Mostrando entradas con la etiqueta lavandera cascadeña. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lavandera cascadeña. Mostrar todas las entradas

sábado, 3 de agosto de 2019

ALGUNAS AVES DE LOS OSCOS, ASTURIAS

La semana anterior a la pasada estuvimos en el Norte como casi todos los veranos, esta vez en la zona de los Oscos, Asturias cerca de Galicia. Como siempre, los pequeños pueblos, los bosques, los prados y las playas sin edificaciones que las acorralen son una delicia. A veces es duro hacer un turismo medianamente activo con un bebé y una niña pequeña, pero creo que lo hemos disfrutado mucho y como siempre, he podido sacar algo para contar. Nos hemos alojado una pequeña casa en un pequeño núcleo rural: Santa Eufemia, donde sus dueños nos ha cuidado muy bien: http://www.hoteloscos.es/apartamentos-rurales-oscos.html

Empiezo esta vez por el final, y es que la última tarde de la semana que pasamos no nos movimos mucho y toda la familia se echó la siesta, menos yo. Me acerqué a una antigua mina de hierro cuando el viento empezó a soplar y cubrir el cielo de nubes. En esa ladera tapizada por brezos me encontré con el espectáculo de varias rapaces utilizando el viento para cernirse y detectar con cuidado sus presas.

La primera que vi, fue una lejana águila culebrera (Circaetus gallicus)
Con un fondo oscuro se aprecian algo sus colores claros inferiores
Después se acercó otra águila...
... que me sobrevoló...
... y se puso a cernirse justo a mi lado...
... mostrándome todos los ángulos y su manera de mantener inmóvil la cabeza.

En los siguientes vídeos puede observarse cómo manejan el viento estas grandes aves:







Luego se acercaron un par de cernícalos vulgares (Falco tinnunculus)
Éstos son unos maestros de ceñir el viento...

... sólo tienen que cambiar el ángulo de ataque de su alas
Cuando volvía a casa salieron dos perdices (Alectoris rufa) que intentaron despistarme, 
pero sus perdigones ni siquiera intentaron esconderse.
 Parece que se les había dado bien la crianza este año




Continúo con las aves que veíamos desde la terraza desde nuestra casita, que en la foto siguiente puede vislumbrarse justo en el centro, junto a los prados que se ven. El lugar era un remanso de paz entre bosques y montañas.


Añadir leyenda
Nuestros compañeros de casa eran una familia de colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros)
Subido al canalón nos controlábamos a corta distancia
En una excursión al Palacio de Mon una corneja (Corvus corone) estuvo muy tranquila
Después de arrascarse en el cable de enfrente...
una hembra de escribano soteño (Emberiza cirlus) descansó un rato
Al día siguiente, este bonito macho quedó un poco lejos, 
pero aún así mostraba sus bonitos colores
En los cables también se posaban golondrinas (Hirundo rustica
y aviones comunes (Delichon urbicum)
Una tarde unos chillidos inconfundibles me hicieron salir de casa, 
una pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) jugaban a perseguirse
Y era casi imposible hacerles una foto
Pero su silueta los hacía inconfundibles
Teníamos un pequeño arroyo cercano donde había una familia de 
lavanderas cascadeñas (Motacilla cinerea), ésta era un polluelo del año
Uno de los adultos, el macho, no estaba lejos
En las paredes y aceras no faltaban las lagartijas, aunque no nos hizo mucho calor
Había muchas Limenitis reducta cerca de los arroyos,
por desgracia colillas también había alguna
Ésta creo que es una Melitaea phoebe
El último día un pájaro que no se ve fácilmente, un pico menor (Dryobates minor)
La luz no ayudó a destacar sus colores
En la valla que nos separaba de nuestras vecinas, 
unas vacas un pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
Un familiar del pinzón, un verderón (Chloris chloris)
Y una mañana  después de desaryunar, estuvimos entretenidos viendo como un zorzal 
(Turdus philomelos) martilleaba a un caracol para devorarlo

También estuvimos en la costa, como no podía ser de otra manera, dadas las playas tan reconocidas que hay por allí: catedrales y penarronda no quedaron sin que las probásemos. Allí también saqué unos segundos para hacer alguna foto a las aves.


En los bancos de Tapia de Casariego una colirroja tizón llevaba alimento en el pico para su pollada
En los puertos casi nunca faltan las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis)
Ésta es un individuo juvenil
Y éste un pollo del año que aún conserva plumón en la cabeza
Al salir de la playa de las catedrales nos encontramos un ratonero (Buteo buteo)
 en los prados que rodean las playas de Asturias

lunes, 8 de septiembre de 2014

CAMINO DE SANTIAGO

Quince años después, he vuelto a realizar el Camino de Santiago, esta vez el portugués y acompañado de mi mujer. Tras meditarlo, no pude evitar llevar la cámara "grande" encima, a pesar de que cualquier peso extra es molesto. Como se comprenderá, fotografiar fauna no era el objetivo de tanto esfuerzo, pero alguna vez no pude evitar inmortalizar algo de lo que ahora vengo a mostrar.

Aún no había amanecido cuando ya habíamos cruzado el Miño para entrar brevemente en Portugal, y después, con los primeros rayos de Sol, los gorriones se calentaban en Tui, ya en Galicia.

Dos gorriones macho (Passer domesticus) se desperezan al sol
Aunque los primeros días superamos los 30º C, las noches gallegas son frescas y los pobres reptiles buscando el calor del asfalto por la mañana, sufrían nefastas consecuencias.

Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) tirada en una cuneta
Detalle de la culebra, una vez sacada al asfalto para comprobar
la característica "ceja" prominente de las culebras bastardas
Eslizón tridáctilo (Chalcides striatus)
Tras una maratón de 43 km acabamos mojándonos los pies en la playa de Cesantes, encontrando allí un ave amante de aguas someras, pero descansando en una barca.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos)
Atravesando prados y manchas de arbolado eran varios los pájaros que nos acompañaron al día siguiente y que posaron tranquilamente:

Tarabilla común (Saxicola torquata)
Corneja negra graznando (Corvus corone)
Antes de llegar a Pontevedra el segundo día y bajo un sol de justicia, decidimos burlar el camino oficial y dar un rodeo por una variante, a la sombra de la vegetación de ribera del río Tomeza. Bajo alisos y álamos, algunos caballitos del diablo buscaban zonas soleadas para mostrar sus colores y acotar su trozo de orilla del río

Agrion virgo?
Tras el calor y palizón de los primeros días, hicimos un alto en el camino en Pontevedra para acercarnos a la Isla de Ons, que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Acantilados y pequeñas playas de arena blanca sirven de zona de alimentación y paso a algunas aves marinas, así como a curiosos artrópodos.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres) con su plumaje ya de invernada
Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)
Una enorme araña en su tela
Gran libélula cernícalo del género Cordulegaster
Papilio machaon
Dos de las abundantes gaviotas patiamarillas adultas (Larus michahellis)
En esta foto una joven patiamarilla
Gaviota argéntea (Larus argentatus)

El tercer día de andadura, tras la caminata, nos relajamos en las aguas termales de Caldas de Reis. Allí muchas avecillas mojan sus patas en el Río Umia.

Río Umia
Lavandera cascadeña joven (Motacilla cinerea)
En las orillas del Sar, como el título de una de las obras cumbres de Rosalía de Castro, varias garzas buscaban su sustento.  

Garza real (Ardea cinerea)
Y aquí acaba la parte naturalística de nuestro viaje que es de lo que trata este blog, el resto de aspectos de un viaje como este queda en nuestro recuerdo.