Tres meses, tres meses con la cámara en el servicio técnico. Fue durante la graduación del pequeño, se rompió la correa y todo el cuerpo óptico ha tenido que ser sustituido. Así que a la primera oportunidad he vuelto a salir con la cámara, esta vez por el parque más cercano a casa. Y no ha estado mal, la primera fotografía ha tenido un protagonista de alta alcurnia, un impresionante buitre negro (Aegypus monachus) nos ha sobrevolado.
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Es curioso que un buitre adulto sobrevuele Madrid, pero ahí estaba, mudando varias plumas de las alas y la cola, todo un madurito |
Luego los protagonistas han sido una familia de pitos reales (Picus sharpei) cuyos jovenzuelos están algo acostumbrados al hombre y permiten mejores acercamientos que los más rurales.
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Un joven pito real, como demuestra su bigotera roja y que aún conserva algo de barreado en sus plumas |
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Aquí se pueden ver sus dos plumas rectrices que sirven como tercera pata al estar en los troncos
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Aquí muestra su obispillo amarillo al ser espantado por la niña, que quería verlo más de cerca |
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En una encina otro hermano nos miraba medio escondido |
Cuando estaban tranquilos, los pitos reales se dedicaban a comer hormigas
Y acabamos con otra familia de colirrojos tizones (Phoenichruros ochruros) cuyos padres e hijos andaban a la caza de insectos entre las encinas y las papeleras.
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El padre, con sus colores llamativos y panel blanco en las alas |
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Ésta es la madre o una de sus crías... |
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... al igual que esta que nos muestra su cola roja |
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Al fondo el macho y más cerca la hembra |
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También, cómo no, alguna urraca (Pica pica) se dejaba ver |
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Como barcos sobre un mar de pinos los enormes edificios sobresalen sobre el Parque de la Cuña Verde |
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