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lunes, 20 de febrero de 2017

LUCHA DE RAPACES Y MUSARAÑA

Bueno, pues después de varias semanas de mal tiempo y quehaceres varios, hemos podido ir a Santorcaz. Además, la mañana del domingo madrugué y me fui al campo a disfrutar del fin del invierno.
Amaneció nublado y frío, pero pronto vi a uno de los heraldos de la primavera, que cada año espero ansioso porque no quiero perdérmelos. Se trataba de una pareja de aguiluchos laguneros (Circus aeroginosus) que jugaban juntos. Al final la hembra se cansó y descansó un rato en un ribazo.

Desde muy lejos, este aguilucho lagunero hembra me observaba,
mostrando su color chocolate, y los hombros y cara color crema
El sol, aún bajo, no conseguía atravesar las nubes así que el frío no me abandonaba.

Cerros y nubes no dejaban que la mañana se caldease
De nuevo, otros pájaros ya barruntaban la primavera y un carbonero (Parus major) cantaba en lo alto de un quejigo mostrando sus espléndidos colores.

Carbonero común cantando
Al final las nubes se disiparon un poco y la luz del sol empezó a iluminarlo todo.

Parece la luna, pero el sol buscó y encontró un hueco entre las nubes
Parece que la actividad de las rapaces arrancó de repente y todo empezó a suceder muy rápido: paso de milanos reales (Milvus milvus), aguiluchos laguneros atacando a un ratonero (Buteo buteo), un cernícalo de caza (Falco tinnunculus) y una pareja de ratoneros acosando a un águila real juvenil (Aquila chrysaetos). En fin que estuve bastante entretenido.

Uno de los milanos reales del fin de semana
Un ratonero (izquierda) es acosado por la hembra de aguilucho lagunero
Ambas rapaces se muestran las garras
Detalle del lagunero...
... y detalle del ratonero
Cernícalo cerniéndose, con la cola totalmente desplegada.
Se trata de un macho, ya que tiene la cabeza y la cola gris
En otro lance con un fondo de tierra.
Estuvo un buen rato cerniéndose aquí y allá,
y hasta pude grabar un vídeo, aunque de escasa calidad

Muy lejos, pero se ve cómo dos ratoneros (izquierda) interceptan a un águila real, mucho mayor
A pesar de la lejanía, se puede ver la silueta típica de un águila real,
que probablemente nació el año pasado porque tenía el arranque de la cola completamente blanco

A media mañana volví a casa y salí a dar un paseo con mis chicas. Fue divertido ver cómo la pequeña perseguía a su sombra y no conseguía atraparla, pues ya se sabe, sólo Lucky Luke, es más rápido que su sombra. Siguieron pasando milanos reales, aunque ninguno descubrió a esta pequeña musaraña (Crocidura russula).

Diminuta, no sé qué le pasaría a esta pobre musaraña. Parece un roedor, pero es un insectívoro, y se diferencia fácilmente de ratones y topillos por su hocico alargado


martes, 3 de mayo de 2016

ÁGUILAS REALES Y CALZADAS, TARABILLA NORTEÑA Y MÁS

Tras reunión con familia un día y amigos al siguiente de este puente, la mañana del lunes la dediqué a la primera visita del programa SACRE. Aunque luego el sol fue abrasador, a primera hora había habido una pequeña helada que casi no me dejaba ni escribir, y aunque el objetivo era anotar aves, en alguna estación o de camino, no pude evitar sacar la cámara.

La primera en caer, fue una tarabilla norteña (Saxicola rubetra), un bonito pajarillo que andaría en paso, pues sus zonas de cría más cercanas son las zonas de montaña del centro y norte de la Península Ibérica.

A diferencia de la tarabilla común, que la encontramos todo el año,
 la norteña tiene una marcada ceja blanca
Es satisfactorio volver por alguna estación y comprobar que todos los años a la misma hora hay siempre un aguilucho cenizo (Circus pygargus) rondando.

Aunque a contraluz, se aprecia el color cenizo del macho y las dos franjas de puntos en las alas
También una grajilla (Corvus monedula) aguantó estoicamente mi presencia durante los 5 minutos que dura el muestro, y es que tenía su nido a menos de 20 metros de mi  posición.

Con su ojo gris pálido, la grajilla me vigilaba 
De camino a Valdarachas en una quejigar a la umbría, unas llamadas chasqueantes me llamaron la atención. Se trataba de varios volantones de zorzal charlo (Turdus  viscivorus), que llamaban a sus padres por el miedo a mi presencia.

Recién salido del nido, yo creo que este zorzal charlo
no sabía muy bien qué era ese bicho de dos patas
Ya en Valdarachas, una pareja de águilas calzadas (Hieraetus pennatus) estuvo sobrevolando la zona a baja altura. Luego se posaron en unos chopos y después uno de ellos volvió a volar. Un lujazo.
 
Uno de los ejemplares, a contraluz, posado en el chopo
De nuevo en vuelo, mostró perfectamente el plumaje característico de los individuos claros
De frente, muestra una cabeza más bien ancha
También en Valdarachas un alcaudón común (Lanius senator) me vigilaba mientras anotaba a un montón de pájaros durante los 5 minutos de rigor.

Con un ojo me vigilaba, mientras con el otro no dejaba de atender
a cualquier insecto sobre el que abalanzarse
Y acabé los muestreos con la jefa de todo esto por encima de mí,  disfrutando de una águila real (Aquila chrysaetos) en vuelo.

Desde una posición más alta que ella, pude ver su plumaje dorsal sobre un fondo no muy natural
A mi misma altura el fondo era otro más conocido, la Pedriza a decenas de kilómetros
Más cerca de mi oteadero se me puso de perfil
Aún hubo tiempo para dos horas de paseo en familia disfrutando del sol y comprobando que las puestas de sapo de hace unas semanas siguen creciendo mientras los charcos menguan. Menos mal que dan lluvia esta semana de nuevo.


Cualquier paseo en esta época deja visiones agradables, como este campo de colza.

domingo, 10 de abril de 2016

RAPACES Y RASTROS

Un rato esta mañana, de nuevo en la compañía de amigos del grupo http://tagonius.org/, ha dado para aprender y redescubrir cosas que uno no acaba de creerse si no se lo confirma gente de mayor experiencia. Con ellos y un invitado de la famosa Doñana, hemos pasado un rato preparando el trabajo de alguno de los programas que realiza el grupo, y que si dan frutos habrá que contar más adelante.

Muchas veces he sospechado de la presencia de gatos monteses y tejones (Meles meles), entre otros bichos, por Santorcaz, hace quince días llegó la confirmación con los gatos, y hoy con los tejones. No es que hayamos visto a uno, pero sí sus inconfundibles huellas. También había otros rastros de fauna interesante, y que ojos acostumbrados a rastrear linces y bichos alcarreños no he dejado de anotar.

Varias huellas de tejón, inconfundibles con sus planta y 5 dedos bien marcados,
como un pequeño oso 
Excrementos de gato, seguramente montés
Huellas de jabalí
Antes de quedarme solo y tras varios espectaculares cernidos,
un macho de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) descansó en una encina
Después me he quedado no más de media hora a "mi aire" y la verdad es que han sido fructíferos pues aunque el cielo era gris y había poca luz, algunas rapaces han volado suficientemente cerca.

Hembra de aguilucho lagunero (Circus aeroginosus) que estaba muy activa
En esta foto se aprecian sus características partes pálidas en cabeza, garganta y "hombros"
Alas largas y estrechas, con los extremos negros, también son características 
El macho se dejó ver menos, pero ahí estaba también
Muy cerca de una atalaya árabe, un ratonero (Buteo buteo) desde otra atalaya,
 vigilaba su territorio
Y no quiso faltar a la mañana, la dueña de todo lo que vuela por Santorcaz,
el águila real (Aquila chrysaetos)

lunes, 16 de noviembre de 2015

ÁGUILAS REALES, MUSARAÑA Y LUCIÉRNAGA

Prismáticos, cámara de fotos, martillo de geólogo, red de camuflaje, guías, linterna frontal, navaja multiusos, red de camuflaje... es la carga que transporto habitualmente cuando voy al campo. El domingo, la carga era muy diferente, pesaba más de 4 kilos y medio y de vez en cuando se movía. No impidió que siguiésemos disfrutando de este otoño tan cálido y, como la semana anterior, los pájaros pequeños no se dejaron acercar, no así algunos de los más grandes: una pareja de águilas reales (Aquila chrysaetos).

A gran altura, los dos individuos, ya adultos, ciclearon juntos y de vez en cuando hacían picados y ascensos en lo que pudiera ser un vuelo de cortejo y afianzamiento de la pareja.






El mundo alado dio poco más de sí, aunque de nuevo pasaron grullas como la semana pasada. En cuanto a los bichos peludos, vimos al más pequeñito de ellos: la musaraña (Crocidura russula). La pena fue que parecía haber sido atropellada en un camino. De nuevo un triste final...


Musaraña gris, un bichicho de entre 4,6 y 14 gramos
Y llegando al pueblo, cerca del lavadero, de nuevo una sorpresa que se repite este año: una luciérnaga (Lampyris iberica?). La segunda de este año, esta vez a pleno día y una larva. Como dije en una entrada anterior, hacía 20 años que no las veía.


Totalmente diferente a los adultos, las larvas de las luciérnagas se parecen a las hembras adultas, no a los machos que tienen el aspecto típico de un escarabajo (ver luciérnaga macho)
Como siempre, fue un día muy agradable, con los colores del otoño en las hojas, y con la alegría de que mi polluela ya ha visto dos águilas reales en menos de dos meses de vida... ¡qué siga la racha!

Los chopos (Populus alba) ya no flanquean el arroyo pero siguen flameando en los otoños

domingo, 22 de febrero de 2015

AVEFRÍAS Y ÁGUILA REAL

Lo que se prometía un mañana primaveral tras una lluvia nocturno, acabó en un frío vendaval que casi nos hace volver el sábado del campo sin nada que poder contar. Pero el pueblo de uno, nunca defrauda, y cuando estábamos llegando a Santorcaz desde el Camino de Pezuela cubiertos con gorros y bufandas, un pequeño bando de avefrías (Vanellus vanellus) captó mi atención.

Al levantar el vuelo junto al camino que traíamos llamaron mi atención. 
Son las avefrías unas aves limícolas, pero que podemos ver en Santorcaz durante el invierno. Incluso algunos años lluviosos, en que algunas tierras se encharcan, han podido criar aquí. Lástima que sean algo asustadizas, pues de cerca muestran unas partes superiores negras con brillos metalizados verdosos.

Aún a distancia se observa su capa blanca y negra con reflejos verdosos
Cara al viento, para ofrecer menos resistencia, iban buscando invertebrados aquí y allá
Al final levantaron el vuelo y se alejaron mostrando sus características alas redondeadas y vuelo mariposeante.

Las alas muy redondeadas es un carácter definitorio de las avefrías
Los bandos son caóticos, sueltos
Con la cara helada, nos acercábamos a Santorcaz  y tras las lluvias y con el fuerte viento, una limpia atmósfera nos hacía dudar de si se trata de un pueblo serrano o de la alcarria madrileña, pues parecía que se podía tocar la nieve de la Sierra.

Iglesia de San Torcuato con la Sierra de Guadarrama al fondo
Con la cámara ya en la mochila un pálpito me hizo levantar la vista, y allí estaba la reina de las aves: un par de águilas reales (Aquila chrysaetos). Siempre pasa lo mismo, no hay que guardar prismáticos ni cámaras hasta no llegar al coche o casa, pues se puede perder uno joyas como éstas. En todo caso, más rápido que Billy el Niño, abrí mochila, saqué cámara, quite tapa del objetivo, encendí, medio-enfoqué, disparé y... ¡¡di en el blanco!!

Águila real planeando. Subadulto como demuestran las manchas claras de sus alas