miércoles, 14 de julio de 2021

CULEBRA DE ESCALERA, CORZO, ALCAUDÓN REAL MERIDIONAL, ÁGUILAS IMPERIAL Y CULEBRERA... DE TODO UN POCO

Han pasado muchas semanas desde la última vez que salí al campo y a pesar de que se avecinaba la bestia africana, la mañana del sábado no amaneció excesivamente calurosa. De hecho, en las umbrías hacía fresco y una culebra de escalera (Rhinechis scalaris) aún no estaba activa y se dejó acercar muchísimo.

Culebra de escalera con sus dos líneas longitudinales típicas de adulto, aunque aún se insinúan las líneas transversales de los juveniles

Ya al sol, me llamó la atención unos cuantos alcaudones reales meridionales (Lanius meridionalis) con su llamada carraspeante y poco después a lo lejos un águila imperial (Aquila adalberti). Sigue fijado en Santorcaz el individuo subadulto que se lleva viendo desde la primavera.

Sobre una coscoja, con su típico antifaz negro, un alcaudón meridional alerta

En el vídeo nos muestra su llamada de alerta

Muy lejana, pero se reconoce al águila imperial que ronda por Santorcaz 

Entre unas chaparras descubrí varias carcasas de corzo (Capreolus capreolus). Supongo que era el lugar elegido por los cazadores para abandonar sus cuerpos una vez cobrados los trofeos. Algunos estaban sin un gramo de carne y una pluma de buitre, dejaba constancia de que casi todo se aprovecha en el campo. 

Piel, pezuña y huesos

Aquí sólo costillas

Éste conservaba algo más que los huesos

Los buitres se beneficiaron de la caza

Unos minutos después, echando la vista atrás un corzo y yo nos miramos, él medio escondido en un campo de avena. Cuando continué por mi camino alejándome de él, puso aún más distancia. Saben que no deben fiarse.

Orejas y ojos fijos en mí

Cuando le dí la espalda, puso distancia entre nosotros

Y ya en el monte, otra vez a vigilarme

Otra protagonista de semanas anteriores, un águila culebrera (Circaetus gallicus) completamente blanca.

Casi totalmente blanca esta águila culebrera

Y acabé en el Arroyo de la Dehesa, donde me sorprendió ver un faisán (Phasianus colchicus) atropellado y una rata de agua (Arvicola sapidus) que me vigilaba semisumergida.

¿Habrá más faisanes por Santorcaz?

Muy nerviosa se sumergía y sólo salía para respirar y vigilar

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