Parece que durante un tiempo ya no podré madrugar para ir solo al campo, porque ya no sólo el chico mediano me quiere acompañar, este domingo también se apuntó la niña mayor. ¡Ojalá pronto seamos todos! Y encima estos niños traen suerte porque lo primero que vimos fue la joya de las aves ibéricas, el águila imperial (Aquila adalberti). No son conscientes de que cuando yo era joven nunca pensé que esta gran rapaz se iba a convertir en un ave frecuente en Santorcaz en los últimos años, tras haber estado a punto de extinguirse.
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Inconfundible con su plumaje adulto: oscuro, hombros blancos y melena dorada, se han convertido en frecuentes por esta zona |
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Siguiendo un sendero a contraluz vimos a este minúsculo buitrón (Cisticoula juncidis), tan ligero que ni doblaba un junco, uno de los pájaros (paseriformes) españoles más pequeños |
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Nos sobrevoló una pareja de cuervos (Corvus corax), otro pájaro que se está haciendo más frecuente. El pájaro (paseriforme) ibérico más grande |
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A lo lejos sobre unos quejigos vimos varios milanos reales (Milvus milvus) que debieron pasar la noche allí, otra ave cada vez más frecuente |
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El cabreo nos vino con la sinrazón de este vertido de neumáticos junto al arroyo, aún hay gente sin escrúpulos que estropea lo que es de todos |
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Cuando volvimos hacia el coche, el águila aún seguía donde la dejamos aunque con el cielo nublado lucía menos su plumaje |
Después de volver a casa, terminar de desayunar y hacer alguna cosa más, esta vez ya todos juntos volvimos a salir a dar un paseo y aunque no vimos gran cosa, volvimos a ver alguna rapaz posada en un poste eléctrico.
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De nuevo en un poste otra rapaz, ésta más pequeña, un humilde ratonero (Buteo buteo) |
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Como decía al principio, los milanos reales se han vuelto muy frecuentes |
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A la vuelta, ahí seguía nuestro ratonero, había vuelto a salir el sol |