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jueves, 25 de diciembre de 2014

PÁJAROS Y GAVILANES

Desde hace años, cuando se acerca la Navidad, una mañana la dedico a contar pájaros para luego introducir los datos en el programa SACIN. Los datos servirán para evaluar las tendencias poblacionales de las aves invernantes a nivel estatal, pero a mí me sirve par prestar atención a los pajarillos que a veces pasan desapercibidos por ser muy frecuentes.

El que primero posó para mí fue un pardillo común (Carduelis cannabina), que fue una de las especies más abundantes del día. 

Pardillo común macho, con ciertos tintes rojizos en pecho y coronilla,
que se intensificarán en la época reproductora
El siguiente en posar, fue otro pájaro emparentado con el pardillo, el verderón (Chloris chloris).

Verderón común macho, con un potente pico 
Después otro pájaro, pero esta vez no era un fringílido, sino un muscicápido, el petirrojo (Erithacus rubecula). Aún de parecido tamaño, los fringílidos tienen picos cónicos y fuertes que permiten abrir semillas. En cambio, los muscicápidos son principalmente insectívoros y su pico fino, permite capturar y sostener insectos como si se tratase de pinzas.

Petirrojo, con su pose característica de alas caídas
Volviendo a los fringílidos, una hembra de pinzón vulgar (Fringilla coelebs) también se dejó fotografiar.

Pinzón, otro fringílido con pico cónico para abrir semillas
Y ante toda esta variedad de pájaros, no podía faltar su mayor enemigo, el gavilán (Accipiter nisus), que en invierno es una de las rapaces más frecuentes de Santorcaz.

A pesar de la ausencia de hojas, es difícil detectar al gavilán en la noguera
Pacientes, los gavilanes esperan a cualquier pájaro desprevenido para capturarlos

domingo, 23 de noviembre de 2014

MÁS COLORES PARA UN DÍA DE OTOÑO-PRIMAVERA

En un cálido día otoñal, hemos vuelto a Santorcaz luego de varias semanas de ausencia. La verdad es que el paseo fue muy agradable, el campo está reverdeciendo... pero en lo pajaril fue muy tranquilo.

Los primeros que nos saludaron fueron un grupo de pardillos comunes (Carduelis cannabina) subidos a lo alto de un almendro puntiseco.

Pardillo común juvenil o hembra
En un pequeño quejigal de camino a Anchuelo escuchamos el canto de varios verdecillos (Serinus serinus), otro pajarillo cantor. que con el calorcillo se sentía como si fuese abril.

Verdecillo macho cantando
Seguimos subiendo y bajando cerros y nos entretuvimos un rato en juguetear con pepinillos del diablo (Ecbalium elaterium), ya que unas semanas antes se los enseñamos al hijo de unos amigos que se quedó estupefacto con la explosión del fruto de esta planta.

Fruto del pepinillo del diablo en el que en su interior se guardan semillas inmersas en un líquido a gran presión que ante cualquier roce estalla y las lanza a gran distancia
Semillas en los alrededores de la planta,
brillantes porque además tienen una mucosa pegajosa.
 En el vídeo siguiente, la cámara ni siquiera puede grabar 
hacia dónde van las semillas por la velocidad de la explosión


En las hojas de la planta había una mariquita de una especie que no es la habitual.

Epilachna chrysomelina
Donde más nos entretuvimos fue en los alrededores de un manantial al que muchos pajarillos bajaban a bañarse. Tras el chapuzón, algunos se desprendían del agua del plumaje en algún rosal o zarzal, y durante unos segundos, era posible fotografiarlos.

Gorrión moruno (Passer hispaniolensis), el gorrión más escaso en Santorcaz

Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)

Petirrojo (Erithacus rubecula)
Rondando esta abundancia de carne emplumada, pasó un gavilán (Accipiter nisus) y en seguida se hizo el silencio.

Gavián, el gran depredador forestal de pequeñas aves
Y ya el día no dio para mucho más, salvo para anotar los intensos colores del otoño, que si bien en Santorcaz no son tan espectaculares como los hayedos de hace quince días, también algunos elementos vegetales despuntan aquí y allá emulando los fogonazos de color que se ven en bosques más norteños.

Zumaque (Rhus coriaria) entre espartos 

Álamos negros (Populus nigra)