la cuña verde de O´Donnell. El primer pájaro en aparecer fue uno de los más abundantes en los inviernos de Madrid: la lavandera blanca (Motacilla alba). Esta pajarita, busca el calor de las ciudades para pasar la noche, y durante la mañana se dedica a perseguir insectos en las praderas de césped de parques y jardines.
Después se nos ofrecieron varios verdecillos (Serinus serinus). Un macho decidió poner a tono su garganta al sol de diciembre para estar a punto en la primavera. Un grupillo de hembras, más pragmáticas, se atiborraban de semillas de olivarda (Dittrichia viscosa) a pesar de los coches que pasaban muy cerca.
También pequeños y verdosos, un grupito de mosquiteros comunes (Phylloscopus collibyta) buscaban arañitas y pequeños insectos en unas matas de hinojo (Foeniculum vulgare).
Más adelante, nos apareció un viajero del norte, una bisbita común (Anthus pratensis). Nunca lo había visto en la ciudad, y el avistamiento fue breve, pues no me dio tiempo a enfocarlo adecuadamente y en los dos disparos rápidos que pude hacer, el foco de la cámara decidió enfocar al olmo de detrás. Valga al menos para documentar la presencia del pájaro.
Como siempre, no podían faltar las inteligentes urracas (Pica pica), que buscaban invertebrados en un montón de tierra removida.
Ya de vuelta a casa, decidimos pasar bajo un nido comunal de cotorras argentinas (Myiopsitta monachus). Junto al nido, algún individuo tomaba el sol o vigilaba, o ambas cosas a la vez, quien sabe. El caso es que en un momento dado decidió desperezarse y mostrarnos las plumas de su puntiaguda cola.
Sabía que en unos jardines próximos a casa, es frecuente el pito real (Picus viridis) así que probamos suerte. No costó encontrar a esta bonita ave, aunque el encuentro fue breve pues unos perros sueltos hicieron que buscase refugio en las altas copas de los árboles.
No sé si esta será la última entrada del año, pero por si acaso, quiero desearos un feliz año y agradeceros las visitas, que este año, han superado las del pasado.
Hace unos días eso hicimos por una zona verde tan grande como el Parque del Retiro, pero mucho más desconocida: la cuña verde de O´Donnell. El primer pájaro en aparecer fue uno de los más abundantes en los inviernos de Madrid: la lavandera blanca (Motacilla alba). Esta pajarita, busca el calor de las ciudades para pasar la noche, y durante la mañana se dedica a perseguir insectos en las praderas de césped de parques y jardines.
Lavandera blanca vigilando al fotógrafo antes de seguir buscando insectos |
Verdecillo macho sobre un almendro que aún conserva algunas hojas |
Menos coloreadas, unas hembras abren semillas con su corto pico |
En posturas acrobáticas los mosquiteros pinzan todos los bichillos que se oculten en ramillas y flores |
En grupitos, siempre en movimiento peinaban todos los recovecos |
Emparentado con las lavanderas, los bisbitas son más pardos y listados |
Siempre alertas, las urracas nos miraban mientras buscaban comida |
Las cotorras amontonan ramas donde hacen nidos comunales |
Con la frente y un babero gris el resto del cuerpo es verde |
Como una tercera pata, usan el pico ganchudo para moverse por las ramas |
Estirando la cola, se comprueba que las rectrices centrales son más largas que las laterales |
También verde como las cotorras, el pico largo y fuerte nos muestra a un pájaro carpintero. En este caso un macho, como muestra la bigotera roja. |
Al sol, se observa el color verde oliva, el obispillo amarillo y el brillante capirote rojo |