Estamos recién llegados de unas mini-vacaciones en Praga, una ciudad con una oferta de cultura, historia y ocio estupenda, y aunque la oferta de naturaleza es más limitada, y más aún en estas fechas, siempre queda algún resquicio para poder contar algo que cumpla con lo esperado en este blog. La verdad es que no ha dado para mucho en cuanto a bichos, y además el día que estuvimos en uno de los parques de Praga, estuvo nevando a ratos así que "sólo" disfrutamos de las vistas de la torre de Petrin y no paseamos entre los árboles. Todo lo que queda por contar es sobre las aves del magnífico puente de Carlos IV sobre el río Moldava.
En una de sus orillas, los cisnes (Cignus olor) decoran las fantásticas fotos que ofrecen el puente, las torres y campanarios de esta ciudad. No obstante ¡ojo con los cisnes! que al mínimo descuido te asaltan para robar cualquier pedazo de galleta que tenga uno entre manos. Nuestra pequeña Silvia tuvo que vérselas con alguno, que al verla de su mismo tamaño, la acosó para robarle el desayuno.
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Cisnes y otras aves rellenan el espacio para hacer aún más bonitas las fotos del puente |
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Como siempre, entre las aves acuáticas más frecuentes están los azulones (Anas platyrynchos) |
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No sé por qué, pero casi todos eran machos... |
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... aunque la verdad es que son preciosos |
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También había bastantes fochas (Fulica atra), aunque no se acercaban demasiado |
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Otras acuáticas del río, son las gaviotas reidoras (Larus ridibundus) |
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Y no siendo acuáticas, se acercan al mismo borde las grajillas (Corvus monedula) |
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Las grajillas parece que miran para ver qué pueden obtener de los humanos |
Sobre las estatuas y barandillas del propio puente, esos mismos protagonistas también aprovechan las sobras y limosnas de los humanos.
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Gaviotas reidoras al anochecer |
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Otra grajilla muestra su delicado plumaje negro y grisáceo |
Un hecho curioso: en cinco días que pasamos no vimos ni un sólo gorrión en la ciudad. Parece que las ciudades europeas van perdiendo a sus más antiguos co-habitantes.
Acabo como dije al principio, ojo con los cisnes que son capaces de acosar al que tenga comida entre manos, y si es a alguien de su tamaño, con más motivo.
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Cisne y niña se aguantan la mirada, en juego, una galleta |