viernes, 23 de enero de 2015

CONTANDO PÁJAROS Y RASTROS EN LA NIEVE

Agotando los últimos días de vacaciones del año pasado, ayer decidí celebrar mi cumpleaños contando pájaros en la segunda visita del programa de seguimiento SACIN. Una pequeña nevada había caído la noche anterior en Santorcaz, así que como madrugué fue un placer estrenar la nieve.


Nada más salir del pueblo detecté a un alcaudón real meridional (Lanius meridionalis) que estaba al acecho de pequeños vertebrados y pajarillos. Tan absorto estaba en su búsqueda, que sólo con un silbido me prestó un poco de atención para mirarme y no darme la espalda ante la cámara durante unos segundos.

Alcaudón real meridional un pájaro capaz de dar caza a otros
A la izquierda el alcaudón, a la derecha una urraca,
muestra el pequeño tamaño de los alcaudones
También buscando comida, un ratonero (Buteo buteo) oteaba posado en un poste eléctrico. Éste sin embargo, huyó de mí rápidamente, pues no suelen recibir buen trato por parte de cazadores furtivos.

Ratonero común sobre un poste de electricidad
Enseguida empecé a detectar rastros de fauna por los caminos. Me llamó la atención la gran cantidad de huellas de conejos y liebres que ví, pero aún más me sorprendió que en todos los caminos y por el monte, siempre había huellas de perro. Y no iban acompañados de personas salvo una vez, siempre perros solos. Esto da que pensar que muchas veces acusamos a la fauna silvestre de la disminución de especies cinegéticas, y no nos damos cuenta de que los predadores más abundantes puedan ser perros y gatos que por las noches campan a sus anchas por el campo. Éstos se han extendido alrededor de naves y otras edificaciones dispersas por el campo.

Rastros de conejo a la izquierda y de perro a la derecha
Continué contando pájaros, y en invierno suele ocurrir que muchas aves se junten, pues no tienen nidos ni territorios que proteger. Esto hace que puedan pasar muchos minutos sin ver nada, y de repente te encuentras con grandes bandadas que no puedes contar y tienes que estimar.

Grupo de trigueros (Emberiza calandra) sobre un almendro
Trigueros preparándose para huir ante mi presencia
Estorninos negros (Sturnus unicolor)
Incluso en la nieve, no fui capaz de detectar una liebre (Lepus granatensis) encamada junto a un matojo. Tras el susto, vi que durante unos segundos salía vapor de agua de la tierra, lo que da idea del calor que desprendía la liebre.

Cama de liebre
Y unos rastros me llamaron la atención y justo he visto que a otro bloguero también le ocurrió. En el blog de el Bichu encontré la respuesta.

Rastros que dejan las rectrices (plumas de la cola) de un ave 
En fin, un día frío pero agradable, pues la nieve siempre deja bonitas estampas y deja grabado durante un tiempo lo que pasa por el campo para el que lo quiera interpretar.




domingo, 11 de enero de 2015

AVES EN INVIERNO EN EL VERTEDERO DE ALCALÁ DE HENARES

Este fin de semana, teníamos que ver pájaros, que ya han pasado diez días del año y aún no había hecho ninguna entrada. Pero teníamos varios planes, así que para no fallar en el poco tiempo que teníamos, de camino a casa de unos amigos decidimos pasar a uno de los sitios donde mayor densidad de aves puede haber. No se trata de un montaña, un bosque o ni siquiera una laguna, se trata de un vertedero, y para rematarlo se accede desde un cementerio... Vamos, que el sitio no es el más agradable que se pueda imaginar, pero las aves sacan partido de nuestros desperdicios, y allí se concentran en gran número y es posible disfrutar de ellas.

Algunos días al final del verano es posible ver cientos de milanos negros (Milvus migrans), pero en pleno invierno están en África. En cambio, son los milanos reales (Milvus milvus) los que en menor cantidad se dejan ver ahora. Vuelos rasantes, piruetas, ataques a gaviotas y huidas ante ataques de otras aves, es un placer ver volar a estos maestros del aire.

Milano real con su típica cola escotada, color rojizo y parte final de las alas más claras
De lado se aprecia perfectamente las características de los milanos reales,
aunque la escotadura de la cola se nota menos
Otra vista de los abundantes milanos reales
Tanto pájaro volando, a veces daba lugar a pequeños acosos y ataques


No obstante son las gaviotas sombrías (Larus fuscus) las más abundantes y las que dominan todo el espacio aéreo.

Gaviota con un pedazo de comida en vuelo
Vista inferior de un subadulto de gaviota sombría
Me llamó la atención no ver ni una sola cigüeña (Ciconia ciconia), estarían en algún otro lugar. A cambio, sí que pudimos ver otras aves zancudas: una garza real (Ardea cinerea) y muchas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).

Garcilla bueyera en vuelo: blanca y con el pico amarillo
Garza real, un poco apartada para tragar tranquilamente el bocado que ha "pescado"
Por último, también había gran cantidad de pájaros mas modestos: grajillas (Corvus monedula), estorninos negros (Sturnus unicolor) y gorriones comunes (Passer domesticus).

Dos grajillas se persiguen y descuelgan en el aire
Grupo de estorninos negros 
Gorriones y estorninos barren el vertedero en busca de desperdicios e insectos
Tendremos que volver, en momentos en que la luz sea más favorable, cuando haya entradas y salidas masivas de aves, o a buscar gaviotas raras, pero si alguien quiere ver muchos pájaros, ya sabe: a los vertederos.

Cada poco tiempo, el nuevo suministro de comida alborota a todas las aves.