lunes, 19 de agosto de 2013

GOLONDRINAS Y AVIONES

Es habitual, en Santorcaz, y en otros lugares, confundir y cambiar el nombre a algunas especies de aves. Esto ocurre con los hirundínidos, la familia de aves que llamamos golondrinas y aviones. Es normal y comprensible, pues son aves similares si no se presta atención. Como llevo un poco de retraso con las entradas en agosto, me he animado a hacer una para mostrar las características de este interesante grupo de aves que vive en Santorcaz.

Lo primero es conocer a los protagonistas: pues bien, hay dos principales o más comunes, el avión común (Delichon urbicum) y la golondrina común (Hirundo rustica), pero además hay un secundario más raro, la golondrina dáurica (Cecropis o Hirundo daurica), mucho más escasa y reciente colonizadora proveniente del sur. Las tres especies son migrantes, es decir desaparecen en otoño y no vuelven hasta el final del invierno. En los 11 años que llevo anotando llegadas y salidas de aves, estas son las fechas más extremas de primera y última observación, así como el periodo en que son vistas de manera habitual:

                           1er avistamiento       -         estancia habitual      -   última observación

Avión                         6 feb                         mitad marzo a fin sept              30 oct

Golondrina común        1 mar                          mitad marzo a fin sept              8 oct

Golondrina dáurica           -                            finales marzo a fin sept                 -

Con sólo 10 años de datos es difícil valorar si la llegada de estas aves se ha adelantado cada vez más como consecuencia del cambio climático, pero la sensación es que así ha sido, y que cada vez parece que llegan antes, aunque sea sólo unos ejemplares y de manera intermitente.

Sin más preámbulos diremos que las tres especies son ágiles voladoras que se alimentan de insectos en vuelo, tienen alas estrechas y largas, colas más o menos ahorquilladas y patas cortas, aunque suficientemente largas como para levantar el vuelo desde el suelo, como no pueden hacer los vencejos.

Las tres especies tienen dos colores principales: blanco y negro, y en el caso de las golondrinas se añade los tonos rojizos y cremas en zonas concretas. En las fotos siguientes se describen los aspectos característicos de cada especie. (Como siempre, pulsando la imagen, se amplía)

Golondrina común: garganta roja, collar negro y cabeza, lomo y rabadilla u obispillo negro completamente. Cola ahorquillada.
Golondrina dáurica: garganta, rabadilla y viente color crema. Nuca anaranjada. Cola ahorquillada.
Avión común: blanco puro las partes inferiores y la rabadilla, resto, negro azulado brillante en adultos. Cola escotada.


Tres golondrinas jóvenes arriba y un avión común joven abajo (colores más apagados).

Golondrina dáurica en que se aprecia la nuca anaranjada y partes inferiores crema con listas

Avión común en vuelo (obispillo blanco) y golondrinas comunes (garganta roja) posadas recogiendo barro para sus nidos

Tres obispillos blancos = tres aviones comunes
Dos obispillos negros = dos golondrinas comunes

Otras diferencias curiosas se encuentran en la forma y lugar de emplazamiento de sus nidos. Todos son de barro y saliva, pero con las siguientes características:

                               Forma                              Lugar preferido de ubicación

Avión común              Copa cerrada con orificio    Aleros de edificios

Golondrina común       Copa abierta                    Porches, Garajes, Desvanes

Golondrina dáurica      Copa cerrada con túnel      Puentes y voladizos

Añadir también que el avión común, forma colonias que pueden ser muy numerosas en un mismo edificio, mientras que las golondrinas hacen sus nidos de forma más solitaria.

En las fotos siguientes se puede ver algunos de estos nidos:

Nido de golondrina común con pollos: abierto por arriba en un porche
Nido de golondrina dáurica: con túnel lateral de entrada bajo un puente
Nido de avión común con un pollo: cerrado con un orificio en un alero

Golondrina común entrando al nido, se aprecia la cola muy ahorquillada y con puntos blancos.

Avión común entrando al nido, se aprecia el obispillo blanco y la cola escotada

Pues ya no aburro más, sólo decir que estos simpáticos pajarillos son los heraldos del buen tiempo, que devoran con fruición toneladas de mosquitos, y que sólo tenemos que soportar sus excrementos en lugares muy concretos de nuestros edificios y si ponemos una chapa bajo ellos, ni siquiera tendremos que limpiarlos. Bien merecen nuestro respeto, pero como recordatorio, cito el artículo 52.3 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad:

"Queda prohibido dar muerte dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico.

Esta prohibición incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, de sus crías o de sus huevos, estos últimos aun estando vacíos, así como la posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos o de sus restos, incluyendo el comercio exterior."

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