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sábado, 26 de septiembre de 2015

SILVIA

Me tengo por una persona a la que no le sienta bien que le cambien los planes, pero el día que tenía pensado publicar una entrada sobre el fin de semana pasado, una causa de fuerza mayor me lo impidió. ¿Y puede imaginar alguien una fuerza mayor de la naturaleza que el nacimiento de una primera hija? Y con esa vitalidad y fuerza imparable de quien aterriza en este mundo, lleva sólo cuatro días con nosotros y la cachorrilla ya lo ha cambiado todo. Pañales, calostros, pises y meconios, son sólo nombres que entran en nuestro nuevo vocabulario, pero una sóla palabra ya lo es todo para nosotros: SILVIA. 
Ella, y la campeona de su madre, están perfectas y yo sólo quiero estar a su altura y acompañarlas en cada paso en este mundo. Y cómo este mundo también debe ser objeto de cuidados, espero seguir mostrándoselo a todo al que se interese. Probablemente me sea más difícil acercarme a un gavilán durante un tiempo, pero incluso con niños, siempre habrá una mariposa o un bichito del que haya algo interesante que contar. Así que espero seguir a menudo por aquí.
Sylvia es el nombre genérico de un grupo de pequeñas aves de canto melodioso, vida inquieta y amantes del monte y el bosque, silva en latín. No puedo empezar de otra manera hoy este blog, que con una foto de una hembrita que vi el domingo pasado, tal vez un presagio...

Curruca cabecinegra hembra (Sylvia melanocephala) Acaso, ¿no es preciosa?
A partir de aquí, todo sigue tal como lo redacté en su momento:

Sigo aprovechando la mañana de los domingos en Santorcaz. Ésta empezó fresca pero acabó sofocante.
Pero la verdad es que la crónica la empiezo con fotos de un paseo al atardecer que dimos el sábado. Y es que encontramos un pardillo (Carduelis cannabina) que estaba mudando las plumas de su cola, que parecía un abanico en lugar de la habitual cola escotada.

Pardillo común con las plumas externas de la cola a medio crecer
Ya de noche, volviendo a casa, es fácil descubrir salamanquesas (Tarentola mauritanica). No sé si es realidad o una figuración mía, pero desde hace poco tiempo, cada vez parecen más abundantes. Igual era que antes no me fijaba, pero hace años yo no las veía por Santorcaz y recuerdo algún libro de la fauna de Alcalá y alrededores en que sólo se distribuían hasta Anchuelo, sin pasar la cota de los 800 m de altitud. Tal vez el cambio climático hace que, de media, las noches ya no sean fan frescas como antaño y permitan la vida a este curioso reptil.

Pequeña salamanquesa
Ya el domingo inicié un paseo matutino yo sólo. Hacía tiempo que no escuchaba el canto de las totovías, aunque no se dejaron ver, como sí hicieron sus primas las cogujadas montesinas (Galerida theklae).

Cogujada montesina (Galerida theklae). Ojo a las uñas de su dedo posterior
A la vera de una fuente me aposté camuflado, aguardando a ver si algún pajarillo se dejaba fotografiar después de darse un baño o antes de bajar a beber. Muchos lo hicieron, pero no pude fotografiar a todos.

Carbonero común (Parus major)
Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) a la salida del baño
Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), un migrante
Otro pardillo con la cola a medio mudar
Pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
Ante tanta concentración de carne emplumada, apareció el gran enemigo de los pájaros pequeños: el gavilán (Accipiter nisus). Fueron unos segundos solamente, pero de esos que los amantes de la naturaleza no olvidamos. Por delante de mis narices, a unos dos metros de mi escondite, el gavilán llegó raseando a escasos palmos del suelo pero a una gran velocidad, de hecho fue el silbido del viento el que me hizo verlo. Abrió alas y cola para frenar a la vez que ganó altura y se posó en un quejigo. Los mirlos dieron la voz de alarma y todo pájaro se puso al resguardo en las pinchudas hojas de la coscojas, sin duda mejor que las afiladas garras del gavilán. Tres fotos pude hacer y tal como llegó desapareció…

Gavilán hembra en busca de presas
Aún a la sombra, se aprecia el amarillo de su ojos
Contento, salí de mi escondite y seguí el paseo previsto, pudiendo hacer alguna foto más a algún otro pájaro de los que están en paso, que viniendo del norte no tiene tan mal concepto del hombre y se dejan acercar algo más que los “nativos”.

Papamoscas gris (Muscicapa striata)
Acabó el paseo con una concentración de colores en forma de alas de mariposa, reunidas en las aromáticas flores de los espliegos, que ante el secarral circundante eran de las pocas flores presentes. A algunas mariposas no me atrevo a nominarlas por lo que si algún voluntario se anima, se agradece.

Chinche del género Carpocoris
Lampides boeticus
Un licénido, al igual que el anterior
El mismo con las alas abiertas
Otro licénido
Ahora con las alas abiertas
Más licénidos...
Muschampia proto
Pontia daplidice o blanquiverdosa
Zygaena fausta, una polilla muy colorida

lunes, 28 de julio de 2014

CAMUFLAJES, TÓRTOLA EUROPEA Y RUINAS

Ha hecho mucho calor este fin de semana en Santorcaz, y esta vez no hemos salido mucho al monte.
El viernes por la noche no sé cómo fuimos capaces de ver a esta salamanquesa (Tarentola mauretanica) en un lugar poco habitual, un bordillo. Normalmente suelen estar en lugares más altos, lejos de gatos y y otros depredadores terrestres.

Prácticamente, sólo los ojos delatan a la salamanquesa
El domingo madrugué un poco, y continuando con el tema del camuflaje, me percaté de cómo un abejorro no había podido descubrir el disfraz de una araña cangrejo, un tomísido, que adoptó el color blanco de las flores en las que acechaba a los incautos.

Este abejorro no se dio cuenta de que en la flor blanca, no todo eran pétalos
Después me entretuve viendo a una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) que se acicaló parsimoniosamente el plumaje, y con un alcaudón común joven (Lanius senator), que tenía más curiosidad que miedo al ser humano que le observaba.


Así se acicala la garganta una curruca cabecinegra macho


Alcaudón juvenil, con sus discretos colores
Me llamó la atención que la inmensa mayoría de las mariposas  eran las Lysandra albicans, que obviamente vuelan en pleno verano. 

Niña andaluza
Y después pude fotografiar testimonialmente a una tórtola europea (Streptopelia turtur) una especie nueva en el blog y que cada vez es más escasa.

Tórtola europea en un sauce
El mismo individuo dado en otra postura
Tras toparme con un zorro y un búho real que no quisieron salir en la foto, ya sólo encontré pájaros cerca del agua.

Abejaruco (Merops apiaster) a la sombra en una encina
Triguero (Emberiza calandra)
Buitrón (Cisticola juncidis)
Por último, acabo con una imagen desoladora:

Ruinas de la Ermita de Orcález
No hace muchas décadas, en este lugar se alzaba una de las ermitas más antiguas de la Comunidad de Madrid, rodeada de huertas y un arroyo flanqueado por álamos, sauces y nogueras. Hoy sólo quedan ruinas de piedras, madera pudriéndose, el arroyo es una canal que cada año se limpia como si fuese una simple tubería, no hay rastro de huertos y los árboles que quedan languidecen tristemente. Es una pena pensar, que como cuentan nuestro mayores, hace unas pocas décadas se hacía una romería a la sombra de enormes árboles. Ni autoridades ni ciudadanos hemos sabido cuidar nuestro patrimonio histórico y natural, y en otras pocas décadas es posible que ya no quede ni rastro de esos recuerdos.

martes, 27 de agosto de 2013

UN ZORRO Y LAGARTIJAS DE CAZA

El pasado fin de semana, a pesar de la media veda, me atreví a dar un pequeño paseo por la mañana. Como siempre, las cogujadas montesinas (Galerida theklae) reciben los primeros rayos del sol en lugares prominentes desde el que vigilar a los posibles intrusos.

Cogujada montesina sobre una roca con espigas de esparto al fondo.
Como los disparos sonaban cada vez más cerca, decidí no moverme mucho de un sitio tranquilo en el que me oculté. Los abejarucos que buscaba no aparecieron, y sólo algunos pajarillos amantes de zarzas y marañas se mostraron lo suficientemente cerca como para fotografiarlos. 

Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) macho

Zarcero común (Hyppolais polyglotta)

Al atardecer, ya con Lucía, fuimos a dar un paseo por uno de los muchos caminos que salen de Santorcaz. Como siempre las horas del amanecer y el ocaso son muy atractivas para los mamíferos, y en este caso, un zorro (Vulpes vulpes) salió asustado de un borde del camino, se paró a observarnos, posó para la foto, y dando brincos se ocultó en un montecillo cercano. En verano su pelaje más ralo, hace que destaque enormemente su poblada cola y parezcan algo más famélicos que en invierno.

Zorro asustado ante nuestra presencia

Pero a veces no hace falta madrugar o trasnochar para descubrir los secretos de la naturaleza. El domingo mientras regaba en casa, observé que varias lagartijas correteaban entre mis pies sin asustarse. Estaban preocupadas atacando un hormiguero. Con movimientos rápidos se acercaban a la boca del hormiguero y robaban huevos y ninfas a las hormigas obreras que los transportaban. Pero no era fácil, porque una vez alertadas, varias hormigas merodeaban por los alrededores y atacaban a las lagartijas que huían despavoridas. Para complicarlo más, parecía que una lagartija algo mayor, no quería compartir el descubrimiento y atacaba a su vez al resto de lagartijas, que aprovechaban para comer, cuando se despistaba.

En los vídeos siguientes se puede observar todo esto que cito.

Lagartija ibérica (Podarcis hispanica) joven





domingo, 10 de febrero de 2013

Identificando aves en parques - Cuña Verde de O´Donnell

Este fin de semana, la gripe ha llegado a casa, así que he tenido que actuar de enfermero. Sin embargo he podido darme una vuelta cerca de casa, por el Parque de la Cuña Verde de O´Donnell. Se trata de una extensa superficie que mantiene zonas ajardinadas y otras "abandonadas". Tener un blog, hace que también sigas otros, y así descubrí la entrada de Javier Grijalbo sobre esta zona. Este prolífico naturalista la describe perfectamente, así que si alguien desea ampliar la información de la zona puede visitar su blog (pincha aquí).

También me ha animado para hacer esta entrada, cierta conversación con un amigo, que no es capaz de identificar muchas de las aves que ve por los parques de Madrid. Así que si alguien está en su misma situación, aquí van algunas pistas.

Algunas aves medianas, son inconfundibles, sólo hay que tener los ojos abiertos:


La urraca (Pica pica) es desde hace unos años un pájaro frecuente en parques y jardines.

Los escapes y sueltas han hecho que la cotorra argentina (Myiopsita monachus) sea ya una más entre nosotros.

También hay aves medianas que pueden dar lugar a alguna confusión, a pesar de ser abundantísimas:

Todos conocemos a la paloma doméstica Columba livia) y ésta nos saluda guiñando un ojo

Algo mayor, la paloma torcaz (Columba palumbus) posee un marca blanca en el cuello y otras en las alas. Confiada en la ciudad, nunca dejaría acercamientos como este en el monte.

La cosa se puede complicar con las aves pequeñas, que guardan las distancias y que sin prismáticos, son más uniformes. Empezamos con el gorrión, que todos conocemos.

El gorrión común macho (Passer domesticus) posee un babero negro, mejillas blancas y aunque no se aprecia en la foto, la coronilla es gris. Le veremos por cualquier sitio si hay presencia humana.

El gorrión molinero (Passer montanus) no tiene babero, las mejillas son negras y toda la cabeza rojiza. No le encontraremos en zonas totalmente urbanizadas, sólo en afueras de ciudades, descampados y parques grandes.

Pero es que además, también hay diferencias entre sexos, y mientras los machos se parecen a unas especies, las hembras se pueden confundir con otras especies diferentes.

Hembra de gorrión común, sin baberos, mejillas, ni adornos en la cabeza...

Hembra de pinzón vulgar (Fringilla coelebs) es parecida a las gorrionas, pero con marcas blancas en cola y alas, y tonos más uniformes en el plumaje.

El macho de pinzón, en cambio, sí posee unos colores más llamativos
Seguimos con otras posibles especies conflictivas: en este caso de plumaje negro y tamaño mayor que un gorrión.

El estornino negro (Sturnus unicolor) tiene el plumaje brillante y se mueve caminando, normalmente en grupo.

El mirlo común (Turdus merula), en cambio se mueve a saltos y son típicos su chillidos cuando sale volando si le hemos asustado. Al amanecer y anochecer se escucha su melodioso canto en lo alto de un árbol.
En tonos verdosos y muy pequeño tamaño, tenemos otra pareja de aves similares, si no nos fijamos en los detalle.

El inquieto mosquitero común, (Phylloscopus collybita) es verde oliváceo, de tonos uniformes y pico finísimo pues le encantan los insectos. 

El verdecillo macho (Serinus serinus) tiene colores más amarillos y es listado. El pico es corto y fuerte, para poder triturar las semillas que encuentra por el suelo.
Y aunque hay muchas más especies en nuestros parques y jardines, acabo con tres pajarillos más que he podido ver hoy.


Cuerpo oscuro y cola roja señalan al colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) , especie amante de tejados y muros con agujeros.

La curruca cabecinegra (Sylvia mellanocephala), vive en jardines con abundante matorral y árboles dispersos.

A la lavandera blanca (Motacilla alba) la veremos moviendo arriba y abajo su larga cola, mientras corretea por espacios abiertos, aceras, calzadas, etc.

Espero que la próxima semana el tiempo y las enfermedades, nos permitan ir un poco más lejos, si no, siempre puede uno bajar a la calle y quitarse el "mono".