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jueves, 2 de mayo de 2013

LOS MOLINOS DE NAVALAGAMELLA

Ayer fue fiesta, y aunque el tiempo aún estaba uno poco revuelto, hicimos una escapada a Navalagamella, a una sencilla ruta llamada Los Molinos de Navalagamella. Este pueblo, del Suroeste de Madrid, está dominado por encinares, dehesas y monte mediterráneo donde habitan joyas como el águila imperial o la cigüeña negra.

La ruta en cuestión, apta para todos los públicos, sigue en parte el curso del Río Perales, que se encontraba pletórico de agua.


Río Perales, con riberas de fresnos y hierba lagunera (Ranunculus peltatus)
Azulón macho (Anas platyrhynchos) descansando en el Río Perales

A los márgenes del Perales, el matorral mediterráneo, que en esta época estaba está en plena floración, mostraba algunas especies animales en celo, mientras que otras ya han tenido sus primeras crías:

Pareja de lagartijas colilargas (Psammodromus algirus) preparándose
para la cópula. El macho muestra sus lunares azules sobre las patas delanteras.

Mito (Aegithalus caudatus) que acaba de abandonar el nido.
Se aprecian las comisuras amarillas en el pico

Debido a la amena compañía no reparé mucho en otros detalles naturalísticos, pero como siempre, sí que me agaché alguna vez para inmortalizar alguna curiosidad:
Orquídea silvestre (Orchis sp.)

Cercopis vulnerata, un tipo de saltador rana de las plantas







jueves, 25 de abril de 2013

VALLE DEL JERTE: NO SÓLO CEREZOS


A veces los tópicos hacen que el atractivo de algunos lugares quede reducido a algo de lo que todo el mundo ha oído hablar, mientras que otros aspectos no tan conocidos de un lugar son más ignorados. Esto no tiene por qué ser malo, cuando lo que se busca es disfrutar de lugares tranquilos y apartados, que es lo que hemos hecho este fin de semana en el Valle del Jerte.

Comienzo del Valle del Jerte y Embalse de Plasencia 

En lugar de recorrer carreteras colapsadas por turistas que aparcan en las cunetas e invaden fincas de cultivo para fotografiarse junto a un bonito cerezo repleto de flores, unos buenos amigos con familia en El Torno nos prepararon una ruta en la que no nos cruzamos con nadie, cero personas, literalmente. 

A pesar de ser un grupo de 8 personas, hemos podido disfrutar de paisajes, flora y fauna en la plenitud que este invierno y comienzo de primavera tan lluviosa nos han dado. Vamos con el relato de lo acontecido.

La ruta comenzaba atravesando un precioso rebollar de Quercus pyrenaica plagado de multitud de diversas flores, botones de oro, jacintos silvestres, orquídeas, etc.
Bosque joven de rebollo o melojo

Orquídea silvestre (Orchis mascula)

Jacinto silvestre (Hyacinthoides sp.)

Botón de oro (Ranunculus sp.)

Como es obvio, esta diversidad de plantas y flores atrae a numerosos e interesantes insectos:

Mosca escorpión macho (Panorpa communis)

Mariposa arlequín hembra (Zerynthia rumina)

Araña cangrejo camuflada que ha capturado una presa

¿Philomorpha laciniatus?

En estos bosques había multitud de pajarillos moviéndose en follaje: currucas capirotadas, petirrojos, chochines, mosquiteros papialbos, trepadores, picos picapinos, agateadores, etc. Pero el único al que pude fotografiar decentemente fue a este carbonero común (Parus major) que proclamaba a los cuatro vientos que ése era su territorio.

Carbonero común macho (lista negra del pecho ancha y cantando)

También sobrevuelan el bosque algunas rapaces como el ratonero común.

Ratonero común (Buteo buteo)

Finalmente llegamos a la cresta que delimita el valle, donde existen afloramientos rocosos en los que instalan sus nidos aves rupícolas. En concreto disfrutamos enormemente con el vuelo de buitres, cigüeñas negras, halcones peregrinos, cernícalos, cuervos, etc. El lugar exacto no lo desvelaré, puesto que la reproducción de varias especies sensibles, recomienda el mantenimiento de la mayor tranquilidad posible.

Buitre leonado (Gyps fulvus) joven posado sobre una roca

Buitre leonado adulto en vuelo

Buitre leonado con la Sierra de Candelario al fondo
Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Pareja de cigüeñas negras

Cigüeña negra con la Sierra de Candelario al fondo

Cernícalo vulgar hembra (Falco tinnunculus)

Cuervo (Corvus corax)

Pero no sólo en las rocas viven grandes aves, sino que en sus múltiples grietas, medran los reptiles:

Salamanquesa común o "santorrostro" (Tarentola mauritanica)

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)

Lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus)

El domingo también dimos algún corto paseo para disfrutar de las muchas gargantas por las que las escandalosas aguas descienden desde las cumbres hasta el Jerte.


Aquí la gente era más numerosa, pero también fue posible ver rapaces como águilas culebreras y calzadas.

Águila calzada de forma oscura (Hieraaetus pennata)

Y como pudiera parecer que en vez de en el Jerte estuviésemos en Monfragüe, dejo para el final,  alguna foto de los archiconocidos cerezos en flor del Jerte. 


domingo, 20 de enero de 2013

Santorcaz: Medio Natural


De nuevo, el mal tiempo me hace permanecer en casa y vuelvo con la descripción del medio natural de Santorcaz. Es la parte viva, la más conspicua, cambiante y débil, y para mí, la más apasionante. Lo es tanto, que desde que tomo registros escritos de mis paseos por Santorcaz he acumulado 1.532 horas en el campo en 529 jornadas desde 2003 hasta 2012. ¡Quién sabe cuántas horas más antes de 2003!

Vegetación potencial


Santorcaz se encuentra en la transición entre el piso bioclimático Mesomediterráneo y el Supramediterráneo y las formaciones vegetales que se podrían encontrar de manera natural serían:

  • Encinares de Quercus ilex cubrirían todo el territorio exceptuando aquellas zonas donde son desplazados por las formaciones que se comentan seguidamente.


En la superficie del páramo con las calizas culminantes
aflorando el paisaje sería algo parecido al de la foto

  • Quejigares de Quercus faginea acompañados de coscoja (Quercus coccifera) se presentarían en la exposición norte de laderas donde se puede mantener más tiempo la humedad del suelo.


En lugares umbríos aún quedan restos de quejigares

  • Olmedas de Ulmus minor se darían en zonas con el nivel freático al alcance de las raíces la mayor parte del año. Esto sucede en los fondos de valle o en las cercanías de los abundantes manantiales del acuífero de las calizas del páramo.


Vegetación actual


Debido a la dilatada historia de la zona y a la gran superficie utilizada durante siglos para ganadería, agricultura y recogida de leña la vegetación hoy es muy diferente a lo que cabría esperar. Actualmente, la vegetación “natural” se limita a las zonas más desfavorables donde la excesiva pendiente o la poca profundidad del suelo no permitió meter el arado. Las formaciones actuales las podríamos clasificar de la siguiente manera:

  • Matorral mediterráneo

Se localiza en las zonas de poca profundidad del suelo y/o de pendiente pronunciada. Presenta una escasa cobertura del suelo y aunque su aspecto es muy pobre contiene una gran variedad de especies y diferencias en función de los diferentes suelos y orientaciones. Siempre va acompañado de algún pie aislado de las especies arbóreas que serían de esperar, encinas y quejigos.

Restos de monte mediterráneo en las laderas con esparto

En las zonas más desfavorecidas junto a coscojas aisladas se pueden encontrar  espartos (Stipa tenacissima), tomillos (Thymus zygis, T. vulgaris), espliego (Lavandula latifolia), asperón (Lythodora fruticosa) y otros pequeños matorrales (Teucrium, Helianthemum, Halimium, Helichrysum...).

Pasto con gran diversidad de pequeñas matas y herbáceas

En las zonas de umbría el matorral toma un mayor porte y aparecen rosales silvestres (Rosa sp.), madreselvas (Lonicera sp.), jazmín silvestre (Jasminum fruticans), aladierno (Rhamnus alaternus) y majuelos (Crataegus monogyna) entre otros.

En el resto de las zonas ocupadas potencialmente por encinas, se entremezclan todas las especies anteriores según condiciones microclimáticas, añadiéndose además la muy abundante aliaga (Genista scorpius) y la retama (Retama sphaerocarpa).

  • Formaciones hidrófilas

Se incluyen aquí las masas de vegetación que aparecen en los márgenes de los arroyos y las fuentes o lugares con el nivel freático cerca de la superficie del suelo. Hoy los márgenes del arroyo de la Dehesa están cubiertos con juncales (Scirpus holoschoenus), carrizales (Phragmites) o zarzales (Rubus ulmifolius) con algún pie aislado de sauces o chopos algunos de ellos de especies introducidas Populus x canadiensis. En las diversas fuentes, manantiales y huertos aún quedan algunos olmos (Ulmus minor) que en cuanto alcanzan 4 ó 5 años mueren por la grafiosis.

Ribera del Arroyo de la Dehesa o de Anchuelo con carrizo en primer
término y sauces y chopos negros con zarza en el cauce

  • Cultivos

Casi un 75 % de la superficie de Santorcaz son tierras destinadas al cultivo. Todas las explotaciones son de secano. Del total de la superficie cultivada un 72% corresponde a cultivos herbáceos, entre los que es mayoritaria la cebada, y en menor medida trigo, veza-avena, yeros, girasol, etc. En la zona de los cerros, cuya pendiente y accesibilidad dificultan el cultivo, hay algunos olivares.


  • Pinares
Ocupan pequeña extensión y todos han sido introducidos, pues no se dan de forma natural. En general son muy espesos e impiden la existencia de sotobosque.

Pinar de Pinus halepensis de unos 60 años de edad

Fauna

       
No existen fuentes bibliográficas que incluyan censos o inventarios de fauna en el municipio, por lo que el único conocimiento de ella se tiene es a partir de las propias visitas al campo, y de las referencias dadas por cazadores, agricultores y habitantes.

  • Invertebrados

Los invertebrados son hoy mucho más escasos que hace unos años, ya que el empleo masivo de fitosanitarios ha acabado con gran parte de ellos y ha roto los equilibrios que seguramente hacían que se autorregulasen. Además, al situarse en los eslabones más bajos de la cadena alimentaria, han supuesto una merma en el resto de especies. Se puede destacar que en los coscojares sobre yesos de la zona, se encuentran algunas especies de mariposas incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas de la Comunidad de Madrid.

Doncella española (Euphydryas desfontainii)

  • Peces

No existen peces de forma natural en arroyos y fuentes, pero algunas personas bienintencionadas sueltan de vez en cuando carpines, carpas o barbos en los lavaderos y abrevaderos municipales, que producen un desastre en las poblaciones de invertebrados y anfibios autóctonos.

  • Anfibios 

Se han visto hasta seis especies de anfibios en Santorcaz: sapos común y corredor, sapillos moteado y pintojo, rana verde y gallipatos. Desecación de arroyos, abonos, fitosanitarios, atropellos, movimientos de tierras, calentamiento global, introducción de cangrejos americanos, peces y galápagos de Florida amenazan gravemente su continuidad y algunos no se observan desde hace años.

El gallipato (Pleurodeles waltl) es un anfibio bastante escaso en Santorcaz

  • Reptiles 

En cuanto a los reptiles, además del citado galápago de Florida, un temible invasor que he visto en dos ocasiones, se presentan lagartos ocelados, lagartijas ibéricas, cenicientas y colilargas, algún eslizón tridáctilo, salamanquesas, culebras bastarda, de escalera, acuática de collar, acuática viperina y lisa meridional, suman un total de doce especies observadas.

Durante el celo, los reptiles son más fáciles de acercar.
Lagartijas colilargas (Psammodrumus algirus)


  • Aves 

Las aves son ¡relativamente! los vertebrados más fáciles de observar. Su gran movilidad impide una descripción completa de todas las especies que de una manera u otra se pueden detectar en Santorcaz. Unas especies habitan todo el año entre nosotras, otras crían en las inmediaciones pero campean en nuestras tierras, otras pasan sólo el invierno mientras que otras desaparecen con los fríos, algunas sólo las vemos en paso entre África y el norte de Europa durante unas semanas o días, y finalmente algunas son rarezas que “no pintan” nada por estos lares pero que siempre son bienvenidas. Entre unas y otras, he podido contar 165 especies de aves.

La Tarabilla norteña (Saxicola rubetra) sólo se observa
en Santorcaz durante los pasos de primavera y otoño

Las poblaciones de muchas de ellas se encuentran amenazadas por la invasión del medio natural por construcciones humanas, la eliminación de insectos y “malas hierbas” por la agricultura, la “limpieza” de arroyos y cauces, el furtivismo, la existencia de perros y gatos asilvestrados, etc.

  • Mamíferos 

Estos mismos impactos negativos afectan los mamíferos. Sus hábitos nocturnos y extremada timidez hacen difícil su observación y la mayoría de las veces sólo se los detecta por sus madrigueras, excrementos, marcas y desafortunadamente por los atropellos. Son 23 especies las que he podido detectar, a las que habría que sumar varias de murciélagos y micromamíferos que no he podido identificar.


Las especies detectadas son: erizo, musaraña gris y topo ibérico entre los insectívoros; perros asilvestrados, zorro, comadreja, turón, garduña, gineta, gatos doméstico y de monte, entre los carnívoros; jabalí y corzo entre ungulados; ardilla, ratón de campo y doméstico, ratas negra, parda y de agua, topillo mediterráneo, conejo y liebre ibérica entre los roedores.

Madrugar, silencio absoluto, conocimiento de sus costumbres y algo de suerte, son imprescindibles para acercamientos y observaciones a corta distancia, como la de este corzo, que  se tropezó conmigo.