Estamos recién llegados a este infierno, que es casi cualquier lugar de la Cordillera Cantábrica para abajo, y echamos de menos la primera parte de nuestras vacaciones, donde no pasamos de 25ºC. También echamos de menos la otra parte, en Pirineos, pero esa la contaré otro día. El lugar en el que estuvimos en primer lugar fue Zumaia y alrededores, en la costa guipuzcoana.
Además de los encantos históricos, artísticos, gastronómicos y todos los icos que queramos añadir, el principal valor que me llamó la atención al pensar en el destino, fue su increíble patrimonio geológico. Últimamente ha tomado fama y una palabra es la que lo da fama a nivel internacional: flysch. Y, ¿qué es un flysch? Pues esto:
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Estratos inicialmente horizontales que por empuje se han colocado en forma casi vertical |
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Desde una salida en barco se aprecia la sucesión de estratos casi verticales y en perpendicular a la línea de costa |
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Detalle de estratos verticales y colocados en paralelo a la costa |
Entre Zumaia y Mutriku, se disponen perfectamente ordenadas páginas que abarcan 60 millones de años. Esas hojas incluyen episodios tan interesantes como la extinción de los dinosaurios, cambios climáticos e intercambio en el magnetismo de La Tierra.
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Exactamente en esta zona del acantilado hay un estrato donde se depositaron cenizas con alto contenido en iridio, proveniente del meteorito que cayó en Yucatán y produjo el cataclismo que extinguió gran parte de la vida, incluidos los dinosaurios |
Estas páginas, se pueden fechar, entre otras cosas por las firmas que dejaron los distintos habitantes en cada una de las épocas.
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Bioturbación fosilizada en la roca, es decir rastros, dejados por gusanos y otros invertebrados en un antiguo lecho marino |
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En este caso se intuyen rastros dejados por algún animal con patas |
La abrasión que produce el oleaje y las mareas consiguen crear unos paisajes espectaculares que se denominan rasa mareal y se pueden disfrutar en la bajamar.
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Rasa mareal desde los acantilados de Sakoneta |
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Marea baja en Sakoneta |
Y entre tanta oquedad, no pueden faltar innumerables habitantes adaptados a rocas que se mueven, oleaje, insolación, niños con red, etc.
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Cangrejo peludo Eriphia verrucosa |
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Algún tipo de gobio o blenio |
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Un tipo de blenio |
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Cangrejo corredor Pachygrapsus marmoratus |
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Dentro de la concha de una caracola del género Gibbula se encuentra un cangrejo ermitaño, y subida a la misma, un camarón Palaemon elegans prácticamente transparente |
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Bellotas de mar y restos de las marcas dejadas por lapas |
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Anochecer en la Ermita de San Lorenzo, Zumaia. Un lugar de película (8 apellidos vascos, p. ej.) |
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