domingo, 4 de junio de 2017

AGUILUCHO CENIZO DE CAZA, ABEJARUCO Y RAYO

Tocaba la segunda salida del SACRE de primavera y ya me despido hasta el año que viene. Como siempre digo, se trata de contar aves, no de fotografiarlas, pero siempre se puede hacer alguna fotillo si los pájaros aguatan un rato. Esta vez sólo hay dos especies protagonistas, el abejaruco (Merops apiaster) y el aguilucho cenizo (Circus pygargus).
Junto a una colonia de abejarucos, grajillas y gorriones chillones algunos abejarucos me vigilaban para asegurarse de que sus nidos no corrían peligro.

Aunque no le daba el sol, aún mostraba unos bonitos colores
Y en cuanto a los aguiluchos, vi dos, uno en Santorcaz y el otro en Valdarachas. Ambos iban de caza, pero sólo el último pareció tener suerte.

El aguilucho torcato pasó cerca y mostró el típico patrón de los machos
En Valdarachas, otro macho acariciaba los campos en busca de presas...
... y con un giro repentino de sus largas alas se desplomó en el sembrado.
Con la cebada alta, sólo asomaban los extremos de sus alas.
Tuvo éxito, ya que se posó en un barbecho próximo a comer...
...y una vez saciado volvió a levantar el vuelo
Y me despido con una foto de una de las tormentas de estos días. Es difícil hacer una foto a un rayo, y más si tienes que sostener la cámara a pulso, pero aunque testimonial, conseguí que se viese un rayo lejano. 

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martes, 30 de mayo de 2017

CORZO, CONEJO Y RATA DE AGUA

Ya tocaba volver por aquí, que las primaveras no es cuestión de pasarlas bajo techo, así que madrugón el domingo y a gastar las botas. La mañana más bien fresca y ventosa, lo que no es buen presagio según mi experiencia: cuando sopla el viento no es cuestión de salir por ahí a volar sin necesidad.
Pero no importa, porque la Naturaleza en cualquier momento muestra sus maravillas y sus dramas, en el Serengueti serán unas leonas atacando un búfalo, pero esa misma lucha por la vida la representan muchos otros actores.

Con su armadura este escarabajo intenta resistir el ataque de tres hormigas
No se cómo acabaría la lucha, pero si yo fuese un insecto no me gustaría tener que vérmelas con unas hormigas hambrientas... no creo que aflojen la presa nunca.
Retomo el hilo habitual de mis andanzas y comienzo por el principio, con el primer pájaro que fotografié bebiendo en el lavadero.

A pesar de la poca luz, se aprecia el curios pico de este piquituerto (Loxia curvirostra)
Después desde una de mis atalayas favoritas disfruté de varios actores, algunos muy lejos y otros muy cercanos.

A pesar de la vegetación, el espejo blanco de este corzo (Capreolus c.) llamó mi atención
Una oscura aguilucha lagunera (Circus aeroginosus) descansaba en un barbecho
Al cabo de un rato alzó el vuelo y me estuvo sobrevolando un rato
Mientras veía a la aguilucho un grupo de mitos (Aegithalus caudatus) me rodearon
Parecía que me observaban...
... y luego me enseñaron sus larguísimas colas.
Si el viento echa para atrás a algunas aves, también sirve para ocultar a los ruidosos humanos del oído de los mamíferos, así pude estar a escasos dos metros de una simpática rata de agua (Arvícola sapidus).

En el arroyo, la rata mordisqueaba tranquilamente la vegetación

El resto de protagonistas del día me los fui encontrando al salto, simplemente caminando cerro arriba y cerro abajo, algunos ya los había visto antes, pero la mayoría fueron nuevos.
 
Otra vez me encontré con la hembra de lagunero en un barbecho...
... y de nuevo volvió a dar vueltas en el cielo.
Un abejaruco (Merops apiaster) había capturado un enorme abejorro
Por el suelo me crucé con una lagartija colilarga (Psammodromus algirus)
En medio de las rodadas de un camino un conejo se alertó (Oryctolagus cunniculus)
Y decidió dar la vuelta por donde había venido
Tampoco las mariposas querían volar mucho como esta Euphydryas desfontainii
De este licénido dudo en su identificación...
... a pesar de poder fotografiar por las dos caras
Este ratonero (Buteo buteo) encogió las alas para desplazarse más rápido
Una abubilla (Upupa epops) levantó su cresta al asustarse...
... y después la bajo para observarme más tranquilamente.
De vuelta en el lavadero, un verdecillo (Serinus serinus) cantaba en una morera
Y en el Caño Alto, me cantó un rato un ruiseñor (Luscinia megarynchos)

miércoles, 17 de mayo de 2017

PICOS PICAPINOS Y OROPÉNDOLA

Por fin ha llovido un poco y ha dado una tregua al campo, así que este puente no podía dejar de ir al menos un día. Ese día fue el domingo y como tenía localizado un nido muy accesible de pico picapinos (Dendrocopos major), quise pasarme a ver cómo seguía. Por eso esta crónica no la cuento en orden, empiezo por los picapinos.
Como dije hace unas semanas, me topé por casualidad con un nido de este pájaro carpintero, estaba a baja altura, enfrentado a los rayos de la mañana y frente a un sitio despejado, así que dando un rodeo para no pasar por delante, me oculté a unos 40 metros, bajo un arbusto y con mi red de camuflaje. Parecía que estaba abandonado pero a los 10 minutos llegó el macho, y luego fue un no parar de viajes de ida y vuelta de ambos progenitores. Los pollos debían ser pequeños, porque no asomaron en ningún momento.

Con cierta cautela, llegó el primer individuo con la ceba en el pico...
... al girarse mostró su nuca roja: era el macho.
Antes de salir de nuevo, una miradita para ver que no había peligro
Al rato llegó la hembra, con la nuca completamente negra.
Así transcurrieron unos minutos, llegadas...
... y al rato salidas apresuradas, algunas veces mostrando sus alas barradas.
Algunas veces coincidían ambos a la vez en un intercambio.
Diría que la hembra pasaba más tiempo con los pollos y el macho,
hacía más viajes de ida y vuelta con comida.

En el video siguiente se aprecia lo poco que dura la entrada al nido


En un momento dado, mientras controlaba los picapinos,
un milano negro mudando algunas plumas nos sobrevoló.
Antes y después de todo esto, el muestrario de pájaros fue bastante extenso, ya desde las calles del pueblo, muchos se ponen a tiro y es que a primera hora de la mañana, todos tienen ganas de cantar o mostrarse a sus vecinos.

Un gorrión chillón o duresa (Petronia petronia) piaba sobre un poste de teléfonos
Este estornino negro o tordo (Sturnus unicolor) eligió una rama seca
En este olmo seco coincidieron un jilguero (Carduelis carduelis) y un pardillo (Carduelis cannabina)
Sobre una zarza, un verderón (Chloris chloris)
Y aquí un jilguero, esta vez solo.
En una alambrada, un pardillo macho
Ya en el campo, una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) como siempre medio escondida
Este pinzón (Fringilla coelebs) me dio la espalda, mostrando su obispillo verde...
...mientras este otro me mostró el pecho rojizo.
A la sombra de un quejigo, vi una pareja de tórtolas comunes (Streptopelia turtur)
Y otra especie migratoria cantaba en rosal silvestre, un zarcero común (Hippolais polyglota)
Y ya llevan un tiempo por aquí los abejarucos (Merops apiaster) como este en una retama
Acabo la retaíla con los de casi siempre: los aguiluchos lagunero (Circus aeroginosus)
Este es un macho aún sin plumaje adulto
Finalizo, con otro pájaro espectacular que oigo desde casa, pero no siempre logro ver, la oropéndola (Oriolus oriolus). Justo antes de llegar a casa, ahí estaba ella y esta vez no se ocultaba entre ramas, así que la pude ver en todo su esplendor.

Inconfundibles y muy llamativas
Con un potente canto
Uno de los pájaros más espectaculares, se notan su raíces africanas
Si queréis oír su canto, no hay más que subir los altavoces