La vuelta al cole es inminente y como siempre, reservamos una arte de las vacaciones para el final. Como fuimos muy al sur al comienzo del verano tocaba Norte. Así que hemos pasado unos días en Somo, frente a la ciudad de Santander. Su inmensa playa ha sido la base de operaciones y el lugar donde hemos pasado mucho tiempo, pero como siempre, hemos hecho algunas salidas a ver más cosas. La propia ciudad de Santander, Cabárceno, Liérganes, Solares, Cabo de Ajo son algunos de los sitios que hemos visitado. Sin embargo las Marismas Blancas de Astillero las que han generado "más contenido" para este blog. Esta pequeña Reserva Natural no parecía ofrecernos mucho que ver al principio pues los observatorios están un poco abandonados y la vegetación ya no deja ver nada, pero nos proporcionó la gran aventura del día, y mis hijos me dieron una gran lección.
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Todos se peleaban por proteger al pequeño y desvalido pollito de garcilla bueyera (Bubulcus ibis) |
La fría ciencia, en que los débiles sirven de alimento a los depredadores, el conocimiento de que es una especie común y en expansión, no querer perder el tiempo y tener el corazón más endurecido, me inclinaron a dejar el pollito donde lo encontré, sabiendo que no tendría ninguna posibilidad. Pero los niños me obligaron a darle una oportunidad, todo ser vivo la merece, así que tras hablar con el Centro de Recuperación de Fauna de Cantabria, que me dirigió al 112, que me dirigió a la central de Agentes Forestales que finalmente me comunicó con uno de ellos, que vino a por el pollito. No sabemos qué habrá sido de él, pero me enorgullezco de que mis niños sean capaces de darme una lección sobre la necesidad de intentar siempre hacer lo posible por proteger una vida de los más desamparados, sea lo difícil que sea.
Las Marismas no dieron para mucho más, pero algunas cosillas pudimos ver.
Después de todo, nos fuimos a ver el Cabo de Ajo y aunque los paisajes fueron impresionantes, las aves no acompañaron.
Días antes en Santander me sorprendieron unos vuelvepiedras (Arenaria interpres) que no paraban quietos andando entre nuestros pies y las focas que allí hay. Como no llevaba la cámara, poco pude hacer con el móvil.
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Con la poca luz y lo rápido que se mueven fue imposibles sacarles una foto que no estuviera movida |
Acabo con unos ciervos (Cervus elaphus) y una gaviota patiamarilla (Larus michahellis) que vimos en estado salvaje cuando estábamos a punto de salir de Cabárceno.
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Aunque en el zoo hay lobos y leones, los ciervos salieron en cuanto los humanos nos fuimos |
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Esta gaviota patiamarilla buscaba su merienda en el aparcamiento |