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lunes, 29 de junio de 2015

LUCIÉRNAGA, PALOMAS TORCACES, CRÍALOS, RATONEROS

He visto sólo dos luciérnagas en mi vida en España, una hace unos 20 años, y la segunda fue el viernes. Lo curioso es que ambas las he visto exactamente en el mismo sitio, el patio de la casa del pueblo,con un error de metro arriba o abajo. Más raro aún es que este año la casa se ha hecho completamente nueva.


Macho de luciérnaga (Lampyris iberica?), en el extremo del abdomen emitía una débil luz verdosa
Cosas y bichos raros a parte, ni la ola de color, ni el trabajo en casa me impide dedicar unas horillas por la mañana a ir al campo. Empecé sentado junto a un nogal moribundo a ver quién se posaba por allí. No hubo mucho que rascar, sólo un joven verdecillo (Serinus serinus) y varias palomas torcaces (Columba palumbus) me amenizaron el rato.


Joven verdecillo, aún sin sus colores característicos
Esta paloma desconfiaba del bulto que la observaba...
...hasta que se tranquilizó...
...y se dedicó a acicalarse el plumaje
Este otro palomo, se dedicó a arrullar, inflando el cuello para que se le escuchase mejor
Caminando por los cerros me entretuve más, y los primeros que me asaltaron fueron un grupo de críalos (Clamator glandarius) juveniles, seguramente hermanos. Sus hermanastras, unas urracas también andaban cerca, y es que este pájaro parasita a los córvidos, y suelen elegir para poner sus huevos en nidos de urraca.

Críalo juvenil, con sus capirote negro, garganta amarillenta y panel alar color teja
El mismo individuo mostrando su pechuga
También me llamó la atención una zona de baño de jabalíes (Sus scrofa). Además de la bañera, justo al lado tenían una gran roca para desprenderse del barro, y seguramente de los parásitos que quedasen atrapados en él.

Bañera de jabalíes
Roca llena de barro tras haberse frotado en ella
Tuve que levantar bastante rato la vista al cielo, pues un ratonero (Buteo buteo) no paraba de maullar y sobrevolarme. Tal vez no le gustaba que estuviese por su cazadero. 


Ratonero justo sobre mi vertical con su típico plumaje
Vista en la que se aprecia el color chocolate de su cuerpo
Girando e iluminado por el sol desde abajo, parece mucho más claro de lo que en realidad es
Y la mañana acabó con una de los protagonistas de la semana pasada en el mismo posadero donde la fotografié.


Águila culebrera (Circaetus gallicus) en su posadero preferido

Al atardecer, con Lucía, fuimos a dar un paseo, esta vez por el camino hacia Pioz. El doble vallado de la Estación Transmisora de La Marina, protege a los pájaros del hombre, así que pudimos fotografiar a varias especies.



Macho de collalba rubia (Oenanthe hispanica)
Triguero (Emberiza calandria)
Cuco (Cuculus canorus)
En el camino, como siempre, conviene ir mirando al suelo, porque si no, uno se puede perder bellezas como una vanesa de los cardos (Vanessa cardui).


Vanesa de los cardos
Terminamos con el sol ocultándose por Santorcaz, pero los pájaros seguían apostados en el alambre de espino



miércoles, 7 de mayo de 2014

SISONES, ABEJARUCOS, CURRUCA MIRLONA, AGUILUCHOS... ¡ES LA PRIMAVERA!

Como contaba en la entrada anterior, salvo el jueves, el resto de los días del puente los hemos pasado en Santorcaz, disfrutando de la primavera. El viernes, hicimos la primera salida de la temporada del SACRE (Programa de Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras de la Sociedad Española de Ornitología). A pesar de no parar de contar y anotar aves en el cuaderno de campo, aún saqué tiempo de hacer alguna foto.

A veces estar dentro de un coche es el mejor escondite para ver aves, y así nos sucedió con un macho de sisón (Tetrax tetrax) en plena exhibición. Habitantes de cultivos herbáceos y con un plumaje muy críptico en sus partes dorsales, cuando desea marcar su territorio, además de emitir un curiosos sonido audible a gran distancia salta y despliegas sus alas de un blanco níveo para hacerse notar.

Macho inflando las plumas de su cuello contrastado de negro y blanco
Saltando mostrando el blanco de sus alas y partes ventrales
En otra de las paradas, un pinzón macho (Fringilla coelebs) se puso a cantar con su típico “casco” gris azulado y vientre rojizo.

Pinzón vulgar macho
En la última parada un buitre leonado (Gyps fulvus) pasó volando muy cerca y muy bajo en busca de alguna carroña.

Pesado aleteo del buitre leonado
Por la tarde decidimos dar un “paseo” hasta Pezuela de Las Torres donde disfrutamos de los campos mecidos por el viento. También algún pajarillo se atrevió a posar, aunque el fuerte viento no ayudó a detección de aves.

Atardecer en el camino a Pezuela de Las Torres
A la salida de Pezuela nos despidió un precioso jilguero (Carduelis carduelis)
A ras de suelo, el viento no influye tanto y esta enorme escolopendra no temió salir a campo abierto a estirar sus 21 pares de patas.

Escolopendra (Scolopendra cingulata)
El sábado también dimos un corto paseo aunque, esta vez las protagonistas fueron varias mariposas.

Iphiclides podalirius o chupa leche sorbiendo las sales disueltas del barro
Issoria lathonia o sofía
Melitaea phoebe o doncella mayor
En el lavadero, me entristeció ver una mezcla de carpines y truchas, especies piscícolas probablemente liberadas con buena intención, pero que causarán estragos en las poblaciones de anfibios, mucho más amenazadas que estos peces que provienen de Asia y América.

Trucha arcoiris (Oncorhynchus mikiss) incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
El domingo, decidí madrugar un poco e irme yo sólo con mi red de camuflaje. Ya de camino, algunos pájaros se me pusieron a tiro.

Por las mañanas es inevitable ver cantar a las golondrinas (Hirundo rustica)
En los cables comparten posadero las palomas torcaces (Columba palumbus)
y tórtolas turcas (Streptopelia decaocto
Una verderón me observó intranquilo (Carduelis chloris)
Apostado junto a una vieja noguera (Juglans regia) no tardaron en aparecer varias aves a usar sus ramas para marcar el territorio, procesar alimentos o simplemente descansar y acicalarse.

Nada más llegar, un mirlo despeinado se puso a cantar (Turdus merula)
A continuación un abejaruco (Merops apiaster) manipuló
un gran abejorro para no dañarse la garganta con su aguijón 
Después llegó otro individuo, probablemente su pareja
En un posadero orientado al sol éste mostró su pecho turquesa
En el vídeo siguiente se observa como atontan a golpes a sus víctimas para que no dañen sus gargantas al tragarlos. Si ponéis el sonido, además se puede oír esos golpes contra la madera podrida.


Después de un rato, una paloma torcaz llegó para descansar
Antes de irse dedicó un rato a acicalar su plumaje
como se puede ver en la foto y en el vídeo siguiente
 

De nuevo una pareja de abejarucos se posaron,
 uno de ellos con una presa en el pico
Incluso las inteligentes urracas (Pica pica) no me descubrieron
En la misma percha que cuando llegué,
el último pájaro que posó antes de irse fue un mirlo
Satisfecho con la “caza” decidí estirar las piernas y aún me topé con más habitantes alados, aunque a mayor distancia del objetivo de la cámara.

Una cada vez más escasa collalba rubia (Oenanthe hispanica) posa sobre una coscoja
Muy cerca, una curruca mirlona (Sylvia hortensis) aguantó impasible mi presencia,
 prefirió cantar para marcar su territorio
Ya de vuelta a casa, el macho de aguilucho (Circus aeroginosus) lagunero me sobrevoló mostrando el contraste de sus partes dorsales...
... y partes ventrales
El último fue el más pequeño, un buitrón (Cisticola juncidis) que en lugar de cantar en vuelo como es habitual en él, lo hizo posado. En el vídeo siguiente se le escucha
 

 Y así termino, una primavera espléndida pero que necesita agua ya.

lunes, 6 de mayo de 2013

CAMBIOS PARA SEGUIR IGUAL


Como ornitólogo y naturalista aficionado, siempre tengo una irresoluble lucha interior, a saber: por un lado ir a conocer nuevas zonas naturales donde descubrir especies o paisajes nuevos; o por el contrario, volver a las tierras de Santorcaz a reecontrarme con lo conocido, con lo esperable y comprobar que todo sigue más o menos igual. 

En el primer caso, me maravillo con los pinsapares de Grazalema, los cortados de Cuenca, las cigüeñas negras del Jerte o el Río Perales en Navalagamella (ver entradas anteriores del blog).

En el segundo caso, me complace comprobar cómo año tras año siguen cantando los sisones en los secanos de Santorcaz a pesar de los venenos, o que los ruiseñores siguen alegrando los anocheceres por San Pedro Mártir aunque se hayan desbrozado los zarzales del Arroyo Pasadero. 

Y para comprobar si todo sigue igual o todo cambia, participo en el Programa de Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras de España (SACRE) promovido por la Sociedad Española de Ornitología. En la cuadrícula de 10 x 10 km de lado que tengo asignada, dos mañanas de la primavera al año me lío a contar pájaros por Santorcaz, Los Santos de La Humosa, El Pozo de Guadalajara, Pioz, y Valdarachas.

SACRE


Así el sábado desde las 7,30 de la mañana, ya me quedé un poco más tranquilo al comprobar que oropéndolas, ruiseñores, codornices, cucos y abejarucos ya andaban de nuevo entre nosotros. Muchos de estos pájaros son espectaculares por sus colores, que nos recuerdan que pasan mucho tiempo en África. A algunos los vimos este octubre en Kenya y Tanzania, y recuerdo escuchar los abejarucos al amanecer en Amboseli o al ruiseñor en el Cráter del Ngorongoro mientras fotografiábamos leones.

Abejaruco (Merops apiaster) sobre un almendro junto a su nido

También han llegado del sur muchas rapaces, ya que durante el invierno no hay reptiles, insectos, ni casi roedores que comer por estos páramos.

Águila culebrera (Circaetus gallicus) 

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

A pesar del contraluz, las estrechas alas y la cola larga
identifican al aguilucho cenizo macho (Circus pygargus)


Atareados también andan las especies que se quedan con nosotros en invierno, o que no se van muy lejos. Como he dicho, madrugando un poco, se puede escuchar el curioso canto del sisón (Tetrax tetrax), que recuerda muy poco glamurosamente a una pedorreta.

Sisón macho cantando en un barbecho 

En las zonas arboladas, los carboneros comunes (Parus major) están atareados construyendo nidos o defendiendo el territorio, tareas que se dividen entre los miembros de la pareja.

Carbonero común hembra con material para el nido en el pico.
Colores más pálidos y línea del pecho negra más bien fina.

Carbonero común macho cantando en lo alto del mismo árbol que la hembra anterior.
Se nota un color más vivo y la línea del pecho negra mucho más ancha.

Camino de Corpa


Como no tuvimos bastante, por la tarde nos fuimos andando a Corpa para disfrutar de esta primavera tan verde.



También aquí nos sorprendieron algunas especies curiosas como una pareja de collalbas rubias (Oenanthe hispanica), especie también estival, que está a punto de desaparecer en Santorcaz, pues cada vez veo menos.

Collalba rubia hembra

Otro pájaro viajero es el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), que sólo se deja ver un poquito en primavera de paso al Norte, y ya más tranquilamente al final del verano cuando baja al Sur.

Papamoscas cerrojillo medio oculto en un majuelo

Como siempre mirando al suelo se encuentran joyas como estas orquídeas que imitan el cuerpo de abejas para atraerlas y que las polinicen.

Ophrys speculum

Ophrys sphegodes

Por último ese día salieron dos avutardas (Otis tarda), señora del secano que puede que críe de manera muy escasa en Santorcaz. A pesar de ser el ave más pesada de Europa, está amenazada por la intensificación de los cultivos, el uso de pesticidas… y el choque con tendidos eléctricos. Nosotros cruzamos los dedos para que éstas dos no tuviesen un final fatal.

Dos avutardas vuelan hacia un tendido eléctrico

Camino a Anchuelo

Y como aún no tuvimos bastante, y la semana se hace larga en Madrid, el domingo sacamos fuerzas para dar otro paseo. Como todo anda cambiando para ser como siempre, también pudimos ver que habían llegado los alcaudones comunes (Lanius senator), o cabezotas como los llaman por aquí.

Alcaudón común que nos quiso salir en la foto de cara

Igualmente, llaman la atención de cualquiera unas delicadas y elegantes flores llamadas Fritillaria lusitanica, una curiosidad vegetal familia de los afamados tulipanes. Todos conocen al tulipán, aunque venga de lejos, ¿pero cuántos de Santorcaz saben que tienen primos autóctonos a diez minutos de casa?

Fritillaria lusitanica