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lunes, 24 de agosto de 2015

SALAMANQUESA, ALCAUDÓN, BUITRÓN, CURRUCA TOMILLERA, ÁGUILA CULEBRERA, LIBÉLULA Y MARIPOSA

Aunque el sábado no era el día más propicio para salir al monte, porque estamos en época de media veda, no quería dejar pasar una nueva oportunidad de disfrutar de pasear al fresco de la mañana.

Realmente ya la noche anterior, empecé retratando protagonistas vivos, y nos llamó la atención una salamanquesa (Tarentola mauritanica) de buen tamaño, aunque con lA cola cortada casi desde su base. Algún autillo, mochuelo o culebra se quedó sólo con la mitad de la cena que esperaba. Incluso sin tenerla en la mano, gracias al zoom de la cámara se aprecia algo habitual en las salamanquesas: la presencia del ácaros en sus dedos. Ésta tiene uno en su mano derecha entre los dedos primero y segundo.

Salamanquesa común con la cola totalmente amputada
Volviendo al sábado por la mañana, no hay nada muy espectacular que contar, únicamente que ya se nota la migración postnupcial y se empiezan a ver currucas zarceras, mosquiteros musicales, tarabillas norteñas, etc. Ninguno de los que están llegando se dejaron fotografiar, sin embargo sí que algunos de los que en breve marcharán posaron para la cámara.

Alcaudón común juvenil (Lanius senator)
El mismo individuo miraba a un lado y a otro en busca de insectos
Medio oculta en una coscoja, una curruca tomillera (Sylvia conspicillata) se acicalaba el ala
El fuerte viento, permitía a esta águila culebrera (Circaetus gallicus
permanecer inmóvil en el aire
Si el frío no es muy fuerte este invierno, al minúsculo buitrón (Cisticola juncidis) lo podremos seguir viendo todo el año, siempre en zonas con vegetación herbácea alta.

Un pequeñísimo buitrón posado en una enea
Como hacía algo de viento, algunos insectos evitaban levantar el vuelo y permitían acercamientos para observar con detalle la complejidad de sus cuerpos.

Mariposa Pseudotergumia fidia o festón blanco. De buen tamaño y alas oscuras habita en zonas con encinas y coscojas confiando en su camuflaje
Cara al viento, esta libélula, posiblemente una hembra de Sympetrum fonscolombii descansaba
Y termino con lo que podría parecer el paso de un arado, pero que en realidad es el rastro que deja el paso de una excavadora viviente: el jabalí (Sus escrofa). Tierra removida y piedras levantadas es una señal de que han pasado buscando bulbos, raíces, lombrices e insectos.

Terreno removido y piedras levantadas por jabalíes

martes, 11 de noviembre de 2014

BOSQUE Y MONTAÑA DE COLORINES

Este puente en la ciudad de Madrid, lo hemos pasado con amigos en Bijuesca, en la provincia de Zaragoza. Hemos disfrutado de una buena compañía en todo momento, por lo que el acercamiento a la fauna ha sido difícil, aunque los paisajes si que han permanecido a tiro de mi cámara.

El primer día lo pasamos por el Moncayo, una enorme mole que alberga varias formaciones de árboles en función de la altitud. En estos días, los hayedos, muestran una enorme variedad de colores y en uno de ellos disfrutamos de la policromía del otoño.

Desde fuera, el bosque de hayas (Fagus sylvatica) asciende por las laderas, ocupando una franja por encima del roble, y por debajo de la roca desnuda o lo pinares de pino silvestre
En el interior, aparece con el suelo cubierto de las hojas que ya han caído
En detalle, se observa toda la gama cromática que va del verde al naranja
Necesitadas de humedad, en los hayedos, el musgo pronto cubre las rocas
Sólo en gleras y canchales o, ya a muy altura, el haya no consigue prosperar
En esta época, y en un grupo numeroso es difícil descubrir a la fauna que se refugia en estos bosques, pero los niños del grupo, se quedaron encantados viendo a una gran cantidad de escarabajos peloteros, alguno de ellos haciendo lo que les da el apellido.

Escarabajo pelotero (Geotrupes stercorarius) a punto de empujar su pelota de estiércol, en la que depositará sus huevos tras enterrarla
También, los arbustos de la zona, ponían su nota de color.

Frutos de bonetero (Euonymus europaeus)
Acebo (Ilex aquifolium)
Frutos y hojas de cornejo (Cornus sanguinea)
Frutos de dulcamara (Solanum dulcamara)
Al atardecer, subimos al Santuario del Moncayo, donde el frío aire hacía que las nubes se arremolinasen alrededor de la montaña.

Vista desde el Santuario del Moncayo al anochecer
Al día siguiente, disfrutamos de Bijuesca, que es donde nos alojábamos. Allí disfrutamos de una soleada mañana, que nos hizo apreciar en todo su esplendor la montaña de colorines, una curiosa formación de areniscas de colores poco habituales.

Montaña de colorines de Bijuesca, formación de arenisca de la facies del Keuper,
una división del Triásico
Los colores le vienen dado por la distinta cantidad y tipo de óxidos de hierro
"Cumbre" de la montaña de colorines 
En el propio pueblo, si que pude encontrar algunos elementos faunísticos a los que fotografiar:

Lúgano (Spinus spinus) un ave invernante
Buitre leonado (Gyps fulvus), rara era la vez en que no sobrevolasen el pueblo
Cuatro hormigas son capaces de arrastrar a una salamanquesa (Tarentola mauritanica) juvenil muerta

Y este es el resumen de la parte naturalística de este puente en Bijuesca donde aún nos quedaron muchas cosas por ver...

Castillo y Ermita de la Virgen del Castillo

lunes, 28 de julio de 2014

CAMUFLAJES, TÓRTOLA EUROPEA Y RUINAS

Ha hecho mucho calor este fin de semana en Santorcaz, y esta vez no hemos salido mucho al monte.
El viernes por la noche no sé cómo fuimos capaces de ver a esta salamanquesa (Tarentola mauretanica) en un lugar poco habitual, un bordillo. Normalmente suelen estar en lugares más altos, lejos de gatos y y otros depredadores terrestres.

Prácticamente, sólo los ojos delatan a la salamanquesa
El domingo madrugué un poco, y continuando con el tema del camuflaje, me percaté de cómo un abejorro no había podido descubrir el disfraz de una araña cangrejo, un tomísido, que adoptó el color blanco de las flores en las que acechaba a los incautos.

Este abejorro no se dio cuenta de que en la flor blanca, no todo eran pétalos
Después me entretuve viendo a una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) que se acicaló parsimoniosamente el plumaje, y con un alcaudón común joven (Lanius senator), que tenía más curiosidad que miedo al ser humano que le observaba.


Así se acicala la garganta una curruca cabecinegra macho


Alcaudón juvenil, con sus discretos colores
Me llamó la atención que la inmensa mayoría de las mariposas  eran las Lysandra albicans, que obviamente vuelan en pleno verano. 

Niña andaluza
Y después pude fotografiar testimonialmente a una tórtola europea (Streptopelia turtur) una especie nueva en el blog y que cada vez es más escasa.

Tórtola europea en un sauce
El mismo individuo dado en otra postura
Tras toparme con un zorro y un búho real que no quisieron salir en la foto, ya sólo encontré pájaros cerca del agua.

Abejaruco (Merops apiaster) a la sombra en una encina
Triguero (Emberiza calandra)
Buitrón (Cisticola juncidis)
Por último, acabo con una imagen desoladora:

Ruinas de la Ermita de Orcález
No hace muchas décadas, en este lugar se alzaba una de las ermitas más antiguas de la Comunidad de Madrid, rodeada de huertas y un arroyo flanqueado por álamos, sauces y nogueras. Hoy sólo quedan ruinas de piedras, madera pudriéndose, el arroyo es una canal que cada año se limpia como si fuese una simple tubería, no hay rastro de huertos y los árboles que quedan languidecen tristemente. Es una pena pensar, que como cuentan nuestro mayores, hace unas pocas décadas se hacía una romería a la sombra de enormes árboles. Ni autoridades ni ciudadanos hemos sabido cuidar nuestro patrimonio histórico y natural, y en otras pocas décadas es posible que ya no quede ni rastro de esos recuerdos.

domingo, 4 de mayo de 2014

COLLALBAS NEGRAS EN EL ECCE HOMO

Este pasado jueves, aprovechando que era día festivo, subimos con unos amigos al Ecce Homo, uno de los cerros que rodea a la ciudad de Alcalá de Henares. Un intenso sol, alguna cuesta, un par de tortillas y buena compañía hicieron que disfrutásemos de un estupendo día de campo.
En cuanto a naturaleza, tampoco estuvo mal, en un corto trecho se atraviesan varios ambientes, cada uno con su fauna asociada. Destacan las repoblaciones de pinos con diferentes edades aunque en la actualidad han plantado cosas tan diversas como lentiscos y madroños.

Repoblaciones recientes de pinos carrascos (Pinus halepensis)
Los trigueros, habitantes de espacios abiertos (Emberiza calandra)
 aún habitan en pinares jóvenes
En pinares maduros, los pinzones (Fringilla coelebs) son los más numerosos
En algunos lugares sin embargo aún perviven algunos parches de monte autóctono formado por encinas (Quercus ilex) y coscojas (Quercus coccifera).

En término medio, monte autóctono rodeado de pinares
Junto a los pinares, barrancos cubiertos de esparto (Stipa tenacissima) y cortados arcillosos son los hábitats más extendidos.

Cárcavas y barrancas en las arcillas de Alcalá
Las chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) aprovechan los cantiles para anidar
Cogujada montesina (Galerida theklae) otro habitante de los matorrales
Enormes cañahejas (Ferula communis) llamaron nuestra atención
Ruinas como el antiguo castillo árabe de Alcalá o antiguas explotaciones ganaderas también ayudan a la fauna a encontrar cobijo en sus recovecos.

Una collalba negra (Oenanthe leucura) en uno de los lienzos en ruinas del castillo,
 con material en el pico, indicio que muestra la existencia de un nido cercano
Otra collalba, en actitud suplicante se dirige a la collalba de la foto anterior
En esta fotografía se aprecia perfectamente el curioso diseño de sus plumas caudales
Una salamanquesa (Tarentola mauritanica) se pasea sobre un graffiti
Por supuesto, el propio aire, también es un lugar a donde dirigir la cámara en busca de sus habitantes. En lo alto del Ecce Homo, se congregaban un gran número de vencejos (Apus apus) para capturar a los insectos que la brisa levantaba al chocar con la ladera.

Decenas de vencejos se alimentan de plancton aéreo, con la Sierra de Guadarrama
 al fondo y mi facultad en primer término, a la derecha ¡qué tiempos!
La cercanía del vertedero de Alcalá hacía también que el trasiego de cigüeñas, grajillas, garcillas bueyeras y milanos fuese continuo.

Milano negro (Milvus migrans) con su típica cola levemente escotada

En fin, en la entrada siguiente contaré lo que dio de sí el resto del macropuente, ya en Santorcaz.