Este fin de semana fue más largo de lo habitual porque no hubo cole ni el viernes ni el lunes, así que decidimos pasarlo fuera. El destino fue Ucero, en Soria, donde comienza el Cañón del Río Lobos y cerca de lugares como Calatañazor o El Burgo de Osma. El viernes anduvimos por el cañón, aprovechando que aun hacía buen tiempo y las previsiones no eran buenas para los días siguientes.
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Sin duda, los buitres leonados (Gyps fulvus) son los reyes del cañón |
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En algunos salientes nos observaban los buitres |
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Cuando fotografiaba a este buitre se cruzó por delante un avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), lástima que no estaba a su altura para quedar bien enfocado |
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En algunos puntos los buitres pueden ser observados por encima de ellos |
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Mucho más pequeño y veloz, pude ver un halcón peregrino (Falco peregrinus) |
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Enseguida toman altura y desaparecen |
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Desde el mirador de la Galiana se tiene una buena perspectiva del cañón |
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La Ermita de San Bartolomé en el interior del mismo |
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Después de comer se acercaron a por las sobras un grupito de rabilargos (Cyanopica cyanus) |
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No son fáciles de fotografiar estos bonitos e inquietos córvidos |
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Sobre la veleta de la iglesia de Ucero se juntaron unos cuantos estorninos negro (Sturnus unicolor) |
Los días siguientes trajeron de vuelta a lo más crudo del invierno y no dio para mucho más, en cuanto a aves se refiere. En todo caso, no nos quedamos parados y, entrando en calor en los centros de interpretación, en el coche o en casa, sacamos ganas par ver La Fuentona en Muriel, El Sabinar de Catalañazor, el propio Calatañazor, el acueducto de Ucero, Burgo de Osma y el yacimiento de Uxama.
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De entre las calizas surge La Fuentona, el nacimiento del río Abión |
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Según desde donde uno mire, las aguas son cristalinas, turquesas u oscuras |
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