martes, 26 de noviembre de 2013

UN PASEO POR EL RÍO HENARES

El frío intenso se ha adueñado de Santorcaz desde hace dos semanas, y aunque hemos pasado días por allí, vuelvo esta semana con un pequeño paseo que dimos el domingo a mediodía por la ribera del Río Henares en Alcalá. No fue un día muy fructífero pero el agua siempre atrae a visitantes diversos.

Azud en el río Henares a su paso por Alcalá
Varios gorriones (Passer domesticus) disfrutan de un baño, sin temer al frío de la mañana.

Dos machos de gorrión se bañan y muestran su caperuza rojiza

Desde los pinares cercanos, también los piquituertos (Loxia curvirostra) se acercan para beber, comprobando antes los alrededores desde las puntas más altas de los álamos.

Piquituerto joven en el que se observa su pico ganchudo y curvado para abrir piñas

Entre los carrizos y arbustos se mueven muchos pájaros inquietos: mitos, mosquiteros, petirrojos, etc. pero entre todos, sólo este acentor común (Prunella modularis) se mantuvo unos segundos parado.

Acentor, de plumaje críptico aunque con franjas rojizas y partes ventrales grisáceas

Como casi siempre, los pinzones vulgares también salen en las fotos (Fringilla coelebs).

Hembra de pinzón: colores tenues pero aún con franjas blancas en las alas

En una zona algo apartada, un ratonero común (Buteo buteo) o busardo ratonero, como ha sido rebautizado recientemente, salió  huyendo ante nuestra presencia: demasiado gentío un domingo en Alcalá. Huyó por los cerros a lugares más tranquilos donde esperar pacientemente a sus pequeñas presas.

Ratonero levantando el vuelo con los
 espartos de los cerros alcalaínos al fondo
Mirando al suelo, algunos insectos, se reúnen para pasar mejor el frío, como estos zapateros (Pyrrhocoris apterus) que se alimentan de las malvas silvestres, una “mala hierba” muy común en descampados y zonas alteradas.

Grupos de zapateros de diferentes clases de edad

En fin, el frío sigue apretando y las hojas siguen cayendo rápidamente: ya pronto estaremos en pleno invierno











martes, 12 de noviembre de 2013

BUITRÓN Y ZORZAL COMÚN: ¡¡POR FIN!!

Hay pájaros, que aunque frecuentes, son difíciles de fotografiar. El buitrón (Cisticola juncidis) y el zorzal común (Turdus philomelos), se encuentran entre aquellos para los que no disponía de fotos decentes en mi archivo... ¡hasta ahora! Este fin de semana en Santorcaz, he podido acercarme lo suficiente a ellos, ¡y sin usar ningún medio artificial para esconderme o atraerlos! 

El buitrón, es un pájaro pequeñísimo, que ronda los 10 gr. de peso y que junto a su nerviosismo habitual, dificulta la toma de fotografías. Gusta de vivir y alimentarse en zonas de vegetación herbácea alta, así que frecuenta el Arroyo de la Dehesa. 

Un buitrón se inclina para observarme mejor y valorar si soy un peligro

Otro buitrón más tranquilo observa desde lo alto del carrizal
También entre las espadañas, juncos y carrizos había otros pájaros como petirrojos, trigueros, mosquiteros y pájaros moscones. E incluso me aparecieron aves como una polla de agua y una agachadiza chica. 

Petirrojo (Erithacus rubecula) en lo alto de una espadaña
Triguero (Miliaria calandra)
Es de destacar que en estas zonas húmedas próximas al arroyo, son cada vez más visibles las huellas de los jabalíes.

Bañera de jabalíes
Una vez conseguido el buitrón, se me ofrecieron buenas oportunidades con los zorzales, quedándome completamente quieto y medio metido entre arbustos. En el otoño e invierno, llegan a cientos a Santorcaz moviéndose por lugares con arbustos y matorrales, en los que se alimentan de frutos, insectos, caracoles y gusanos. Uno de los zorzales llegó, y sabiéndose observado, se giró y buscó con la mirada hasta encontrarme y huir despavorido.

De espaldas, un zorzal busca con la mirada un posible peligro
Para ver mejor, decide girarse y mostrar sus flancos
De frente, se observa perfectamente su pecho y vientre moteado
Aún sin descubrirme, posa tranquilo
Contento con las fotos realizadas, aún pude hacer alguna más, con otras especies que ya conocerán los lectores de este blog.

Cogujada montesina (Galerida thecklae)
Pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
Pinzón vulgar macho en el que se observa el obispillo verdoso, casco grisáceo,
pecho rojizo, y franjas blancas en las alas




miércoles, 6 de noviembre de 2013

DE SANTO DOMINGO DE SILOS A LA ERMITA DE SANTA CECILIA POR EL DESFILADERO DE LA YECLA

Este pasado puente, hemos pasado unos días estupendos en compañía de buenos amigos por la comarca del Río Arlanza, en Burgos. Además de disfrutar de cultura, historia y gastronomía, también hubo tiempo para la naturaleza, y aunque inmerso en un grupo de 11 adultos más y 4 niños, aún puedo rescatar un breve resumen de lo que observamos. 

El ecosistema más extenso, es el sabinar, siendo de hecho uno de los mayores de Europa. La sabina (Juniperus thurifera) puede vivir en estos suelos calcáreos, con inviernos heladores y veranos abrasadores. En otoño, además ofrecen sus frutos a multitud de pajarillos, que a cambio, esparcen sus semillas.

Sabinar de Santo Domingo de Silos
Zorzal charlo (Turdus viscivorus) amante de los frutos de la sabina
A pocos kilómetros de Santo Domingo de Silos, el Desfiladero de la Yecla, se abre paso a través de un macizo calcáreo en el que los buitres leonados (Gyps fulvus) hacen sus nidos.

Farallones con nidos de buitre
Grandes grupos de buitres sobrevuelan los acantilados
Buitre leonado en vuelo
Buitre leonado sobre un risco
Buitre aleteando para tomar altura
Buitre cicleando
No sólo buitres deben anidar en las rocas, pero ese día sólo pudimos ver además un par de cuervos (Corvus corax).

Cuervo alto en el cielo en el que se aprecia su enorme cola en forma de rombo

En las zonas de humbría y vaguadas se deasarrollan bosques de hoja plana como quejigares y encinares, en donde el paisaje y sus habitantes cambia completamente.

Quejigar de Hinojar de Cervera
Un carbonero común (Parus major) mira para otro lado 
Por fin el carbonero se da la vuelta y me observa
Finalmente, mencionar que en algún pueblo aún quedaba alguna cigüeña (Ciconia ciconia) que a pesar del frío que se avecina no ha emigrado. Debe ser que encuentra comida suficiente en algún vertedero

Cigüeña blanca en su nido en Salas de Los Infantes

Este viaje, dio para mucho más en otros aspectos, pero que no son objeto de este blog, sirva de recuerdo y dedicatoria para la agradable compañía, que hizo que no echase de menos más tiempo para pajarear.

jueves, 31 de octubre de 2013

OTOÑO: colores, aves, niebla, azafrán, hongos y huellas

El pasado domingo sí que la sensación era otoñal: olores, colores y sonidos lo corroboraban. Los primeros sonidos de la mañana en el propio pueblo de Santorcaz eran los silbidos, cantos e imitaciones de los estorninos negros (Sturnus unicolor) o tordos, como son llamados allí.

Grupo de estorninos o tordos, grandes imitadores que suelen copiar el
canto de aves como oropéndolas, perdices y cernícalos

La humedad también se sentía: todas las hierbas sostenían miles de gotas de rocío y desde lo alto del páramo, tan sólo descabezaba la parte superior del cerro de El Viso, estando el valle del Henares cubierto de niebla.

En el centro de la imagen y a la izquierda el cerro de El Viso sobresale entre la niebla



Era el aire enfriado y cargado de humedad del páramo el que se deslizaba por los cerros y acumulaba la niebla en los valles.

Niebla bajando por los cerros, hacia los valles. Al fondo la Sierra de Guadarrama

Los colores otoñales también empezaban a destacar en los árboles caducos:

Hojas amarilleando de nogal (Juglans regia)

Mientras unos iban de amarillo, otros árboles lucen de rojo.

Hojas de ciruelo silvestre (Prunus insititia)

Ya en medio del monte, los sonidos me trasladaban al otoño-invierno: zorzales y petirrojos bullían en las zarzas. Sin embargo no se mostraron a la cámara, como sí hicieron otras especies, aunque nunca tan cerca como me hubiese gustado.

Tarabilla común macho (Saxicola torquata)

Pinzón vulgar macho (Fringilla coelebs)

Sin embargo, el ave que más me sorprendió, fue una curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), ave estival que yo ya suponía por el centro de África.

Curruca carrasqueña
Por el suelo, también todo era otoño:

Azafrán de otoño (Croccus serotinus)
Los hongos se mostraban en las formas más curiosas posibles, alimentándose sobre la materia muerta:

Hongo mixomiceto sobre acículas de pino

Hongo gelatinoso posiblemente Dacrymyces stillatus

Pequeña seta (parte reproductora de un hongo) creciendo sobre la madera

Y como días antes había llovido, los mamíferos dejaron sus huellas en el barro.

Huella de un gato pequeño, o de una gineta

Huella de jabalí (Sus scrofa)
Por fin, al llegar a casa una hiedra me llamó la atención, porque al estar en plena floración atraía a una gran multitud de insectos. Avispas, moscas y abejas se disputaban néctar y polen.

Avispa en vuelo que no sobrevuela a una enorme mosca cernícalo

Vista de la mosca cernícalo, se puede comprobar su gran tamaño en
comparación con una mosca común, que está a su izquierda.






miércoles, 23 de octubre de 2013

Identificando aves en parques II - Parque Forestal de Valdebernardo

Este fin de semana, en que la previsión meteorológica de lluvia nos mantuvo en Madrid, pudimos contemplar algunas aves en uno de sus parques, el de Valdebernardo. De hecho, en zonas urbanas es posible encontrar especies naturalizadas que son muy escasas en sus hábitats naturales. Esto es muy frecuente en lagos y estanques, encontrándose una gran variedad de especies de patos que pueden vivir perfectamente en medios artificiales mientras que en estado salvaje son muy escasas. A cambio de perdernos la motivación en la búsqueda de una ave, en un parque podremos contemplar detenidamente a un ejemplar que no nos tema e incluso nos busca para alimentarse.
En el parque citado existen varias masas de agua, una de las cuales cuenta con islas y vegetación riparia que proporciona descanso y refugio a multitud de aves acuáticas.
Una de las más curiosas es el pato colorado (Netta rufina), un bonito pato nadador no muy abundante, salvo en lugares como el Delta del Ebro, Doñana o las lagunas manchegas.

Pato colorado macho, en que destaca su pico rojo y cresta eréctil

Hembra de pato colorado, mucho menos llamativa
Otra anátida escasa, es el tarro canelo (Tadorna ferruginea), que prácticamente sólo cría de forma silvestre en las Canarias y Doñana.

Hembra de tarro canelo, el macho es similar con un collar negro
Junto a esas especies más raras, siempre están presentes los ánades reales o azulones (Anas platyrhynchos).

Azulón macho

Hembra de azulón mostrando el espejuelo azul que se aprecia al volar
Otra ave acuática que encontramos, que no es un pato, es la gallineta o polla de agua (Gallinula chloropus) que, más tímida que el resto de sus vecinos, aún se dejaba ver bastante bien.


Gallineta entre papiros y carrizos descansando,
 se aprecian listas blancas en los flancos

Gallineta nadando
Esta lista de acuáticas, vegetación de ribera y hasta pasarelas de madera, nos trasladaron vagamente a las Tablas de Daimiel. Pero bueno, aves más urbanas, nos recordaban que aún estábamos en Madrid.

Dos gorriones comunes (Passer domesticus) macho y una hembra se bañan en la orilla

Paloma doméstica (Columa livia) en la pasarela que cruza el estanque
Ya fuera del agua, las urracas (Pica pica) también se acercaban a la gente a tomar su correspondiente pedazo de pan, y parecía que estaba duro y "se les hacía bola" teniendo dificultades al tragar y acercándose con el pico abierto a beber a los charcos para que pasase mejor.

Urraca a punto de beber
Prácticamente ya no queda estanque o lago en ciudad alguna que no albergue una boyante población de galápagos de Florida, alóctonos e invasores, que en el medio natural suponen una amenaza formidable para nuestros galápagos ibéricos, anfibios y peces. Por ello tienen el dudoso honor de estar incluidos en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas.

Grupo de galápagos tomando el sol
Con detenimiento, se podía incluso diferenciar dos subespecies diferentes de galápago de Florida: el de orejas rojas (Trachemys scripta elegans) y el de orejas amarillas (Trachemys scripta scripta). 

Galápago de Florida de orejas rojas, la primera que empezó a
 importarse masivamente en Europa

Galápago de Florida de orejas amarillas y que se importó después, 
al prohibirse la importación de la subespecie de orejas rojas
Ya de vuelta a casa, un espléndido cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), demostró que también los pequeños depredadores se han venido a la gran ciudad: no pueden desperdiciar la gran cantidad de pequeños pájaros, roedores e insectos que en ella habitan.

Cernícalo vulgar planeando