sábado, 7 de febrero de 2015

PÁJAROS BAJO EL FRÍO

Hacía semanas que no salía al campo y ni la ola de frío más fuerte del año ha conseguido que me amilane y me quede en casa. No tenía mucho tiempo, no había buena luz, había poca actividad pajaril, así que decidí apostar sobre seguro, desapareciendo bajo mi red de camuflaje entre unas zarzas, con temperatura entorno a 1ºC y al arrullo del goteo de un manantial.

En seguida aparecieron los pájaros, muy cercanos ellos, y lo complicado fue poder moverme bajo la red para apuntar y enfocar antes de ser descubierto o de que marchasen a otro posadero.

Como ya he dicho otras veces, los más tranquilos son los pinzones, mientras que fotografiar a un zorzal es todo un triunfo. Tan sólo en media hora saqué un buen puñado de especies, y hubo más, pero o tapados por las ramas o demasiado inquietos, sólo han podido salir en la foto las siguientes: 

Acentor común (Prunella modularis), invernante que
encontramos en las zonas con la vegetación más tupida
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) con capirote negro, por tanto, macho 
Gorrión moruno (Passer hispaniolensis), pájaro que cada vez parece más abundante
Pardillo común hembra (Carduelis cannabina)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
De perfil, el mismo individuo en otro posadero muestra sus colores pardos
Aún a contraluz, los pinzones machos muestras mayor colorido
De frente a los pinzones machos les destaca el píleo gris azulado
 y las partes ventrales rojizas
Triguero (Emberiza calandra)
Zorzal alirrojo (Turdus pilaris), identificable aún entre las ramas
Zorzal común (Turdus philomelos) parecido al alirrojo
Y aquí acaba el repertorio, como digo, satisfecho y con ganas de repetir.

viernes, 23 de enero de 2015

CONTANDO PÁJAROS Y RASTROS EN LA NIEVE

Agotando los últimos días de vacaciones del año pasado, ayer decidí celebrar mi cumpleaños contando pájaros en la segunda visita del programa de seguimiento SACIN. Una pequeña nevada había caído la noche anterior en Santorcaz, así que como madrugué fue un placer estrenar la nieve.


Nada más salir del pueblo detecté a un alcaudón real meridional (Lanius meridionalis) que estaba al acecho de pequeños vertebrados y pajarillos. Tan absorto estaba en su búsqueda, que sólo con un silbido me prestó un poco de atención para mirarme y no darme la espalda ante la cámara durante unos segundos.

Alcaudón real meridional un pájaro capaz de dar caza a otros
A la izquierda el alcaudón, a la derecha una urraca,
muestra el pequeño tamaño de los alcaudones
También buscando comida, un ratonero (Buteo buteo) oteaba posado en un poste eléctrico. Éste sin embargo, huyó de mí rápidamente, pues no suelen recibir buen trato por parte de cazadores furtivos.

Ratonero común sobre un poste de electricidad
Enseguida empecé a detectar rastros de fauna por los caminos. Me llamó la atención la gran cantidad de huellas de conejos y liebres que ví, pero aún más me sorprendió que en todos los caminos y por el monte, siempre había huellas de perro. Y no iban acompañados de personas salvo una vez, siempre perros solos. Esto da que pensar que muchas veces acusamos a la fauna silvestre de la disminución de especies cinegéticas, y no nos damos cuenta de que los predadores más abundantes puedan ser perros y gatos que por las noches campan a sus anchas por el campo. Éstos se han extendido alrededor de naves y otras edificaciones dispersas por el campo.

Rastros de conejo a la izquierda y de perro a la derecha
Continué contando pájaros, y en invierno suele ocurrir que muchas aves se junten, pues no tienen nidos ni territorios que proteger. Esto hace que puedan pasar muchos minutos sin ver nada, y de repente te encuentras con grandes bandadas que no puedes contar y tienes que estimar.

Grupo de trigueros (Emberiza calandra) sobre un almendro
Trigueros preparándose para huir ante mi presencia
Estorninos negros (Sturnus unicolor)
Incluso en la nieve, no fui capaz de detectar una liebre (Lepus granatensis) encamada junto a un matojo. Tras el susto, vi que durante unos segundos salía vapor de agua de la tierra, lo que da idea del calor que desprendía la liebre.

Cama de liebre
Y unos rastros me llamaron la atención y justo he visto que a otro bloguero también le ocurrió. En el blog de el Bichu encontré la respuesta.

Rastros que dejan las rectrices (plumas de la cola) de un ave 
En fin, un día frío pero agradable, pues la nieve siempre deja bonitas estampas y deja grabado durante un tiempo lo que pasa por el campo para el que lo quiera interpretar.




domingo, 11 de enero de 2015

AVES EN INVIERNO EN EL VERTEDERO DE ALCALÁ DE HENARES

Este fin de semana, teníamos que ver pájaros, que ya han pasado diez días del año y aún no había hecho ninguna entrada. Pero teníamos varios planes, así que para no fallar en el poco tiempo que teníamos, de camino a casa de unos amigos decidimos pasar a uno de los sitios donde mayor densidad de aves puede haber. No se trata de un montaña, un bosque o ni siquiera una laguna, se trata de un vertedero, y para rematarlo se accede desde un cementerio... Vamos, que el sitio no es el más agradable que se pueda imaginar, pero las aves sacan partido de nuestros desperdicios, y allí se concentran en gran número y es posible disfrutar de ellas.

Algunos días al final del verano es posible ver cientos de milanos negros (Milvus migrans), pero en pleno invierno están en África. En cambio, son los milanos reales (Milvus milvus) los que en menor cantidad se dejan ver ahora. Vuelos rasantes, piruetas, ataques a gaviotas y huidas ante ataques de otras aves, es un placer ver volar a estos maestros del aire.

Milano real con su típica cola escotada, color rojizo y parte final de las alas más claras
De lado se aprecia perfectamente las características de los milanos reales,
aunque la escotadura de la cola se nota menos
Otra vista de los abundantes milanos reales
Tanto pájaro volando, a veces daba lugar a pequeños acosos y ataques


No obstante son las gaviotas sombrías (Larus fuscus) las más abundantes y las que dominan todo el espacio aéreo.

Gaviota con un pedazo de comida en vuelo
Vista inferior de un subadulto de gaviota sombría
Me llamó la atención no ver ni una sola cigüeña (Ciconia ciconia), estarían en algún otro lugar. A cambio, sí que pudimos ver otras aves zancudas: una garza real (Ardea cinerea) y muchas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).

Garcilla bueyera en vuelo: blanca y con el pico amarillo
Garza real, un poco apartada para tragar tranquilamente el bocado que ha "pescado"
Por último, también había gran cantidad de pájaros mas modestos: grajillas (Corvus monedula), estorninos negros (Sturnus unicolor) y gorriones comunes (Passer domesticus).

Dos grajillas se persiguen y descuelgan en el aire
Grupo de estorninos negros 
Gorriones y estorninos barren el vertedero en busca de desperdicios e insectos
Tendremos que volver, en momentos en que la luz sea más favorable, cuando haya entradas y salidas masivas de aves, o a buscar gaviotas raras, pero si alguien quiere ver muchos pájaros, ya sabe: a los vertederos.

Cada poco tiempo, el nuevo suministro de comida alborota a todas las aves.

lunes, 29 de diciembre de 2014

AVES DE PARQUES Y JARDINES: VERDECILLOS, MOSQUITEROS, COTORRAS, PITOS REALES...

Para dIsfrutar de los pájaros no siempre hace falta madrugar ni viajar a lugares lejanos y exóticos. Basta con mirarlos, con cierta atención, ya que no todo son gorriones o palomas. En estos días de vacaciones basta con salir a cualquier parque con unos prismáticos o una cámara y cosechar una buena colección de aves, unas cantoras, otras coloridas, también viajeras y otras inteligentes.

Hace unos días eso hicimos por una zona verde tan grande como el Parque del Retiro, pero mucho más desconocida: la cuña verde de O´Donnell. El primer pájaro en aparecer fue uno de los más abundantes en los inviernos de Madrid: la lavandera blanca (Motacilla alba). Esta pajarita, busca el calor de las ciudades para pasar la noche, y durante la mañana se dedica a perseguir insectos en las praderas de césped de parques y jardines.

Lavandera blanca vigilando al fotógrafo antes de seguir buscando insectos
Después se nos ofrecieron varios verdecillos (Serinus serinus). Un macho decidió poner a tono su garganta al sol de diciembre para estar a punto en la primavera. Un grupillo de hembras, más pragmáticas, se atiborraban de semillas de olivarda (Dittrichia viscosa) a pesar de los coches que pasaban muy cerca.

Verdecillo macho sobre un almendro que aún conserva algunas hojas
Menos coloreadas, unas hembras abren semillas con su corto pico
También pequeños y verdosos, un grupito de mosquiteros comunes (Phylloscopus collibyta) buscaban arañitas y pequeños insectos en unas matas de hinojo (Foeniculum vulgare). 

En posturas acrobáticas los mosquiteros pinzan todos los bichillos que se oculten en ramillas y flores
En grupitos, siempre en movimiento peinaban todos los recovecos

Más adelante, nos apareció un viajero del norte, una bisbita común (Anthus pratensis). Nunca lo había visto en la ciudad, y el avistamiento fue breve, pues no me dio tiempo a enfocarlo adecuadamente y en los dos disparos rápidos que pude hacer, el foco de la cámara decidió enfocar al olmo de detrás. Valga al menos para documentar la presencia del pájaro.

Emparentado con las lavanderas, los bisbitas son más pardos y listados
Como siempre, no podían faltar las inteligentes urracas (Pica pica), que buscaban invertebrados en un montón de tierra removida.

Siempre alertas, las urracas nos miraban mientras buscaban comida
Ya de vuelta a casa, decidimos pasar bajo un nido comunal de cotorras argentinas (Myiopsitta monachus). Junto al nido, algún individuo tomaba el sol o vigilaba, o ambas cosas a la vez, quien sabe. El caso es que en un momento dado decidió desperezarse y mostrarnos las plumas de su puntiaguda cola.

Las cotorras amontonan ramas donde hacen nidos comunales
Con la frente y un babero gris el resto del cuerpo es verde 
Como una tercera pata, usan el pico ganchudo para moverse por las ramas
Estirando la cola, se comprueba que las rectrices centrales son más largas que las laterales
Sabía que en unos jardines próximos a casa, es frecuente el pito real (Picus viridis) así que probamos suerte. No costó encontrar a esta bonita ave, aunque el encuentro fue breve pues unos perros sueltos hicieron que buscase refugio en las altas copas de los árboles.

También verde como las cotorras, el pico largo y fuerte nos muestra a un pájaro carpintero.
En este caso un macho, como muestra la bigotera roja.
Al sol, se observa el color verde oliva, el obispillo amarillo y el brillante capirote rojo
No sé si esta será la última entrada del año, pero por si acaso, quiero desearos un feliz año y agradeceros las visitas, que este año, han superado las del pasado.

jueves, 25 de diciembre de 2014

PÁJAROS Y GAVILANES

Desde hace años, cuando se acerca la Navidad, una mañana la dedico a contar pájaros para luego introducir los datos en el programa SACIN. Los datos servirán para evaluar las tendencias poblacionales de las aves invernantes a nivel estatal, pero a mí me sirve par prestar atención a los pajarillos que a veces pasan desapercibidos por ser muy frecuentes.

El que primero posó para mí fue un pardillo común (Carduelis cannabina), que fue una de las especies más abundantes del día. 

Pardillo común macho, con ciertos tintes rojizos en pecho y coronilla,
que se intensificarán en la época reproductora
El siguiente en posar, fue otro pájaro emparentado con el pardillo, el verderón (Chloris chloris).

Verderón común macho, con un potente pico 
Después otro pájaro, pero esta vez no era un fringílido, sino un muscicápido, el petirrojo (Erithacus rubecula). Aún de parecido tamaño, los fringílidos tienen picos cónicos y fuertes que permiten abrir semillas. En cambio, los muscicápidos son principalmente insectívoros y su pico fino, permite capturar y sostener insectos como si se tratase de pinzas.

Petirrojo, con su pose característica de alas caídas
Volviendo a los fringílidos, una hembra de pinzón vulgar (Fringilla coelebs) también se dejó fotografiar.

Pinzón, otro fringílido con pico cónico para abrir semillas
Y ante toda esta variedad de pájaros, no podía faltar su mayor enemigo, el gavilán (Accipiter nisus), que en invierno es una de las rapaces más frecuentes de Santorcaz.

A pesar de la ausencia de hojas, es difícil detectar al gavilán en la noguera
Pacientes, los gavilanes esperan a cualquier pájaro desprevenido para capturarlos