Bueno, pues después de varias semanas de mal tiempo y quehaceres varios, hemos podido ir a Santorcaz. Además, la mañana del domingo madrugué y me fui al campo a disfrutar del fin del invierno.
Amaneció nublado y frío, pero pronto vi a uno de los heraldos de la primavera, que cada año espero ansioso porque no quiero perdérmelos. Se trataba de una pareja de aguiluchos laguneros (Circus aeroginosus) que jugaban juntos. Al final la hembra se cansó y descansó un rato en un ribazo.
Desde muy lejos, este aguilucho lagunero hembra me observaba, mostrando su color chocolate, y los hombros y cara color crema |
El sol, aún bajo, no conseguía atravesar las nubes así que el frío no me abandonaba.
De nuevo, otros pájaros ya barruntaban la primavera y un carbonero (Parus major) cantaba en lo alto de un quejigo mostrando sus espléndidos colores.
Al final las nubes se disiparon un poco y la luz del sol empezó a iluminarlo todo.
Parece que la actividad de las rapaces arrancó de repente y todo empezó a suceder muy rápido: paso de milanos reales (Milvus milvus), aguiluchos laguneros atacando a un ratonero (Buteo buteo), un cernícalo de caza (Falco tinnunculus) y una pareja de ratoneros acosando a un águila real juvenil (Aquila chrysaetos). En fin que estuve bastante entretenido.
Cernícalo cerniéndose, con la cola totalmente desplegada. Se trata de un macho, ya que tiene la cabeza y la cola gris |
En otro lance con un fondo de tierra. Estuvo un buen rato cerniéndose aquí y allá, y hasta pude grabar un vídeo, aunque de escasa calidad |
A pesar de la lejanía, se puede ver la silueta típica de un águila real, que probablemente nació el año pasado porque tenía el arranque de la cola completamente blanco |
A media mañana volví a casa y salí a dar un paseo con mis chicas. Fue divertido ver cómo la pequeña perseguía a su sombra y no conseguía atraparla, pues ya se sabe, sólo Lucky Luke, es más rápido que su sombra. Siguieron pasando milanos reales, aunque ninguno descubrió a esta pequeña musaraña (Crocidura russula).
Diminuta, no sé qué le pasaría a esta pobre musaraña. Parece un roedor, pero es un insectívoro, y se diferencia fácilmente de ratones y topillos por su hocico alargado |
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