Mostrando entradas con la etiqueta mito. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mito. Mostrar todas las entradas

martes, 30 de mayo de 2017

CORZO, CONEJO Y RATA DE AGUA

Ya tocaba volver por aquí, que las primaveras no es cuestión de pasarlas bajo techo, así que madrugón el domingo y a gastar las botas. La mañana más bien fresca y ventosa, lo que no es buen presagio según mi experiencia: cuando sopla el viento no es cuestión de salir por ahí a volar sin necesidad.
Pero no importa, porque la Naturaleza en cualquier momento muestra sus maravillas y sus dramas, en el Serengueti serán unas leonas atacando un búfalo, pero esa misma lucha por la vida la representan muchos otros actores.

Con su armadura este escarabajo intenta resistir el ataque de tres hormigas
No se cómo acabaría la lucha, pero si yo fuese un insecto no me gustaría tener que vérmelas con unas hormigas hambrientas... no creo que aflojen la presa nunca.
Retomo el hilo habitual de mis andanzas y comienzo por el principio, con el primer pájaro que fotografié bebiendo en el lavadero.

A pesar de la poca luz, se aprecia el curios pico de este piquituerto (Loxia curvirostra)
Después desde una de mis atalayas favoritas disfruté de varios actores, algunos muy lejos y otros muy cercanos.

A pesar de la vegetación, el espejo blanco de este corzo (Capreolus c.) llamó mi atención
Una oscura aguilucha lagunera (Circus aeroginosus) descansaba en un barbecho
Al cabo de un rato alzó el vuelo y me estuvo sobrevolando un rato
Mientras veía a la aguilucho un grupo de mitos (Aegithalus caudatus) me rodearon
Parecía que me observaban...
... y luego me enseñaron sus larguísimas colas.
Si el viento echa para atrás a algunas aves, también sirve para ocultar a los ruidosos humanos del oído de los mamíferos, así pude estar a escasos dos metros de una simpática rata de agua (Arvícola sapidus).

En el arroyo, la rata mordisqueaba tranquilamente la vegetación

El resto de protagonistas del día me los fui encontrando al salto, simplemente caminando cerro arriba y cerro abajo, algunos ya los había visto antes, pero la mayoría fueron nuevos.
 
Otra vez me encontré con la hembra de lagunero en un barbecho...
... y de nuevo volvió a dar vueltas en el cielo.
Un abejaruco (Merops apiaster) había capturado un enorme abejorro
Por el suelo me crucé con una lagartija colilarga (Psammodromus algirus)
En medio de las rodadas de un camino un conejo se alertó (Oryctolagus cunniculus)
Y decidió dar la vuelta por donde había venido
Tampoco las mariposas querían volar mucho como esta Euphydryas desfontainii
De este licénido dudo en su identificación...
... a pesar de poder fotografiar por las dos caras
Este ratonero (Buteo buteo) encogió las alas para desplazarse más rápido
Una abubilla (Upupa epops) levantó su cresta al asustarse...
... y después la bajo para observarme más tranquilamente.
De vuelta en el lavadero, un verdecillo (Serinus serinus) cantaba en una morera
Y en el Caño Alto, me cantó un rato un ruiseñor (Luscinia megarynchos)

miércoles, 27 de enero de 2016

NIEBLAS, SAPO CORREDOR Y ALMENDROS EN FLOR

Aprovechando que tenía que gastar unos días de vacaciones del año pasado, esta mañana me he acercado a Santorcaz. No ha sido el mejor día para ver nada, pero ha sido un paseo tranquilo y agradable. La niebla era la reina indiscutible del día, y siempre tiene su interés, aunque los pájaros se vieran difuminados y desvaídos. Tenía que dedicarme a contarlos, así que me puse a ello. En todo caso alguna foto hice para dejar constancia y crónica del paseo.

Hilera de viejos almendros en flor en la niebla
Además del velo blanquecino que cubría todo, la humedad lo impregnaba todo también.

Gotículas de agua sobre una euforbia (Euphorbia nicaaensis)
Esa humedad, debió ser la que despertó a este pobre sapo corredor (Epidalea calamita), pero algún accidente acabó con el en medio de un camino. 

Sapo corredor muerto
Esa misma humedad también, permitía que se conservasen perfectamente las huellas de un corzo (Capreolus capreolus) que ya por la mañana debía estar descansando.

Huellas de corzo, en el que se marcan las guardas traseras, que normalmente no se marcan en terrenos duros. Están alineadas con las pezuñas, por lo que no son de jabalí
Y hasta algún pájaro pude fotografiar, y encima uno de los más pequeños e inquietos que hay: un mito (Aegithalus caudatus).

Mito buscando insectos y arañas en un espino
En fin, esperemos que este invierno loco que ha hecho florecer tan pronto a los almendros y otras flores, no traiga heladas traicioneras que malogren sus frutos. De todas formas, ¿habrá suficentes insectos activos para polinizar las flores tan pronto? Es lo que tiene el cambio climático...

Flores de almendro

sábado, 28 de febrero de 2015

PAJARILLOS, NÉCTAR Y PICO MENOR EN EL SOTO DE LAS JUNTAS

Teníamos ganas ya de disfrutar de un fin de semana sin tener que estar cubiertos de ropa hasta las cejas, y hoy no hemos desaprovechado la oportunidad. A un pasito de casa, el Soto de Las Juntas, donde se unen el Manzanares y el Jarama, nos ha dado oportunidad de pajarear muy a gusto.

Laguna del Soto de Las Juntas y cantiles del Manzanares al fondo
Pensaba que las estrellas del día serían las aves acuáticas, pero tanto la laguna como los ríos estaban poco animados y las pocas aves que había, casi todas estaban muy lejos.
Grupo de porrones comunes (Aythya ferina) y fochas (Fulica atra)
Un somormujo lavanco (Podiceps cristatos) con el cuello replegado, nada entre fochas y porrones
Sólo una focha se acercó un poco al observatorio desde el que mirábamos
Pero pronto hemos visto que la animación vendría de otra parte, los álamos blancos están en plena floración y sus amentos masculinos atraían a muchos pájaros. El motivo era echarse un trago de néctar, y es que a nadie le amarga un sorbo de agua con azúcar, aunque sea pequeñito.

Carbonero común (Parus major) sorbiendo néctar 
De perfil, se observan perfectamente sus mejillas blancas
Desde abajo, se puede ver la lista negra que va desde el pico a la cola, y que en los machos es más gruesa. Este ejemplar seguramente es un macho
Familiar del anterior, los bonitos herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus) también visitaban los álamos
Al igual que los carboneros, los herrerillos son páridos, y una característica de ellos es su capacidad para adoptar posturas acrobáticas en las ramas más finas
Mejillas también blancas, pero más pequeños y con píleo (coronilla) y alas azuladas, son fáciles de diferenciar de los carboneros
De espaldas se observan las alas azuladas y el lomo verdoso
De colores más discretos, también los mitos (Aegithalus caudatus) usaban los álamos, pero en este caso, supongo que entre las flores femeninas buscaban arañas y pequeños insectos
Con sólo de 8 a 11 gramos, aunque una larga cola, los mitos suelen moverse en grupo, y aunque borroso, se observa otro ejemplar justo detrás del que está en primer plano
También varios pájaros moscones (Remiz pendulinus) se acercaban a los álamos
Colgado de la rama, se puede ver el característico antifaz de este pajarillo que unas semanas más tarde buscará en los chopos las pelusas con las que hacer su nido colgante
Con este botín de bonitos pájaros estaba más que satisfecho, pero aún se dejó fotografiar un bonito jilguero (Carduelis carduelis), pues estaba en una isleta del Manzanares, en que se daba un refrescante baño.

Jilguero (Carduelis carduelis), con su plumaje inconfundible
Bañándose, muestra la característica franja amarilla de sus alas
Y al final, fue cuando llegó la sorpresa y un reclamo que no conocía me hizo buscar y encontrar a un ave bastante escasa: el pico menor (Dendrocopos minor). Se trata del más pequeño de los pájaros carpinteros, y de la segunda vez que veo uno.

Sólo alguna fotografía fugaz entre la maraña de ramas pude hacer, pero aquí se observa perfectamente su dorso negro barrado de blanco, y el píleo rojo, lo que indica que era un macho.



lunes, 23 de junio de 2014

ERIZO, AZOR Y RASCÓN EUROPEO, NUEVOS EN EL BLOG

De vuelta en Santorcaz para inaugurar el verano, he podido fotografiar algunos habitantes, que aún no habían pasado por este blog: un erizo, un azor y un rascón.

El primero de ellos apareció pronto, y es que el viernes por la noche, en un corto paseo por las calles del pueblo nos apareció un gran erizo (Erinaceus europaeus). Le delató el ruido que hizo al rozar una botella de plástico porque en la oscuridad de la noche no le habríamos encontrado. Al vernos tan cerca se hizo una bola, y aguantó estoicamente las fotos que le hicimos con el móvil hasta que le dejamos en paz. Nos dio mucha alegría encontrarnos a este simpático insectívoro, ya que tristemente es más habitual verlo atropellado en las cunetas.

Parte ventral del erizo, aunque hecho una bola
El sábado siguiente madrugué y me fui solo con la fresca. Sin salir del pueblo pude ver un grupito de piquituertos comunes (Loxia curvirostra) que desde los pinos que hay bajo las almenas de la iglesia, se posaron un instante en un ciprés. Pocos pinos hay en Santorcaz, pero no dejan de aprovechar sus piñones.

Piquituerto, con su pico recurvado.
Probablemente un macho por el tono rojizo de su plumaje
Ya en el campo, debí pasar muy cerca de un nido de alcaudón común (Lanius senator), pues una pareja de adultos me hizo "frente" llamando la atención con sus regañantes reclamos y el movimiento de sus colas.

Uno de los alcaudones que no huyó, y chirriando y agitando la cola, daba la alerta a su familia.
En el vídeo siguiente se puede escuchar

Y es que en esta época hay muchos jovenzuelos que proteger y alimentar, como hacía este pardillo (Carduelis cannabina) común con sus crías. 

Un pardillo macho se prepara para alimentar a su cría
Rápidamente aparece un hermano que también quiere su parte

Más adelante me topé con un grupo de nerviosos mitos (Aegithalus caudatus).

Desde un quejigo, un curioso mito me observa
Otro individuo, también se detiene a mirarme, en este caso se trata de un juvenil

También pude escuchar un canto que llamó mi atención, y con los prismáticos divisé al cantante: un escribano montesino (Emberiza cia), que lo hacía desde un olivo.

Con su triple línea negra e la cabeza, cuando se consigue descubrir a un macho, son inconfundibles
Y al rato llegó una de las sorpresas del día, y es que levanté dos azores (Accipiter gentilis), uno de ellos adulto con una tórtola entre sus garras, y el otro un juvenil de este año. Obviamente estaba en su territorio de cría y opté por esconderme y quedarme quieto. Al rato empezaron a chillar los adultos, seguramente para dar la alarma a sus crías y que se mantuviesen ocultas. Busqué al chillón y tras fotografiar y grabar unos instantes me fui, para dejarlos tranquilos.

Aún medio oculto entre la vegetación, se puede disfrutar de la belleza de su mirada.
En el vídeo siguiente se puede escuchar perfectamente su reclamo de alerta

La verdad es que como estaba oculto, también se me puso a tiro un mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli).

Mosquitero papialbo picando insectos de un majuelo
Luego ya empezó a apretar el calor, y la cosa estuvo más calmada, aunque siempre se pueden descubrir cosas interesantes.

Camisa de culebra de escalera (Elaphe escalaris)
Abejorro (Bombus lucorum), con las bolsas de su patas repletas de polen
Medioluto ibérica (Melanargia lachesis)
Mediolutos ibéricas copulando
Ya enfilando para el pueblo, al cruzar el arroyo de la Dehesa sorprendí a un par de rascones europeos (Rallus aquaticus). Un incauto juvenil se acercó lo suficiente para poder sacarle una foto testimonial.

Rascón cruzando el arroyo al percatarse de mi presencia
Y aquí acabo, habrá que seguir madrugando para ver tantas cosas...