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lunes, 20 de abril de 2015

ZARZALEJO, LAGUNAS, LAGARTIJAS Y LAGARTOS

Como hace quince días, hemos vuelto a terrenos de granitos y lagunas, esta vez en Zarzalejo, donde al pie de uno de los picos de las Machotas se encuentran las lagunas de Castrejón.

Una de las lagunas de Castrejón con una de las Machotas al fondo
No faltan en estas pequeñas lagunas las aves acuáticas de siempre: fochas, ánades reales y alguna polla de agua, que más tímidas no salieron en las fotos.

Pareja de azulones (Anas Platyrhynchos)
Focha común (Fulica atra)
Desde las lagunas parten caminos que atraviesan fincas ganaderas de monte mediterráneo y piedra berroqueña, y entre las piedras del granito, no faltaron los reptiles.

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus) adulta, se aprecian ocelos azules junto a la extremidad anterior
Un ejemplar juvenil de la misma especie
Lagartija ibérica (Podarcis hispanicus).
Parece un macho mostrando el vientre rojizo y con la cola arqueada
El mismo ejemplar observando al fotógrafo.
Un gran lagarto ocelado (Timon lepidus) tomando el sol
Como la mañana empezó fresca, los pájaros parecían tranquilos, pero en seguida empezaron a asomarse muchos de ellos y ya pudimos fotografiar a algunas especies recién llegadas del África subsahariana.

Alcaudón común (Lanius senator), pájaro migratorio
Otro ejemplar con el cielo al fondo
Curruca carrasqueña macho (Sylvia cantillans), como demuestra su vientre rojizo y bigotera blanca
Una totovía (Lullula arborea) transporta material para su nido
Y como siempre una mirada al suelo también permite encontrar algunas joyas.

Narciso (Narcissus bulbocodium)
Cardera (Vanessa cardui)

lunes, 7 de abril de 2014

JABALÍES Y PRIMERAS ÁGUILAS CALZADAS

Si no hay otros planes o compromisos, con el buen tiempo es difícil no faltar a la cita de cada fin de semana con el campo de Santorcaz. El mismo sábado por la mañana mi mujer y yo nos lanzamos al Camino de Corpa a ver cómo despejaba un día que comenzó húmedo y nublado.

A pesar del ese comienzo sin sol, la temperatura ya era suficiente para que algunas mariposas revoloteasen de flor en flor.

Euchloe tagis
Las calandrias amenizaban con su cantos el paseo, pero mucho menos asustadiza, una bonita collalba gris (Oenanthe oenanthe) nos observó desde el borde del camino mientras yo la fotografiaba.

Collalba gris al borde de un camino
En estas zonas abiertas de cultivos herbáceos y escaso arbolado son cada vez más notorias las señales que dejan los jabalíes (Sus scrofa), que al cobijo de la noche no dudan en campear a sus anchas por estas zonas que no ofrecen refugio de día.

Hozaduras de jabalí
Por fin el sol se hizo definitivamente un hueco entre las nubes, y como para corroborarlo, hicieron su aparición dos águilas calzadas (Hieraaetus pennatus), las dos primeras del año que veo en Santorcaz. Estas pequeñas águilas, tras pasar el invierno seguramente en el centro de África, en su vuelo conjunto demostraban que están aquí para tener su descendencia.

Águila calzada del tipo claro
De todos modos, aún quedan pájaros invernantes, como las bisbitas comunes (Anthus campestris), que aún no se han decidido a retornar a sus áreas de cría en zonas más frescas y húmedas.

Bisbita común en un camino
El domingo ejercí de anfitrión ante otro aficionado a la naturaleza que no conocía Santorcaz. Un buen madrugón nos ayudó para nada más echar a andar, descubrir un gran jabalí que bajó corriendo desde la ladera frente a nosotros y cruzó la carretera pocos segundos después de que pasase un coche. Sirvan estas líneas para recordarnos que las carreteras no sólo las usamos conductores, ciclistas y peatones, sino que hay que andar con mil ojos, pues se nos puede cruzar un animal de unos 70 – 90 kg.

Un jabalí cruza un sembrado hacia la carretera
Jabalí sobre el asfalto
En estas fechas sigue produciéndose un goteo de especies migratorias transaharianas recién llegadas, como las currucas carrasqueñas (Sylvia cantillans) que delimitan su territorio con sus melodiosos cantos.

Macho de curruca carrasqueña
La mañana fue avanzando descubriendo más cantos y pájaros diversos, pero muchas veces, cámara en mano es posible recrearse con otras creaciones naturales tan curiosas como la tela de una araña.

Tela de araña que ha atrapado el rocío matinal
El viento arrastraba nieblas que al encajonarse en los valles, nos traían reminiscencias más norteñas.

Valle del Arroyo Anchuelo o de La Dehesa
El día continúo en un agradable paseo y aunque se nos resistieron las grandes rapaces, para mofarse de nosotros, un buitrón (Cisticola juncidis) aguantó en una junquera a que lo fotografiásemos tranquilamente.

Un junco soporta los 10 gramos de peso de un buitrón
De nuevo, encontramos más señales de las correrías de los jabalíes, como un gran hormiguero de hormiga roja, que habían escarbado, seguramente en busca de larvas.

Hormiguero de hormigas roja atacado probablemente por un jabalí
No bastando todo lo anterior, de nuevo con mi mujer, dimos la tarde del domingo un nuevo paseo junto a la Estación Transmisora de la Marina. Eso nos permitió hacer fotos a alguno de esos pájaros marrones “tipo gorrión” que a mucha gente cuesta identificar.

Triguero (Emberiza calandra), rechoncho y con pico grueso, granívoro
Totovía (Lullula arborea) un tipo de alondra con ceja muy marcada y sin cresta
Por último una pareja de ratoneros comunes (Buteo buteo) nos mostraron una exhibición de planeos, persecuciones y picados en lo que debían ser los preliminares de su relación conyugal.

Ratonero común planeando
La pareja de ratoneros volaban muy juntos



jueves, 31 de octubre de 2013

OTOÑO: colores, aves, niebla, azafrán, hongos y huellas

El pasado domingo sí que la sensación era otoñal: olores, colores y sonidos lo corroboraban. Los primeros sonidos de la mañana en el propio pueblo de Santorcaz eran los silbidos, cantos e imitaciones de los estorninos negros (Sturnus unicolor) o tordos, como son llamados allí.

Grupo de estorninos o tordos, grandes imitadores que suelen copiar el
canto de aves como oropéndolas, perdices y cernícalos

La humedad también se sentía: todas las hierbas sostenían miles de gotas de rocío y desde lo alto del páramo, tan sólo descabezaba la parte superior del cerro de El Viso, estando el valle del Henares cubierto de niebla.

En el centro de la imagen y a la izquierda el cerro de El Viso sobresale entre la niebla



Era el aire enfriado y cargado de humedad del páramo el que se deslizaba por los cerros y acumulaba la niebla en los valles.

Niebla bajando por los cerros, hacia los valles. Al fondo la Sierra de Guadarrama

Los colores otoñales también empezaban a destacar en los árboles caducos:

Hojas amarilleando de nogal (Juglans regia)

Mientras unos iban de amarillo, otros árboles lucen de rojo.

Hojas de ciruelo silvestre (Prunus insititia)

Ya en medio del monte, los sonidos me trasladaban al otoño-invierno: zorzales y petirrojos bullían en las zarzas. Sin embargo no se mostraron a la cámara, como sí hicieron otras especies, aunque nunca tan cerca como me hubiese gustado.

Tarabilla común macho (Saxicola torquata)

Pinzón vulgar macho (Fringilla coelebs)

Sin embargo, el ave que más me sorprendió, fue una curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), ave estival que yo ya suponía por el centro de África.

Curruca carrasqueña
Por el suelo, también todo era otoño:

Azafrán de otoño (Croccus serotinus)
Los hongos se mostraban en las formas más curiosas posibles, alimentándose sobre la materia muerta:

Hongo mixomiceto sobre acículas de pino

Hongo gelatinoso posiblemente Dacrymyces stillatus

Pequeña seta (parte reproductora de un hongo) creciendo sobre la madera

Y como días antes había llovido, los mamíferos dejaron sus huellas en el barro.

Huella de un gato pequeño, o de una gineta

Huella de jabalí (Sus scrofa)
Por fin, al llegar a casa una hiedra me llamó la atención, porque al estar en plena floración atraía a una gran multitud de insectos. Avispas, moscas y abejas se disputaban néctar y polen.

Avispa en vuelo que no sobrevuela a una enorme mosca cernícalo

Vista de la mosca cernícalo, se puede comprobar su gran tamaño en
comparación con una mosca común, que está a su izquierda.