sábado, 28 de febrero de 2015

PAJARILLOS, NÉCTAR Y PICO MENOR EN EL SOTO DE LAS JUNTAS

Teníamos ganas ya de disfrutar de un fin de semana sin tener que estar cubiertos de ropa hasta las cejas, y hoy no hemos desaprovechado la oportunidad. A un pasito de casa, el Soto de Las Juntas, donde se unen el Manzanares y el Jarama, nos ha dado oportunidad de pajarear muy a gusto.

Laguna del Soto de Las Juntas y cantiles del Manzanares al fondo
Pensaba que las estrellas del día serían las aves acuáticas, pero tanto la laguna como los ríos estaban poco animados y las pocas aves que había, casi todas estaban muy lejos.
Grupo de porrones comunes (Aythya ferina) y fochas (Fulica atra)
Un somormujo lavanco (Podiceps cristatos) con el cuello replegado, nada entre fochas y porrones
Sólo una focha se acercó un poco al observatorio desde el que mirábamos
Pero pronto hemos visto que la animación vendría de otra parte, los álamos blancos están en plena floración y sus amentos masculinos atraían a muchos pájaros. El motivo era echarse un trago de néctar, y es que a nadie le amarga un sorbo de agua con azúcar, aunque sea pequeñito.

Carbonero común (Parus major) sorbiendo néctar 
De perfil, se observan perfectamente sus mejillas blancas
Desde abajo, se puede ver la lista negra que va desde el pico a la cola, y que en los machos es más gruesa. Este ejemplar seguramente es un macho
Familiar del anterior, los bonitos herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus) también visitaban los álamos
Al igual que los carboneros, los herrerillos son páridos, y una característica de ellos es su capacidad para adoptar posturas acrobáticas en las ramas más finas
Mejillas también blancas, pero más pequeños y con píleo (coronilla) y alas azuladas, son fáciles de diferenciar de los carboneros
De espaldas se observan las alas azuladas y el lomo verdoso
De colores más discretos, también los mitos (Aegithalus caudatus) usaban los álamos, pero en este caso, supongo que entre las flores femeninas buscaban arañas y pequeños insectos
Con sólo de 8 a 11 gramos, aunque una larga cola, los mitos suelen moverse en grupo, y aunque borroso, se observa otro ejemplar justo detrás del que está en primer plano
También varios pájaros moscones (Remiz pendulinus) se acercaban a los álamos
Colgado de la rama, se puede ver el característico antifaz de este pajarillo que unas semanas más tarde buscará en los chopos las pelusas con las que hacer su nido colgante
Con este botín de bonitos pájaros estaba más que satisfecho, pero aún se dejó fotografiar un bonito jilguero (Carduelis carduelis), pues estaba en una isleta del Manzanares, en que se daba un refrescante baño.

Jilguero (Carduelis carduelis), con su plumaje inconfundible
Bañándose, muestra la característica franja amarilla de sus alas
Y al final, fue cuando llegó la sorpresa y un reclamo que no conocía me hizo buscar y encontrar a un ave bastante escasa: el pico menor (Dendrocopos minor). Se trata del más pequeño de los pájaros carpinteros, y de la segunda vez que veo uno.

Sólo alguna fotografía fugaz entre la maraña de ramas pude hacer, pero aquí se observa perfectamente su dorso negro barrado de blanco, y el píleo rojo, lo que indica que era un macho.



domingo, 22 de febrero de 2015

AVEFRÍAS Y ÁGUILA REAL

Lo que se prometía un mañana primaveral tras una lluvia nocturno, acabó en un frío vendaval que casi nos hace volver el sábado del campo sin nada que poder contar. Pero el pueblo de uno, nunca defrauda, y cuando estábamos llegando a Santorcaz desde el Camino de Pezuela cubiertos con gorros y bufandas, un pequeño bando de avefrías (Vanellus vanellus) captó mi atención.

Al levantar el vuelo junto al camino que traíamos llamaron mi atención. 
Son las avefrías unas aves limícolas, pero que podemos ver en Santorcaz durante el invierno. Incluso algunos años lluviosos, en que algunas tierras se encharcan, han podido criar aquí. Lástima que sean algo asustadizas, pues de cerca muestran unas partes superiores negras con brillos metalizados verdosos.

Aún a distancia se observa su capa blanca y negra con reflejos verdosos
Cara al viento, para ofrecer menos resistencia, iban buscando invertebrados aquí y allá
Al final levantaron el vuelo y se alejaron mostrando sus características alas redondeadas y vuelo mariposeante.

Las alas muy redondeadas es un carácter definitorio de las avefrías
Los bandos son caóticos, sueltos
Con la cara helada, nos acercábamos a Santorcaz  y tras las lluvias y con el fuerte viento, una limpia atmósfera nos hacía dudar de si se trata de un pueblo serrano o de la alcarria madrileña, pues parecía que se podía tocar la nieve de la Sierra.

Iglesia de San Torcuato con la Sierra de Guadarrama al fondo
Con la cámara ya en la mochila un pálpito me hizo levantar la vista, y allí estaba la reina de las aves: un par de águilas reales (Aquila chrysaetos). Siempre pasa lo mismo, no hay que guardar prismáticos ni cámaras hasta no llegar al coche o casa, pues se puede perder uno joyas como éstas. En todo caso, más rápido que Billy el Niño, abrí mochila, saqué cámara, quite tapa del objetivo, encendí, medio-enfoqué, disparé y... ¡¡di en el blanco!!

Águila real planeando. Subadulto como demuestran las manchas claras de sus alas

sábado, 7 de febrero de 2015

PÁJAROS BAJO EL FRÍO

Hacía semanas que no salía al campo y ni la ola de frío más fuerte del año ha conseguido que me amilane y me quede en casa. No tenía mucho tiempo, no había buena luz, había poca actividad pajaril, así que decidí apostar sobre seguro, desapareciendo bajo mi red de camuflaje entre unas zarzas, con temperatura entorno a 1ºC y al arrullo del goteo de un manantial.

En seguida aparecieron los pájaros, muy cercanos ellos, y lo complicado fue poder moverme bajo la red para apuntar y enfocar antes de ser descubierto o de que marchasen a otro posadero.

Como ya he dicho otras veces, los más tranquilos son los pinzones, mientras que fotografiar a un zorzal es todo un triunfo. Tan sólo en media hora saqué un buen puñado de especies, y hubo más, pero o tapados por las ramas o demasiado inquietos, sólo han podido salir en la foto las siguientes: 

Acentor común (Prunella modularis), invernante que
encontramos en las zonas con la vegetación más tupida
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) con capirote negro, por tanto, macho 
Gorrión moruno (Passer hispaniolensis), pájaro que cada vez parece más abundante
Pardillo común hembra (Carduelis cannabina)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
De perfil, el mismo individuo en otro posadero muestra sus colores pardos
Aún a contraluz, los pinzones machos muestras mayor colorido
De frente a los pinzones machos les destaca el píleo gris azulado
 y las partes ventrales rojizas
Triguero (Emberiza calandra)
Zorzal alirrojo (Turdus pilaris), identificable aún entre las ramas
Zorzal común (Turdus philomelos) parecido al alirrojo
Y aquí acaba el repertorio, como digo, satisfecho y con ganas de repetir.

viernes, 23 de enero de 2015

CONTANDO PÁJAROS Y RASTROS EN LA NIEVE

Agotando los últimos días de vacaciones del año pasado, ayer decidí celebrar mi cumpleaños contando pájaros en la segunda visita del programa de seguimiento SACIN. Una pequeña nevada había caído la noche anterior en Santorcaz, así que como madrugué fue un placer estrenar la nieve.


Nada más salir del pueblo detecté a un alcaudón real meridional (Lanius meridionalis) que estaba al acecho de pequeños vertebrados y pajarillos. Tan absorto estaba en su búsqueda, que sólo con un silbido me prestó un poco de atención para mirarme y no darme la espalda ante la cámara durante unos segundos.

Alcaudón real meridional un pájaro capaz de dar caza a otros
A la izquierda el alcaudón, a la derecha una urraca,
muestra el pequeño tamaño de los alcaudones
También buscando comida, un ratonero (Buteo buteo) oteaba posado en un poste eléctrico. Éste sin embargo, huyó de mí rápidamente, pues no suelen recibir buen trato por parte de cazadores furtivos.

Ratonero común sobre un poste de electricidad
Enseguida empecé a detectar rastros de fauna por los caminos. Me llamó la atención la gran cantidad de huellas de conejos y liebres que ví, pero aún más me sorprendió que en todos los caminos y por el monte, siempre había huellas de perro. Y no iban acompañados de personas salvo una vez, siempre perros solos. Esto da que pensar que muchas veces acusamos a la fauna silvestre de la disminución de especies cinegéticas, y no nos damos cuenta de que los predadores más abundantes puedan ser perros y gatos que por las noches campan a sus anchas por el campo. Éstos se han extendido alrededor de naves y otras edificaciones dispersas por el campo.

Rastros de conejo a la izquierda y de perro a la derecha
Continué contando pájaros, y en invierno suele ocurrir que muchas aves se junten, pues no tienen nidos ni territorios que proteger. Esto hace que puedan pasar muchos minutos sin ver nada, y de repente te encuentras con grandes bandadas que no puedes contar y tienes que estimar.

Grupo de trigueros (Emberiza calandra) sobre un almendro
Trigueros preparándose para huir ante mi presencia
Estorninos negros (Sturnus unicolor)
Incluso en la nieve, no fui capaz de detectar una liebre (Lepus granatensis) encamada junto a un matojo. Tras el susto, vi que durante unos segundos salía vapor de agua de la tierra, lo que da idea del calor que desprendía la liebre.

Cama de liebre
Y unos rastros me llamaron la atención y justo he visto que a otro bloguero también le ocurrió. En el blog de el Bichu encontré la respuesta.

Rastros que dejan las rectrices (plumas de la cola) de un ave 
En fin, un día frío pero agradable, pues la nieve siempre deja bonitas estampas y deja grabado durante un tiempo lo que pasa por el campo para el que lo quiera interpretar.




domingo, 11 de enero de 2015

AVES EN INVIERNO EN EL VERTEDERO DE ALCALÁ DE HENARES

Este fin de semana, teníamos que ver pájaros, que ya han pasado diez días del año y aún no había hecho ninguna entrada. Pero teníamos varios planes, así que para no fallar en el poco tiempo que teníamos, de camino a casa de unos amigos decidimos pasar a uno de los sitios donde mayor densidad de aves puede haber. No se trata de un montaña, un bosque o ni siquiera una laguna, se trata de un vertedero, y para rematarlo se accede desde un cementerio... Vamos, que el sitio no es el más agradable que se pueda imaginar, pero las aves sacan partido de nuestros desperdicios, y allí se concentran en gran número y es posible disfrutar de ellas.

Algunos días al final del verano es posible ver cientos de milanos negros (Milvus migrans), pero en pleno invierno están en África. En cambio, son los milanos reales (Milvus milvus) los que en menor cantidad se dejan ver ahora. Vuelos rasantes, piruetas, ataques a gaviotas y huidas ante ataques de otras aves, es un placer ver volar a estos maestros del aire.

Milano real con su típica cola escotada, color rojizo y parte final de las alas más claras
De lado se aprecia perfectamente las características de los milanos reales,
aunque la escotadura de la cola se nota menos
Otra vista de los abundantes milanos reales
Tanto pájaro volando, a veces daba lugar a pequeños acosos y ataques


No obstante son las gaviotas sombrías (Larus fuscus) las más abundantes y las que dominan todo el espacio aéreo.

Gaviota con un pedazo de comida en vuelo
Vista inferior de un subadulto de gaviota sombría
Me llamó la atención no ver ni una sola cigüeña (Ciconia ciconia), estarían en algún otro lugar. A cambio, sí que pudimos ver otras aves zancudas: una garza real (Ardea cinerea) y muchas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).

Garcilla bueyera en vuelo: blanca y con el pico amarillo
Garza real, un poco apartada para tragar tranquilamente el bocado que ha "pescado"
Por último, también había gran cantidad de pájaros mas modestos: grajillas (Corvus monedula), estorninos negros (Sturnus unicolor) y gorriones comunes (Passer domesticus).

Dos grajillas se persiguen y descuelgan en el aire
Grupo de estorninos negros 
Gorriones y estorninos barren el vertedero en busca de desperdicios e insectos
Tendremos que volver, en momentos en que la luz sea más favorable, cuando haya entradas y salidas masivas de aves, o a buscar gaviotas raras, pero si alguien quiere ver muchos pájaros, ya sabe: a los vertederos.

Cada poco tiempo, el nuevo suministro de comida alborota a todas las aves.