lunes, 7 de julio de 2014

PICOS DE EUROPA LEONESES Y COSTA CÁNTABRA

Esta semana pasada, Lucía y yo hemos pasado unos días estupendos en el Valle de Valdeón, en los Picos de Europa leoneses, y en Noja, en la costa cántabra. Salvo un par de ratos, hemos gozado de un tiempo relativamente bueno y hemos visitado ciudades y pueblos como Comillas, Santillana del Mar, Santander, Santoña, Laredo, Castro-Urdiales y Bilbao; la parte naturalística nos fue más o menos como cuento a continuación.

Entramos por Riaño, donde paramos a comer y a guarecernos de un chaparrón, y allí ya entramos en contacto con la montaña cántabra.

Embalse y picos de Riaño (León)
Junto al embalse, eran abundantes los colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros)
Después de reponer fuerzas nos dirigimos a Posada de Valdeón, pueblo más importante del valle en el que nos íbamos a alojar. Como vimos que el tiempo mejoraba nos atrevimos a dar un paseo rodeados de los montes más altos de los Picos de Europa. En la caminata, ya empezamos a descubrir algunos de los tesoros de estas montañas


Cordiñanes, pueblo en el que nos alojábamos
Tarabilla común macho (Saxicola torquata)
Un zafiro y una esmeralda, con distinto enfoque,
en azul un licénido, y en verde una Adscita hispanica
Con el enfoque invertido, los mismos protagonistas
Cornejas negras (Corvus corone)
Lasiommata maera, o mariposa pedregosa
Lylium pyrenaicum, o azucena silvestre o flor de lis
Melitaea phoebe, o doncella sobre un lirio silvestre
Zygaena trifolii, o zygena de 5 puntos
Al día siguiente hicimos la ruta del Cares desde Cordiñanes, unos 37 km en los que disfrutamos de paisajes espectaculares, en los que también habitan numerosos animales.


Garganta del Cares, se observa a la izquierda el camino tallado en la roca
En Caín, un pollo de petirrojo (Erithacus rubecula) no se asustaba de los montañeros
Junta a una pradera, también en Caín, un Verdecillo (Serinus serinus) se desgañitaba
Este petirrojo aprovechaba los rezumes del canal de aguas rápidas para acechar larvas de insectos
Vimos mucho mirlos acuáticos (Cinclus c.), pero era difícil fotografiarlos en buenas condiciones
 A pesar de tanta roca, esta pareja de lagartijas roqueras (Podarcis muralis
se buscaban en un tronco seco
Juvenil de Escribano montesino (Emberiza cia)

Como nos supo a poco el palizón del día anterior, al día siguiente decidimos hacer una ruta con una ascensión de más de 600 m, para superar los 2000, en donde la fauna y flora ya es típicamente alpina.



Panorámica desde el Canal de Pedavejo
Antes de llegar a lo más alto, cuando aún hay matorral, se veían y escuchaban multitud de acentores comunes (Prunella modularis)
Cuando ya el frío impide el desarrollo de matorral, y sólo hay herbazales y roca, ya encontramos a los acentores alpinos (Prunella collaris)
A 2.000 m los buitres (Gyps fulvus) casi se pueden tocar
También aparecen las chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus)
Y aunque menos montañeras, también había chovas piquirrojas (Pyrrhocorax p.)
En herbazales y roquedos también crían las collalbas grises (Oenanthe o.)
Pero las estrellas para mí ese día, fueron los gorriones nivales (Montifringilla nivalis), que nunca había visto
Con su pico amarillo, un joven gorrión nival descansaba sobre una roca
También muy montañeros son los rebecos (Rupicapra r.), que se refrescan en los neveros
A principios de verano, las gencianas florecen (Gentiana angustifolia)
Entre rocas y sometidas a temperaturas extremas, las matas de Linaria alpina alegran gleras y canchales
Directamente en la roca, enorme líquenes logran subsistir
Las lagartijas, acechan a los suculentos insectos
Las prímulas también ascienden a las alturas para florecer
Erebia triaria una mariposa muy montañera
Ortiguera (Aglais urticae) una mariposa muy frecuente en la ruta 

En el comienzo y final de la ascensión bajo las calizas de los picos, las turbiditas muestran su típica alternancia de areniscas claras y pizarras oscuras. Siempre sorprende encontrar a más de 1.000 metros de altura estas rocas formadas en cañones marinos
Desde las curvas del Puerto de Pandetrave, donde comenzaba la ruta, vimos varios ciervos (Cervus elaphus)
Al día siguiente subimos entre la niebla y la llovizna desde Soto de Sajambre a Vegabaño por la mañana. Por la tarde deambulamos por Oseja de Sajambre y Soto de Valdeón. Vamos, un día de hayedos, robledales y árboles de hoja caduca. 

Majadas de Vegabaño
Ni la lluvia ni el viento asustan a los acentores comunes
Escribano cerillo (Emberiza citrinella) en un majuelo
Una pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) perseguían golondrinas y aviones bajo la llovizna.  
También apareció un alimoche (Neophron percnopterus) que fue escoltado por la pareja de halcones fuera de su territorio de caza
Papamoscas gris (Muscicapa striata) acechando insectos voladores
En los abrevaderos de Oseja de Sajambre tritones palmeados (Lissotriton helveticus) compartían su hábitat con varias especies de renacuajos
Y tras visitar la Cueva de El Soplao, Comillas y Santillana nos fuimos a la playa, a Noja, y nos encontramos este anochecer.


Anochecer en la Playa de Ris, en Noja
A la mañana siguiente, mientras yo buceaba viendo pulpos, 
un cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) pescaba
Con el estómago lleno, había que secarse al sol pues las aguas del cantábrico son frescas
En las dunas que aún quedan en estas playas, las cicindelas que no capturaban insectos se dedicaban a buscar pareja.
En una higuera de un islote de la playa de Ris, un enorme bando de garcetas comunes (Egretta Garzeta) y garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) descansaban a salvo de los bañistas
Rodeando a Noja se encuentran las marismas de Joyel y Victoria, que una tarde antes de acercarnos a Santander, visitamos rápidamente.


Marismas de Joyel entre Noja e Isla
Entre la vegetación de ribera, nos apareció esta lagartija italiana (Podarcis sicula),
 que se trata de una especie introducida en España
En las marismas de Victoria abundaban los cisnes (Cygnus olor)
Garza real adulta (Ardea cinerea)


Grupo de gaviotas reidoras (Larus ridibundus)
Como he dicho, por la tarde fuimos a Santander, y en la península de La Magdalena un joven estornino pinto (Sturnus vulgaris) llamó mi atención, ya que no es un ave reproductora en la zona centro.

Joven estornino pinto
El penúltimo día pasamos la mañana recorriendo la enorme playa de Trengandín, también en Noja.

Playa de Trengandín
Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) en vuelo
Gaviota patiamarilla posada sobre las típicas rocas que afloran en la playa
Este brillante carábido, había sufrido algún problema y con sus élitros rotos, "cojeaba" sobre la arena
Y nuestro viaje acabó en Bilbao, y como siempre es posible encontrar fauna y flora curiosa en cualquier lugar, no me despido con una foto del Guggenheim, sino con un zorzal. Es un pájaro ausente, salvo en invierno, de la zona centro de la que siempre suele versar este blog, y que esta vez no ha sido la protagonista.


Zorzal común (Turdus philomelos)

lunes, 23 de junio de 2014

ERIZO, AZOR Y RASCÓN EUROPEO, NUEVOS EN EL BLOG

De vuelta en Santorcaz para inaugurar el verano, he podido fotografiar algunos habitantes, que aún no habían pasado por este blog: un erizo, un azor y un rascón.

El primero de ellos apareció pronto, y es que el viernes por la noche, en un corto paseo por las calles del pueblo nos apareció un gran erizo (Erinaceus europaeus). Le delató el ruido que hizo al rozar una botella de plástico porque en la oscuridad de la noche no le habríamos encontrado. Al vernos tan cerca se hizo una bola, y aguantó estoicamente las fotos que le hicimos con el móvil hasta que le dejamos en paz. Nos dio mucha alegría encontrarnos a este simpático insectívoro, ya que tristemente es más habitual verlo atropellado en las cunetas.

Parte ventral del erizo, aunque hecho una bola
El sábado siguiente madrugué y me fui solo con la fresca. Sin salir del pueblo pude ver un grupito de piquituertos comunes (Loxia curvirostra) que desde los pinos que hay bajo las almenas de la iglesia, se posaron un instante en un ciprés. Pocos pinos hay en Santorcaz, pero no dejan de aprovechar sus piñones.

Piquituerto, con su pico recurvado.
Probablemente un macho por el tono rojizo de su plumaje
Ya en el campo, debí pasar muy cerca de un nido de alcaudón común (Lanius senator), pues una pareja de adultos me hizo "frente" llamando la atención con sus regañantes reclamos y el movimiento de sus colas.

Uno de los alcaudones que no huyó, y chirriando y agitando la cola, daba la alerta a su familia.
En el vídeo siguiente se puede escuchar

Y es que en esta época hay muchos jovenzuelos que proteger y alimentar, como hacía este pardillo (Carduelis cannabina) común con sus crías. 

Un pardillo macho se prepara para alimentar a su cría
Rápidamente aparece un hermano que también quiere su parte

Más adelante me topé con un grupo de nerviosos mitos (Aegithalus caudatus).

Desde un quejigo, un curioso mito me observa
Otro individuo, también se detiene a mirarme, en este caso se trata de un juvenil

También pude escuchar un canto que llamó mi atención, y con los prismáticos divisé al cantante: un escribano montesino (Emberiza cia), que lo hacía desde un olivo.

Con su triple línea negra e la cabeza, cuando se consigue descubrir a un macho, son inconfundibles
Y al rato llegó una de las sorpresas del día, y es que levanté dos azores (Accipiter gentilis), uno de ellos adulto con una tórtola entre sus garras, y el otro un juvenil de este año. Obviamente estaba en su territorio de cría y opté por esconderme y quedarme quieto. Al rato empezaron a chillar los adultos, seguramente para dar la alarma a sus crías y que se mantuviesen ocultas. Busqué al chillón y tras fotografiar y grabar unos instantes me fui, para dejarlos tranquilos.

Aún medio oculto entre la vegetación, se puede disfrutar de la belleza de su mirada.
En el vídeo siguiente se puede escuchar perfectamente su reclamo de alerta

La verdad es que como estaba oculto, también se me puso a tiro un mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli).

Mosquitero papialbo picando insectos de un majuelo
Luego ya empezó a apretar el calor, y la cosa estuvo más calmada, aunque siempre se pueden descubrir cosas interesantes.

Camisa de culebra de escalera (Elaphe escalaris)
Abejorro (Bombus lucorum), con las bolsas de su patas repletas de polen
Medioluto ibérica (Melanargia lachesis)
Mediolutos ibéricas copulando
Ya enfilando para el pueblo, al cruzar el arroyo de la Dehesa sorprendí a un par de rascones europeos (Rallus aquaticus). Un incauto juvenil se acercó lo suficiente para poder sacarle una foto testimonial.

Rascón cruzando el arroyo al percatarse de mi presencia
Y aquí acabo, habrá que seguir madrugando para ver tantas cosas...