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lunes, 31 de marzo de 2014

REALES: ÁGUILAS Y ALCAUDONES

No dejamos de aprovechar cualquier rato que tenemos para dar un paseo por el monte, y aunque la lluvia lo ha puesto difícil este fin de semana, el domingo por la mañana nos lanzamos a los campos de Santorcaz. Era un día húmedo, fresco y gris y aunque fotográficamente no fue muy fructífero, ver una pareja de águilas reales (Áquilas chrysaetos) "marcando" el territorio siempre es gratificante.

Antes de eso, algunos pájaros nos entretuvieron el camino. Uno de los primeros fue un alcaudón real meridional (Lanius meridionalis) que con su vuelo rasante llamó mi atención.

Alcaudón meridional
En las junqueras que bordean un arroyo, algunos pájaros compartieron posadero, como un colirrojo tizón (Phoenichruros ochruros) y una bisbita común (Anthus pratensis)

Bisbita a la izquierda y colirrojo a la derecha
Pero como decía al comienzo, hicieron su aparición dos águilas reales adultas separadas por unos minutos. La primera cicleó un buen rato y la pude fotografiar testimonialmente con un fondo que no ayudaba mucho. La segunda, volaba en rápido asciendo y luego haciendo picados demostrativos de que ese era su territorio y todo bajo ellas, salvo perros, ganados y personas, pueden acabar en sus garras.

Águila batiendo las alas
Águila planeando mostrando su perfil
Girando muestran sus larguísimas alas y "dedos" separados.
El ángulo que forman las alas sobre su cabeza, puede ser menor de 180º 


Menos espectaculares, pero también interesantes son los estorninos negros o tordos (Sturnus unicolor) que forman apretados bandos que pueden ejecutar movimientos sincronizados como si fuesen un banco de peces.

Estorninos posándose en una línea de alta tensión


De vuelta a casa creí ver un erizo, pero de los que protegen las castañas. Sabiendo que en Santorcaz no hay castaños, me acerqué y comprobé que se trataba de la piel de un erizo de los de verdad (Erinaceus europaeus). Hubiese preferido verlo vivo, pero al menos estos encuentros certifican que siguen habitando entre nosotros.

Trozo de piel de erizo.
Bienvenida sea esta lluvia primaveral, a ver si nos sigue dejando algún ratillo para bichear.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

INVERNANTES EN CULTIVOS

El año está acabando y un temporal ha llegado, pero un par de días antes y aprovechando las vacaciones, hemos disfrutado de días soleados en Santorcaz. El viernes un corto paseo por el camino de Pioz nos permitió ver algunas aves invernantes de zonas abiertas. Unas no las pude fotografiar: como un grácil esmerejón y un par de avefrías, pero otras sí.

Una de ellas fue una pareja de alcaudones reales meridionales (Lanius meridionalis), un pájaro pequeño pero que posado en lo alto de arbustos y postes se lanza a por insectos, lagartijas e incluso roedores y musarañas.

Alcaudón meridional con su antifaz, cola y alas negras y dorso gris.

Alcaudón en vuelo, mostrando el vientre blancuzco
y marcas alares también blancas
Desde el suelo, una bisbita común (Anthus pratensis) también se posó sobre una encina, aunque en este caso para tenernos mejor vigilados.

Bisbita común
Otro pájaro del suelo es la cogujada común (Galerida cristata), que se aleja correteando hasta que no aguanta más, y tras un corto vuelo, se posa en un majano para observar con sus enhiestas plumas cefálicas.

Cogujada común, con su característica cresta
Ya volviendo al pueblo, tras la protección de un valla y al calorcillo de un montón de estiércol un colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) nos vio pasar antes de que se fuese a picotear los insectos que rodeaban unas cuadras.

Colirrojo tizón, negro como el carbón y con la cola roja
La mañana siguiente la dediqué a contar aves para el programa SACIN (Seguimiento de Aves Comunes Invernantes). Como el objetivo era censar, no pude hacer muchas fotos y el frío de primera hora no invitaba a pararse mucho.

Escarcha en el Camino de Guadaljara
A las afueras del pueblo las palomas (Columba livia) se alimentaban del cereal que no ha sido bien enterrado.

Bandada de palomas picoteando la sementera
Por fin el sol se pudo abrir paso entre las nubes, así que pude disfrutar de una agradable mañana soleada.

Cirrocúmulos
Un total de 31 especies de aves diferentes identifiqué esa mañana aunque sólo me entretuve en fotografiar a dos de ellas: un triguero y un verdecillo.

Triguero posado en un espino albar, en el que se
aprecia el plumaje listado y las marcas cefálicas
Verdecillo común

martes, 8 de enero de 2013

Vuelve la niebla...

Nuevo fin de semana, largo, que he pasado en Santorcaz. En el sábado y el domingo las horas centrales del día han sido un relativo oasis de sol y calor, en el frío invierno, y la Naturaleza parece que recibe esos rayos de sol con alegría.

Así lo hacen algunos pajarillos que se suben a lo más alto de olmos y álamos a darse baños de sol. Algunos machos incluso ya se "entrenan" con los cantos que desplegarán en la próxima primavera para buscar pareja. Así lo hacía este pardillo común que estaba en lo más alto de un olmo muerto por la dichosa grafiosis. Todavía no lleva en el pecho todo el color carmín que lucirá en unos meses.

Pardillo común macho (Carduelis cannabina)

Esta hembra de pinzón común, en cambio, siempre mantendrá sus colores apagados, pues como casi todas las hembras de las aves, no debe llamar la atención de nadie. Sin embargo, también disfruta del sol y ahueca un poco el plumaje para que el calorcillo le acaricie la piel bajo las plumas.

Hembra de pinzón común (Fringilla coelebs)

Volvemos con otro macho de un ave, esta vez de un escribano soteño. Un ave muy tímida y no tan abundante como las anteriores. Este macho se oculta tras su antifaz en un sauce, árbol típico de los sotos y riberas que frecuenta.

Escribano soteño macho (Emberiza cirlus)

Por la tarde, descienden de nuevo las temperaturas aunque los campos de cebada se resisten a dejar escapar los últimos rayos de sol tomando un color verde-dorado muy sugerente al objetivo de la cámara.




Finalmente el sol se despide en el horizonte y el intenso color rojizo nos hace pensar que mañana será de nuevo un día de tiempo estable.



Pero que la atmósfera sea estable no quiere decir que vaya a haber sol. Como vemos en la siguiente fotografía, tan sólo las cumbres de Guadarrama consiguen verse claramente por encima de las brumas, lo que nos da una idea de la cantidad de humedad que tiene el aire que nos rodea.



Al día siguiente, efectivamente la niebla es muy cerrada y las grises tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) casi no se diferencian del fondo que las rodea.

Tórtolas turcas (Streptopelia decaocto)
Todo es calma y silencio y es difícil encontrar, y mucho más, fotografiar a ningún animal. Sin embargo, en lo alto de un majano, un visitante del norte que se ha decido a pasar el invierno en Santorcaz nos observa. Se trata de un bisbita común.

Bisbita común (Anthus pratensis)

Los que si disfrutan de la alta humedad del ambiente son musgos y líquenes que absorben la humedad y despliegan sus colores y estructuras para reproducirse. 



Identificar a estas especies es algo más complicado, pero el líquen pudiera ser una una Xanthoria parietina que ha crecido sobre la corteza de un olmo muerto.



Y me despido con el mismo protagonista que en la primera entrada del blog. Parece que esta curruca cabecinegra se ha aquerenciado en nuestro jardín y es una agradable sorpresa levantar la persiana de casa, encontrarla rebuscando entre las hierbas y dejarse grabar este pequeño vídeo.