Hace ya unos días que hemos vuelto de nuestro primer viaje de verano, que ha sido a un destino fabuloso: Lanzarote. Esta pequeña isla volcánica nos ha encantado con sus paisajes, playas, miradores, monumentos y experiencias tan distintas a las que estamos habituados. Como la naturaleza es protagonista en Lanzarote, no es difícil encontrar cosas que contar aquí, a pesar de ser un viaje realizado con tres niños pequeños.
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Tras amanecer y cumplir con la playa, por la tarde hicimos nuestra primera excursión, al Charco Verde en El Golfo, un lugar que parecía un decorado de cine. |
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Sobre los basaltos rojos se dispusieron a pasar la noche un bando de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) |
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El segundo día completo fuimos a Timanfaya, pero como llovía, empezamos por el centro de interpretación que tiene unas pasarelas que se internan en un malpaís, un campo de lava |
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Sólo los líquenes son capaces de crecer en los campos de lavas formados solamente hace dos siglos |
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A media mañana dejó de llover y ya fuimos a ver la ruta de los volcanes de Timanfaya |
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En una pequeña área hay cráteres, campos de lava, depósitos de cenizas y lapilli, prácticamente todo lo que permite comprender el vulcanismo de las Islas Canarias |
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Como muchas partes de Lanzarote, los paisajes parecen extraterrestres |
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La carretera de los volcanes parece pensada para rodar anuncios de coche |
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Tras ver cómo el subsuelo de Timanfaya está aún caliente, en el Echadero de los Camellos, donde los niños lo pasaron genial, me entretuve viendo bisbitas camineros (Anthus berthelotti) |
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Rebuscando, se puede encontrar alguna planta, como alguna crucífera |
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Ésta me recuerda a una nevadilla, que se protege entre las rocas basálticas |
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Después de comer propuse ir al interior del cráter de un volcán, el Volcán del Cuervo |
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Y ciertamente aparecieron dos cuervos (Corvus corax canariensis) |
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También disfrutamos de un bonito macho de lagarto de Haría (Gallotia atlantica) |
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Volviendo de nuestro curso intensivo sobre volcanes, también pudimos ver la curiosa forma en que se cultivan las vides: en hoyos hechos en las cenizas y lapilli, para que la planta alcance el suelo y, a la vez, los muretes puedan captar la humedad que transportan los alisios |
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En esos terrenos áridos crecen las barrillas Mesembryanthemum crystallinum, especie a partir de la cual se obtenía sosa y que fue fuente de ingresos para los lanzaroteños antes de la expansión de su obtención química |
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Justo detrás de la Playa de Famara, se extiende un pequeño campo de dunas |
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De camino al Mirador del Río, en la carretera, pude ver un grupo de perdices morunas (Alectoris barbara) que no había visto nunca antes |
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En el Mirador del Río se ven los acantilados de Famara, pero sobre todo... |
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... lo más espectacular es la vista de la Isla de La Graciosa |
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En casi todos los aparcamientos los bisbitas camineros merodean en busca de restos de comida |
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Como teníamos entrada, estábamos cerca y hacía calor decidimos aprovechar a ver los Jameos del Agua, el agujero formado por el hundimiento de un tubo volcánico |
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En este espacio singular, habita una especie de cangrejo cavernícola única en el mundo, el jameíto o Munidopsis polymorpha |
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La parte exterior de los Jameos del agua son unos estupendos jardines |
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Mientras nos tomábamos unos refrescos en los jardines aparecieron varios gorriones morunos (Passer hispaniolensis) |
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Al salir de los Jameos el sol ya no estaba tan alto y decidimos darnos un baño en las calas blancas cerca de Órzola |
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Arenas blancas, aguas turquesas, arrecifes de basalto negro y al fondo el Roque del Este |
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Entre las rocas estuve cogiendo cangrejos con los niños, cogimos varios ejemplares de gran tamaño de Eriphia Verrucosa |
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Al día siguiente sólo estuvimos en la playa, pero decidimos irnos a ver anochecer en uno de los sitios que nos pareció más bonito, las Salinas de Janubio |
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Esas salinas son escogidas por las gaviotas para pasar la noche |
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El día anterior a nuestra vuelta, teníamos las entradas de la Cueva de Los Verdes, otra visita imprescindible. A las afueras, se ve otro ecosistema típico en las Canarias, el tabaibal-cardonal, que ya es capaz de crecer en los campos de lava que tienen algún milenio. |
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Antes de llegar a la cueva paramos a reponer fuerzas en Arrieta y estuvimos entretenidos con un montón de cangrejos Grapsus adsencionis
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Acabo con una de las aves que llenaba con sus graznidos los jardines de nuestro apartamento, la exótica cotorra de Kramer (Psittacula krameri) |
Y aquí acabo con lo que vimos fuera del agua, que fue muchísimo. Lanzarote es una pequeña isla pero repleta de lugares interesantes que ver, dado que los paisajes son radicalmente diferentes a los que estamos acostumbrados a ver. A los niños no les dimos descanso, pero es esa novedad la que los mantuvo atentos a todo lo nuevo que veíamos. En la segunda parte de este viaje, mostraré lo que vi bajo el agua.