lunes, 17 de marzo de 2014

BUITRES NEGROS Y LEONADOS

De nuevo, muy buen tiempo este fin de semana en Santorcaz, así que el domingo anduvimos bajo el sol casi 10 km, tanto por las zonas llanas y altas hacia el Pozo de Guadalajara, como por las zonas más onduladas hacia Los Santos de La Humosa. La primavera parece que quiere llegar y continúan arribando reproductores estivales como las abubillas (Upupa epops), y también otros viajeros en tránsito que hacen paradas logísticas, como las collalbas grises (Oenanthe oenanthe).

Una collalba sale volando de un almendro, se aprecia la banda negra inferior de la cola
Sin embargo, la sorpresa del día la pusieron un par de enormes buitres que nos sobrevolaron a baja altitud. Ya a simple vista se vio que aunque viajaban juntos, cada uno era de su padre y de su madre: uno era un buitre leonado (Gyps fulvus) y el otro un buitre negro (Aegypus monachus). Mientras el primero cría en cortados rocosos y es muy frecuente en las montañas y acantilados fluviales de la Península Ibérica, el otro anida en grandes árboles y es mucho más escaso. Así que siempre alegra ver que aves, que tendrán sus nidos en lugares como La Pedriza, los leonados, o en el Valle del Lozoya, en el caso de los negros, visitan Santorcaz por si algún despojo de un conejo o un perro les quita el hambre.

Buitre leonado con el cuello desnudo, gorguera blanca y dos tonos de plumas en las alas
Buitre negro, todo él de color chocolate negro
Al girar para ganar altura, extiende completamente las alas en 180º
La verdad es que las crisis de las vacas locas, han obligado a estos carroñeros a cubrir mucho más terreno en sus vuelos, al dificultarse, si no prohibirse, el abandono en el monte de los cadáveres de animales domésticos con que se alimentan.

También podría ser calificado como carroñero, o al menos como oportunista, el milano real (Milvus milvus). Una rapaz mediana que anda en paso por estas fechas y que al dar varias vueltas en nuestras inmediaciones, nos permitió ver las características de su silueta y plumaje que le caracterizan.

Por la parte superior muestra una banda de plumas color crema
De perfil se observa su cabeza grisácea y cola que extiende o encoge en función del viento
Desde abajo se observa la cola profundamente escotada y
manchas claras en los extremos de las alas
Igual consideración de parcialmente carroñero y oportunista tienen las cornejas negras (Corvus corone), que andaban persiguiéndose, probablemente para delimitar su territorio. A su vez eran perseguidas por urracas que no las quieren como vecinas. Igual fue este revuelo de alas blancas y negras con reflejos metálicos el que atrajo a buitres y milanos, pues no hay mejores rastreadores de carroña que urracas y cornejas.

Corneja negra posada en un quejigo donde se refugió
del acoso de otros individuos de su misma especie
Cambiando de tercio, escuchamos los agradables cantos de cogujadas comunes, calandrias y alguna alondra en las zonas de cultivos, si bien sólo pude fotografiar a una cogujada montesina (Galerida theklae), emparentada con las anteriores, pero que habitan en zonas más montuosas cubiertas con matorral bajo.

Cogujada montesina en su hábitat característico
Y tras mucho tiempo de ausencia de la mayoría de insectos por el frío, supongo que poco a poco irán tomando protagonismo en las entradas del blog. En este caso el protagonista es un escarabajo depredador que realiza cortos vuelos en zonas con suelo desnudo para capturar a otros insectos: la cicindela (Cicindela maroccana).

Cicindela o escarabajo tigre, nombre que da idea de su capacidad como predador
Aún aprovechamos un ratillo de la tarde para dar un paseo con amigos en este soleado domingo de final del invierno.

Olivos y almendros en primer término, cultivos y carrizales en el centro, monte arbustivo en los cerros y al fondo la Sierra de Guadarrama


lunes, 10 de marzo de 2014

CIGÜEÑA NEGRA EN PASO Y PRIMERA GOLONDRINA

De las nubes, lluvia y viento de las semanas pasadas, hemos pasado al sol radiante que este fin de semana ya hemos podido disfrutar en Santorcaz. El sábado acompañado, y el domingo en solitario, el campo, además de agradable paseos, ha deparado sorpresas, como el avistamiento de una cigüeña negra o la primera golondrina del año en el pueblo. Comienzo con la crónica:
El sábado el sol brillaba y el olor a miel de los almendros acompañaron nuestro paseo.


Sin embargo, algunos pequeños habitantes del matorral no pudieron aguantar el frío de la noche, como esta musaraña (Crocidura russula).

Cola corta, orejas pequeñas, hocico muy apuntado y muelas carniceras,
diferencian a musarañas de ratones y topillos
En los quejigos, los machos de pinzón común (Fringilla coelebs) se desgañitaban para marcar su territorio, poco preocupados de las fotos que les tirábamos.

No es habitual apreciar el obispillo verde de los pinzones

Como dije al principio, el aire limpio fue surcado por otro gran bando de milanos negros (Milvus migrans) en ruta hacia el Noreste.

Milanos girando para establecer un nuevo rumbo
Como en la entrada de hace dos semanas, los milanos llevaban un acompañante que no quería viajar solo: una cigüeña negra (Ciconia nigra), una de las especies más escasas de Europa.

Cigüeña negra, que también se aprecia en la imagen superior, en la parte de arriba
Ya sentados tomando un refresco, una lavandera blanca (Motacilla alba) nos observaba tranquilamente tomando el sol en el caballete de un tejado.

Una lavandera blanca muestra su gran babero negro
Al atardecer, la puesta de sol sacó a la luz las millones de arañas que lanzan sus telas de al viento para viajar hasta encallar en lo que será su próximo hogar.
Telas de araña enredadas en la cebada
El domingo, madrugué algo más, y aunque el cielo seguía azul, el frío de la noche se garraba al cuerpo en cuanto uno se paraba.

El domingo, también la visibilidad era enorme
El primer pájaro en fotografiar, fue una tarabilla (Saxicola torquata) que me observó desde un almendro en flor.

Tarabilla hembra
Las cogujadas montesinas (Galerida theklae) andaban en celo, e incluso también me vigilaron en pareja desde lo alto de un zumaque.

Cogujadas montesinas con su típica cresta y pecho moteado
Durante un buen rato me aposté junto a un zarzal cubierto con una red de camuflaje. La fotografía de más pájaros se facilitó, aunque al no preparar un posadero, era difícil sacar fotos limpias, sin ramas o con la iluminación adecuada.

Casi nunca faltan a la cita los carboneros comunes (Parus major)
Una curruca capirotada hembra (Sylvia atricapilla) posaba junto las flores de un olmo.
 Los machos tendrían el capirote negro
Mirlo hembra (Turdus merula)
Un bonito picogordo (Coccothraustes c.) se ocultó a la sombre de una rama
Un verderón (Carduelis chloris) tomaba el sol con las plumas ahuecadas tas tomar un baño
Un triguero (Emberiza calandra) se acercó y tras un par de cantos se fue
Sin lugar a dudas, los zorzales comunes (Turdus philomelos) siguen siendo
 abundantes en estas fechas, aunque pronto marcharán
También queda algún zorzal alirrojo (Turdus iliacus), con sus remarcadas cejas y flancos rojizos
Con frío ya en el cuerpo, me deshice de mi camuflaje y al salir me topé con un ratonero común (Buteo buteo) que escapó ladera abajo.

Ratonero en vuelo y contraluz
Por último me acerqué al arroyo de la Dehesa para comprobar la "limpieza" perpetrada. A pesar de facilitar el acceso de depredadores y disminuir las zonas de ocultación, una pareja de ánades reales (Anas platyrhynchos) parece que se ha establecido.

La hembra primero y el macho después huyeron de mi presencia
mostrando el azulejo azul de sus alas
En el agua, una pareja de sapos comunes (Bufo bufo) en pleno amplexo se dedicaban a poner huevos.

En los anfibios, normalmente la hembra es de mayor tamaño.
En la foto, se aprecian los cordones gelatinosos de huevos recién puestos.
Si en la foto anterior se muestra cómo la vida busca su propagación, en la siguiente se ve la cruz de la moneda. La carretera hacia Los Santos de La Humosa es una barrera en la que muchos sapos perecen por el sólo hecho de buscar un charco en que poner sus huevos.

En menos de 100 metros y contando sólo uno de los lados de la carretera, pude encontrar restos de 4 sapos. Poco a poco perdemos unos aliados en la lucha contra las plagas que afectan a los cultivos. Carreteras, contaminación del agua, desecación de humedales y miedos trasnochados están acabando con ellos.

lunes, 3 de marzo de 2014

PITOS REALES Y CERNÍCALOS DE CAZA EN LOS PARQUES DE MADRID

Sigue el tiempo variable y este fin de semana sólo hemos salido el domingo por la mañana. El lugar ha sido el más próximo a nuestra casa: el parque de la Cuña Verde de O´Donnell, que cuenta con zonas ajardinadas, pinar y, aún, descampados.
Parecía que tras todo el sábado lloviendo los verdecillos (Serinus serinus) estaban muy activos, comiendo semillas por el suelo o cantando en los árboles aún sin hojas.

Verdecillo macho mostrando su pecho amarillo
El mismo individuo, en el árbol siguiente, también muestra su obispillo o rabadilla amarilla
Con los verdecillos, había jilgueros, y sobre todo, gorriones molineros (Passer montanus). Como he contado otras veces, estos gorriones no se internan por la ciudad, ya que prefieren las afueras y los parques.

Gorrión molinero, mostrando su boina color ladrillo y su "oreja" negra
La nota de color la puso un pito real (Picus viridis), un tipo de pájaro carpintero de color verde de buen tamaño.

Pito real, un pájaro carpintero verdoso y con capirote bermellón
De lado, se aprecia una bigotera negra, lo que indica que es hembra
Estuvo muy entretenido buscando hormigueros, en los que alimentarse. Cuando huyó por la cercanía de un perro nos acercamos a ver los agujeros que practicó en el suelo. En la foto siguiente puede observarse uno de esos agujeros y en el vídeo, cómo introduce su larga lengua pegajosa para atrapar a los insectos.
Agujero hecho por el pito real, para buscar hormigas como se ve en le vídeo siguiente

Y es que en las zonas aún no ajardinadas que aún conserva el parque, existe una mayor biodiversidad, habitando mamíferos como conejos y topillos. Los cernícalos (Falco tinnunculus) patrullan la zona y con el viento de cara se ciernen con los ojos inmóviles a la búsqueda de ratones, topillos o pájaros despistados.

Cernícalo vulgar en vuelo cernido prospectando el suelo.
En el vídeo siguiente se observa cómo maniobra con el viento de cara para permanecer inmóvil y poder detectar cualquier movimiento bajo él.


La verdad es que no se suele mirar mucho al cielo en los parques madrileños, pero siempre es posible detectar alguna rapaz, gaviota o cigüeña en movimiento. En esta época del año pasan muchas rapaces, y pude deleitarme con un bonito milano real (Milvus milvus) que probablemente volvía hacia su lugar de cría más al Norte.

Milano real: como siempre cola escotada y manchas claras en las alas
Y ya yéndonos a casa habiendo tomado un poco el sol y el aire, una lavandera blanca (Motacilla alba) muy confiada se dejó fotografiar para mostrar su lustroso plumaje reproductor de tonos grises, blanco y negro.

Lavandera blanca mostrando su dorso gris y capucha negra
De frente, se observa un gran babero negro, lo que muestra que se trata de un macho

lunes, 24 de febrero de 2014

¿SE ACABA EL INVIERNO? MIGRATORIAS Y CANTANTES

Por fin ha hecho un fin de semana soleado y hemos pasado unos días en Santorcaz, aunque no tuvimos mucho tiempo de disfrutar del campo. Y digo del campo, que no de la Naturaleza, pues a veces no hace falta salir muy lejos para disfrutar de alguno de sus espectáculos: las migraciones. Está acabando el invierno y las aves migratorias tienen que volver a sus territorios de cría, y ya que las especies más grandes necesitan más tiempo para sacar adelante a sus vástagos, tienen que moverse pronto.

El domingo cuando salía por la puerta de casa, sin saber muy bien por qué, miré al cielo, y muy lejos, sobre la torre de la iglesia, alrededor de 50 milanos negros (Milvus migrans) ganaban altura. El apellido latino de esta rapaz, ya indica que es un gran viajero, y en concreto los individuos europeos gustan de pasar el invierno en las zonas tropicales de África. Cruzan el Estrecho en grupos y después se desparraman por toda Europa.

Grupo de milanos negros a gran altura
Con los prismáticos, y luego en casa aumentando la imagen, pude comprobar que un milano real (Milvus milvus) se había unido a ellos, como buscando compañía. Esta especie también se desplaza desde sus territorios de cría norteños, pero no llega tan al Sur, quedándose muchos de ellos a pasar el invierno en la Península Ibérica.

Milano real en el centro, más claro, con "ventanas" claras en las alas
Justo después de comer, el inconfundible trompeteo de las grullas (Grus grus) de nuevo me hizo mirar al cielo y descubrir un enorme bando de unos 200 individuos que volaba en formación hacia el noreste. Estas grullas que en invierno se alimentan en rastrojos y dehesas de Extremadura y Castilla, previo paso a reponer fuerzas por Gallocanta y alguna otra laguna como la de El Hito, llegarán a criar al Norte de Alemania, Polonia, Rusia y los países escandinavos.

Grullas en formación
En algún momento pararon y dieron varias vueltas para reajustar el rumbo y la altura.

Girando en círculos para reorientarse


Y como digo, tampoco hace falta ir muy lejos para disfrutar de las aves, pues aún con el invierno sin acabar, las aves sedentarias ya proclaman a los cuatro vientos cuales son sus dominios. Ellas no saben solfeo y nosotros no hace falta que paguemos entrada para escuchar sus melodías, pero partir almendras bajo el tibio sol de finales de febrero, mientras cantan mirlos y pardillos, es una de las mejores formas que conozco de digerir una buena paella de domingo.

Poned el volumen en los vídeos, ¡que hasta la cámara de fotos captó los cantos!

Mirlo macho adulto (Turdus merula) en un ciprés
 
Pardillo macho (Carduelis cannabina) cantando

lunes, 17 de febrero de 2014

ÁGUILA IMPERIAL Y PERDICERAS EN EL PARDO

Seguimos sin poder disfrutar de días de campo en Santorcaz por el mal tiempo, pero no nos resignamos a quedarnos encerrados en casa, así que el domingo con algo ya de sol, visitamos el Monte del Pardo. El lugar en el que tuve mi primer trabajo recién acabada la facultad, me trae buenos recuerdos, aunque el hecho de estar constreñido por las vallas de la zona no visitable, me deja un regustillo amargo. En cualquier caso es una placer contar con un lugar en el mismo término municipal de una ciudad de tres millones y medio de habitantes en que es fácil ver especies como el águila imperial, buitre negro o águila perdicera. A ello fuimos y no se nos dio mal...

Lo primero que vimos al llegar a la zona de Mingorrubio fue una gran ave posada en un fresno sobre el río Manzanares. Ya con los prismáticos un precioso macho de faisán (Phasianus colchicus) descansaba tranquilamente en la otra orilla. Cualquiera sabe que tipo animales sueltan en esa finca para solaz de sus majestades y sus invitados... Se trata de una especie asiática que escapa al control de los cotos de caza.

Precioso faisán macho del grupo torquatus, o de collar blanco
cuya distribución original es China
Desde tiempo inmemorial los reyes europeos han querido rodearse de este tipo de aves
También entre las ramas vimos un cisne vulgar (Cygnus olor) que no se asustó ante nuestra presencia. Otra especie de latitudes más norteñas que habita por estos lares producto de escapes y sueltas...

Cisne vulgar, una de las aves de mayor tamaño de Europa
Algunas especies parecían barruntar la mejora del tiempo: un grupo de ánsares o gansos (Anser anser) pasó volando en dirección Norte, en busca de sus zonas de cría tras haberse venido al sur a pasar el invierno.

Añadir leyenda
Por fin apareció algo puramente ibérico, un joven probablemente de segundo año de nuestra especie estrella: el águila imperial ibérica (Aquila adalberti). Esta vez no se trataba de escapes o especies asilvestradas, sólo en España y Portugal puede disfrutarse en libertad de esta gran águila, y a disfrutar de esta especie vienen pajareros de todo el mundo.

Águila imperial ibérica subadulta: aún no posee sus inmaculados hombros blancos,
pero sí en cambio ya se aprecia una nuca más rubia
Y cuando ya volvíamos hacia el coche, dos grandes aves cicleaban a baja altura: una pareja de águilas perdiceras (Aquila fasciata), una especie en fuerte regresión, que en la Comunidad de Madrid, sus parejas se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos. El contraluz no ayudaba a disfrutar de estas aves, pero ser un animal tan escaso y poderlo ver y fotografiar durante minutos hizo que nos fuésemos con un buen sabor de boca.

Las perdiceras adultas muestran un cuerpo bastante blanco y cola relativamente larga
Con el sol de cara, el blanco resplandecía incluso a gran altura
Los componentes de la pareja, ciclearon muy próximos entre sí.
En fin, que como había mucha gente sólo las grandes aves del cielo se dejaron fotografiar, pero otros organismos más humildes, pero interesantes, no pudieron escapar a mi objetivo.

Hongo Tremella mesentrica creciendo sobre la rama muerta de un fresno
Hongo Tremella foliacea creciendo sobre el tocón de un álamo
En fin, como siempre, el monte casi nunca defrauda desde las águilas a los hongos hay miles de cosas que descubrir.

Dehesas de El Pardo con la Sierra de Guadarrama al fondo