Este pasado jueves, aprovechando que era día festivo, subimos con unos amigos al Ecce Homo, uno de los cerros que rodea a la ciudad de Alcalá de Henares. Un intenso sol, alguna cuesta, un par de tortillas y buena compañía hicieron que disfrutásemos de un estupendo día de campo.
En cuanto a naturaleza, tampoco estuvo mal, en un corto trecho se atraviesan varios ambientes, cada uno con su fauna asociada. Destacan las repoblaciones de pinos con diferentes edades aunque en la actualidad han plantado cosas tan diversas como lentiscos y madroños.
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Repoblaciones recientes de pinos carrascos (Pinus halepensis)
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Los trigueros, habitantes de espacios abiertos (Emberiza calandra) aún habitan en pinares jóvenes |
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En pinares maduros, los pinzones (Fringilla coelebs) son los más numerosos
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En algunos lugares sin embargo aún perviven algunos parches de monte autóctono formado por encinas (Quercus ilex) y coscojas (Quercus coccifera).
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En término medio, monte autóctono rodeado de pinares
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Junto a los pinares, barrancos cubiertos de esparto (Stipa tenacissima) y cortados arcillosos son los hábitats más extendidos.
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Cárcavas y barrancas en las arcillas de Alcalá
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Las chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) aprovechan los cantiles para anidar |
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Cogujada montesina (Galerida theklae) otro habitante de los matorrales
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Enormes cañahejas (Ferula communis) llamaron nuestra atención |
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Ruinas como el antiguo castillo árabe de Alcalá o antiguas explotaciones ganaderas también ayudan a la fauna a encontrar cobijo en sus recovecos.
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Una collalba negra (Oenanthe leucura) en uno de los lienzos en ruinas del castillo, con material en el pico, indicio que muestra la existencia de un nido cercano |
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Otra collalba, en actitud suplicante se dirige a la collalba de la foto anterior |
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En esta fotografía se aprecia perfectamente el curioso diseño de sus plumas caudales |
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Una salamanquesa (Tarentola mauritanica) se pasea sobre un graffiti |
Por supuesto, el propio aire, también es un lugar a donde dirigir la cámara en busca de sus habitantes. En lo alto del Ecce Homo, se congregaban un gran número de vencejos (Apus apus) para capturar a los insectos que la brisa levantaba al chocar con la ladera.
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Decenas de vencejos se alimentan de plancton aéreo, con la Sierra de Guadarrama al fondo y mi facultad en primer término, a la derecha ¡qué tiempos! |
La cercanía del vertedero de Alcalá hacía también que el trasiego de cigüeñas, grajillas, garcillas bueyeras y milanos fuese continuo.
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Milano negro (Milvus migrans) con su típica cola levemente escotada |
En fin, en la entrada siguiente contaré lo que dio de sí el resto del macropuente, ya en Santorcaz.