Se está convirtiendo en una buena costumbre que celebre mi cumpleaños haciendo la segunda visita del seguimiento de aves invernantes aprovechando los días libres que no he disfrutado del año anterior. El pasado lunes salí por Santorcaz en un día frío a veces nublado y a veces soleado. No hubo mucha oportunidad de fotografiar en condiciones muchas aves, pero como pasa desde hace unos años, los corzos (Capreolus capreolus) ahora son tan abundantes que siempre salen a animar el día.
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Tres corzos me salieron en mi misma ladera y al asomarme pensando que aún estarían cerca los descubrí mirándome con cierto recelo en la ladera de enfrente |
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El del centro era un macho, con sus cuernas cubiertas del terciopelo |
En el vídeo se comprueba cómo se mueven con soltura incluso en terrenos con mucha pendiente
Como decía, las aves no se dejaron ver, tan sólo algunas rapaces, lejanas, entre ellas un águila imperial ibérica adulta (Aquila adalberti).
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Si en la primera visita tuve la suerte de ver una real joven, ahora ha sido una imperial adulta, que se han vuelto relativamente frecuentes en Santorcaz |
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Un ratonero en vuelo (Buteo buteo) |
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Aquí una pareja de ratoneros muy lejanos, supongo preparándose para el celo de la primavera |
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Fuera de las rapaces sólo esta lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) que estaba en el lavadero se dejó fotografiar |
Acabo con una huella de lo que creo que es un tejón (Meles meles) en una zona en que nunca los había detectado antes.
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A priori, los tejones y los osos son los únicos que tienen los cinco dedos marcados a la misma altura |
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