Hace una semana que hemos vuelto de pasar unos días por Asturias, por la zona de Ribadesella. Queríamos que la última en llegar a la familia se bañase por primera vez en la misma playa en que también lo hicieron sus hermanos mayores, la Playa de Vega. Esta larga y ancha playa flanqueda con acantilados con minerales al occidente y fósiles y huellas de dinosaurios al oriente, con un río, prados con vacas y algunos chiringuitos y restaurantes nos tiene enamorados. Además de la playa, la ciudad de Gijón y su acuario, los lagos y basílica de Covadonga, el Museo del Jurásico, los bufones de Pría, playas como la de Ribadesella, Gulpiyuri, Guadamía, quesería de Gamonéu... en fin muchas cosas que vimos pero de las que aquí, como siempre sólo queda escrita la parte más naturalística.
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Junto a nuestra casa, nuestro vecino era un caballo que aceptaba todas las manzanas que le dábamos, y estuvimos a punto de llevárnoslo en el maletero a petición del hijo mediano |
Pero la sesión de fotos comenzó en Unquera donde paramos a comer al aire libre y en cuanto nos movimos alguien aprovechó lo que se nos había caído de la mesa.
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Una gaviota patiamarilla (Larus michahellis) sabía perfectamente que tras los bocadillos siempre quedan migas por el suelo |
Nada más llegar a nuestra casa, en Alea, Ribadesella nos encontramos con un mirlo (Turdus merula) desvalido que hizo las delicias de los niños. Lo pusimos al resguardo de los gatos y al día siguiente ya no estaba.
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El mirlo aún estaba muy desvalido, las boqueras muy amarillas de muestran su juventud |
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La marea baja es una delicia para que los niños hagan sus descubrimientos |
El primer día lo pasamos en Gijón, paseando por la inmensa Playa de San Lorenzo, Cimadevilla, el acuario, el Parque de Isabel La Católica...
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Desde la Iglesia de San Pedro la Playa de San Lorenzo |
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En las rocas una gaviota patiamarilla vigilaba por si algún pescador "perdía" su presa |
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Pescando estaba este joven cormorán grande (Phalacrocorax carbo) |
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Puerto deportivo y centro de Gijón |
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Desde el Elogio del Horizonte, las gaviotas se ven desde arriba |
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En las praderas junto al acuario había varios colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros) |
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En el Parque de Isabel La Católica había pájaros enjaulados y otros libres como estas garcetas (Egretta garzetta) |
El segundo día subimos los Lagos de la Ercina y Enol, e incluso con un bebé y dos niños de 7 y 4 años hicimos la ruta circular típica y nos dio tiempo luego a ver la Basílica de Covadonga.
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Lago de la Ercina |
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En los prados las chovas piquigualdas (Phyrrocorax graculus) buscaban insectos en las boñigas de las vacas |
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Cuando paramos a comer, nos rodearon varios pinzones (Fringilla coelebs) como este macho |
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Enfocada al fondo una hembra |
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También había mirlos, como este jovenzuelo |
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Lo que fue más raro es que algún acentor (Prunella modularis) se acercó también en busca de sobras |
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Aunque la luz no era favorecedora este alimoche (Neophron percnopterus) merece salir |
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El Lago Enol tenía un buen vigilante |
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Ya en el aparcamiento una culebrera (Circaetus gallicus) nos despidió antes de ir a Cangas de Onís |
El miércoles, fuimos a aprovechar la gratuidad del Museo del Jurásico, y aprendimos que las aves son dinosaurios que no se extinguieron. Después de comer fuimos a ver huellas de esos dinosaurios en la Playa de la Griega y después nos acercamos a ver otras playas y accidentes costeros: una playa tan estrecha como la de Guadamía, de interior como la de Gulpiyuri y los bufones de Pría.
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Pies humanos sobre huellas de dinosaurios |
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De camino a las huellas encontramos este ciervo volante menor (Dorcus parallelipipedus) |
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La Playa de Guadamía está al fondo de un estrecho brazo de mar |
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Junto al aparcamiento de Pría un zorzal común (Turdus philomelus) estuvo buscando lombrices |
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Los bufones de Pría, que escuchamos y vimos eran espectaculares, como las vistas de los acantilados cercanos |
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Acabamos el día en la Playa de Gulpiyuri, la que se cuela entre las piedras y aparece entre prados |
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De camino a Gulpiyuri vimos una pareja de faisanes (Phasianus colchicus) |
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Ésta es la hembra, mucho más discreta |
El jueves fue más tranquilo y estuvimos bañándonos en nuestra querida Playa de Vega donde comimos y por la tarde paseamos por Ribadesella.
El viernes fuimos a una quesería a que nos enseñasen el proceso de fabricación del queso Gamonéu, probamos todos y nos encantó a todos, y por la tarde fuimos a darnos el último baño en la Playa de Vega donde vimos anochecer mientras cenábamos en una de sus terrazas.
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Había nubes altas y las últimas luces se filtraban entre ellas dando bonitos tonos dorados |
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Al final el sol no se puso por el horizonte pues había nubes lejanas |
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Con el sol ya oculto aún vimos las siluetas de los patos en el río que desemboca en la playa |
Acabo con algunos de los vecinos que tuvimos en el patio de casa o en las cercanías.
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La primera mañana este bonito Carabus auratus se paseaba cuando nos despertamos |
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La última noche vimos entre las hierbas una luciérnaga |
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Muchas mañanas los mirlos cantaban en los árboles vecinos |
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A poco que hubiese sol podíamos disfrutar de unas confiadas lagartijas roqueras (Podarcis muralis) |
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El macho es el de la izquierda y a la derecha la hembra |
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Los gatos de la vecina traían como trofeos varias musarañas cada noche, probablemente eran musarañas tricolores (Sorex coronatus) |
La última foto del viaje la hice cuando comíamos en Reinosa, un ratonero (Buteo buteo) que andaba de caza.
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Vimos ratoneros en Asturias por todos sitios, pero no fue hasta la vuelta en coche cuando pude fotografiar a uno |
Y aquí acabo, con los bichos y algunos paisajes de Asturias, las decenas de fotos de nuestros recuerdos pasarán al álbum familiar.