Este fin de semana hemos estado en Santorcaz, y aunque, ornitológicamente hablando, no ha sido espectacular sí que hay varios asuntos que merecen la pena reseñarse:
- La continuidad de una colonia de gorrión moruno (Passer hispaniolensis)
- La adaptación de algunas aves a los impactos humanos
- La impaciencia por la llegada de la primavera
- La posibilidad de saber cosas de las aves por sus señales
Una colonia de gorrión moruno
La inexistencia de hojas en algunos árboles, permite detectar fácilmente los nidos de muchas aves que pasan desapercibidos durante la primavera y el verano. Este sábado en un corto paseo pudimos observar cómo en una pequeña chopera un nido de ratonero común (Buteo buteo) sirve de foco de atracción a los gorriones morunos. Es este gorrión un habitante habitual del norte de África y el suroeste de la Península Ibérica, que está protagonizando una expansión hacia el norte y el este. De hecho, detecté su presencia en Santorcaz en 2008. Dado que hay nidos de rapaces en juego, no desvelo el lugar.
Como se puede ver en la foto, los nidos de gorrión (pequeños) se arremolinan en torno al del ratonero (el mayor abajo), buscando, seguramente, la protección que una rapaz puede producir frente a otras rapaces, urracas, o pequeños mamíferos. Durante el verano pude fotografiar a uno de estos gorriones morunos, que se diferencian del común por presentar un gran babero negro que se extiende en forma de estrías por los flancos, mejillas blancas y coronilla rojiza.
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Macho de gorrión moruno |
Aves e impactos humanos
He dedicado unos 5 años de mi vida profesional al seguimiento del impacto de las obras lineales en el medio ambiente. Ahora en Santorcaz, el Canal de Isabel II está realizando una canalización hasta Los Santos de la Humosa. Esta herida abierta tardará en cicatrizar en muchas zonas, y tal vez algún día haga una entrada valorando las medidas correctoras tomadas y los impactos residuales que pueda detectar.
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Vista de las obras con Santorcaz al fondo y el Arroyo de la Dehesa en el centro. |
A pesar de todo, el agua es un poderoso atractivo para muchas especies, como para este azulón o ánade real (Anas platyrhynchos), que incluso rodeado de mallas y cintas de obras, tubos y arquetas encuentra reposo en los charcones creados por las obras al represar el arroyo. Siempre ha habido patos en el arroyo (cuando lleva agua) pero llama la atención que haya elegido la zona más expuesta para pasar la mañana.
La primavera que no llega
Parece que las plantas más impacientes están deseando la llegada del calorcito, y así los almendros están a punto de explotar en flor...
... algunos no pueden resistirse y se arriesgan a sufrir una helada, y es que recordemos que estamos a más de 800 m de altitud.
También las aliagas (Genista scorpius) están a punto de teñir de amarillo los cerros más resecos.
La Lithodora fruticosa (asperón, carrasquilla, planta de las 7 sangrías) tampoco se resiste, y tímidamente empieza a ofrecer sus flores a insectos casi inexistentes...
Y digo casi inexistentes, porque me pude topar con esta bonita oruga, que a pesar del rocío de la mañana, se abría paso entre las hojas. Gracias a la ayuda de mi amigo Gabriel, he podido poner nombre a este insecto: Chondrostega vandalicia, que se trata de una polilla endémica de la Península Ibérica.
Plumas y señales
El estudio de la fauna no siempre depende de la observación directa, sino que muchas veces se puede obtener mucha información con el análisis de las señales dejadas por ésta.
Es el caso de las plumas que encontré bajo una encina. Allí había unas 20 plumas recientes de búho chico (Asio otus). También había algunas viejas de paloma torcaz, pelo de conejo, y huesos de mamíferos. Es decir había descubierto el lugar donde un gran depredador se oculta para devorar sus presas tranquilamente. Puesto que las plumas estaban arrancadas y no cortadas (como haría el mordisco de un mamífero) deduje que se trataba del lugar donde descansa habitualmente un búho real (Bubo bubo).
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Plumas de búho chico |
Algunas egagrópilas (restos semidigeridos de pelo, pluma y hueso que regurgitan las rapaces) y sobre todo, una pluma enganchada en una aliaga, me confirmó la idea de que un gran búho real estaba eliminando competidores en la zona.
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Plumón de búho real |