lunes, 14 de abril de 2014

DEHESAS DE EL ESCORIAL

Seguimos aprovechando para disfrutar de este tiempo primaveral siempre que podemos, y este sábado ha sido en agradable compañía. El lugar elegido fue las dehesas de encinas y fresnos que rodean El Escorial, que en esta época muestra su versión más espectacular.

Dehesa sin aprovechamiento ganadero en El Escorial
Cuando uno va charlando relajado, no presta tanta atención a animales y plantas, pero incluso así, en los prados que alimentan al ganado vacuno es imposible no ver algunas coloridas flores y mariposas.

Pareja de Lycaena phlaeas o manto bicolor, hembra arriba y macho abajo
Coenonympha pamphilus o níspola
Pequeños narcisos Narcissus bulbocodium
Con una foto a un águila calzada (Hieraetus pennatus) termino esta crónica, pues una tormenta nos hizo ponernos a cubierto y disfrutar de la reunión cómodamente sentados.

Águila calzada de fase clara

lunes, 7 de abril de 2014

JABALÍES Y PRIMERAS ÁGUILAS CALZADAS

Si no hay otros planes o compromisos, con el buen tiempo es difícil no faltar a la cita de cada fin de semana con el campo de Santorcaz. El mismo sábado por la mañana mi mujer y yo nos lanzamos al Camino de Corpa a ver cómo despejaba un día que comenzó húmedo y nublado.

A pesar del ese comienzo sin sol, la temperatura ya era suficiente para que algunas mariposas revoloteasen de flor en flor.

Euchloe tagis
Las calandrias amenizaban con su cantos el paseo, pero mucho menos asustadiza, una bonita collalba gris (Oenanthe oenanthe) nos observó desde el borde del camino mientras yo la fotografiaba.

Collalba gris al borde de un camino
En estas zonas abiertas de cultivos herbáceos y escaso arbolado son cada vez más notorias las señales que dejan los jabalíes (Sus scrofa), que al cobijo de la noche no dudan en campear a sus anchas por estas zonas que no ofrecen refugio de día.

Hozaduras de jabalí
Por fin el sol se hizo definitivamente un hueco entre las nubes, y como para corroborarlo, hicieron su aparición dos águilas calzadas (Hieraaetus pennatus), las dos primeras del año que veo en Santorcaz. Estas pequeñas águilas, tras pasar el invierno seguramente en el centro de África, en su vuelo conjunto demostraban que están aquí para tener su descendencia.

Águila calzada del tipo claro
De todos modos, aún quedan pájaros invernantes, como las bisbitas comunes (Anthus campestris), que aún no se han decidido a retornar a sus áreas de cría en zonas más frescas y húmedas.

Bisbita común en un camino
El domingo ejercí de anfitrión ante otro aficionado a la naturaleza que no conocía Santorcaz. Un buen madrugón nos ayudó para nada más echar a andar, descubrir un gran jabalí que bajó corriendo desde la ladera frente a nosotros y cruzó la carretera pocos segundos después de que pasase un coche. Sirvan estas líneas para recordarnos que las carreteras no sólo las usamos conductores, ciclistas y peatones, sino que hay que andar con mil ojos, pues se nos puede cruzar un animal de unos 70 – 90 kg.

Un jabalí cruza un sembrado hacia la carretera
Jabalí sobre el asfalto
En estas fechas sigue produciéndose un goteo de especies migratorias transaharianas recién llegadas, como las currucas carrasqueñas (Sylvia cantillans) que delimitan su territorio con sus melodiosos cantos.

Macho de curruca carrasqueña
La mañana fue avanzando descubriendo más cantos y pájaros diversos, pero muchas veces, cámara en mano es posible recrearse con otras creaciones naturales tan curiosas como la tela de una araña.

Tela de araña que ha atrapado el rocío matinal
El viento arrastraba nieblas que al encajonarse en los valles, nos traían reminiscencias más norteñas.

Valle del Arroyo Anchuelo o de La Dehesa
El día continúo en un agradable paseo y aunque se nos resistieron las grandes rapaces, para mofarse de nosotros, un buitrón (Cisticola juncidis) aguantó en una junquera a que lo fotografiásemos tranquilamente.

Un junco soporta los 10 gramos de peso de un buitrón
De nuevo, encontramos más señales de las correrías de los jabalíes, como un gran hormiguero de hormiga roja, que habían escarbado, seguramente en busca de larvas.

Hormiguero de hormigas roja atacado probablemente por un jabalí
No bastando todo lo anterior, de nuevo con mi mujer, dimos la tarde del domingo un nuevo paseo junto a la Estación Transmisora de la Marina. Eso nos permitió hacer fotos a alguno de esos pájaros marrones “tipo gorrión” que a mucha gente cuesta identificar.

Triguero (Emberiza calandra), rechoncho y con pico grueso, granívoro
Totovía (Lullula arborea) un tipo de alondra con ceja muy marcada y sin cresta
Por último una pareja de ratoneros comunes (Buteo buteo) nos mostraron una exhibición de planeos, persecuciones y picados en lo que debían ser los preliminares de su relación conyugal.

Ratonero común planeando
La pareja de ratoneros volaban muy juntos



lunes, 31 de marzo de 2014

REALES: ÁGUILAS Y ALCAUDONES

No dejamos de aprovechar cualquier rato que tenemos para dar un paseo por el monte, y aunque la lluvia lo ha puesto difícil este fin de semana, el domingo por la mañana nos lanzamos a los campos de Santorcaz. Era un día húmedo, fresco y gris y aunque fotográficamente no fue muy fructífero, ver una pareja de águilas reales (Áquilas chrysaetos) "marcando" el territorio siempre es gratificante.

Antes de eso, algunos pájaros nos entretuvieron el camino. Uno de los primeros fue un alcaudón real meridional (Lanius meridionalis) que con su vuelo rasante llamó mi atención.

Alcaudón meridional
En las junqueras que bordean un arroyo, algunos pájaros compartieron posadero, como un colirrojo tizón (Phoenichruros ochruros) y una bisbita común (Anthus pratensis)

Bisbita a la izquierda y colirrojo a la derecha
Pero como decía al comienzo, hicieron su aparición dos águilas reales adultas separadas por unos minutos. La primera cicleó un buen rato y la pude fotografiar testimonialmente con un fondo que no ayudaba mucho. La segunda, volaba en rápido asciendo y luego haciendo picados demostrativos de que ese era su territorio y todo bajo ellas, salvo perros, ganados y personas, pueden acabar en sus garras.

Águila batiendo las alas
Águila planeando mostrando su perfil
Girando muestran sus larguísimas alas y "dedos" separados.
El ángulo que forman las alas sobre su cabeza, puede ser menor de 180º 


Menos espectaculares, pero también interesantes son los estorninos negros o tordos (Sturnus unicolor) que forman apretados bandos que pueden ejecutar movimientos sincronizados como si fuesen un banco de peces.

Estorninos posándose en una línea de alta tensión


De vuelta a casa creí ver un erizo, pero de los que protegen las castañas. Sabiendo que en Santorcaz no hay castaños, me acerqué y comprobé que se trataba de la piel de un erizo de los de verdad (Erinaceus europaeus). Hubiese preferido verlo vivo, pero al menos estos encuentros certifican que siguen habitando entre nosotros.

Trozo de piel de erizo.
Bienvenida sea esta lluvia primaveral, a ver si nos sigue dejando algún ratillo para bichear.

martes, 25 de marzo de 2014

SERRANÍA DE GUADALAJARA: ALIMOCHE, ARENARIAS Y ERODIUMS

Parte de este fin de semana lo hemos pasado en la Serranía de Guadalajara, una comarca con ricos valores ambientales y patrimoniales. A pesar de que ha vuelto el frío y que el objetivo no fue sólo disfrutar de la Naturaleza, creo que aún puede ser de interés hacer unos breves apuntes de los lugares tan interesantes que visitamos.

HIENDELAENCINA

El viernes visitamos este pueblo famoso por sus explotaciones de plata que hoy se encuentran abandonadas. De hecho en él, a mediados del siglo XIX habitaban en más de 5.000 personas que vivían de esa próspera industria. Hoy no llegan a los 150 habitantes. 
La visita es interesante, por dos motivos: para la recolección de minerales en las escombreras de las minas y para la contemplación de las ruinas de los edificios mineros, que dan una visión un tanto apocalíptica a la zona.

Restos de la Mina Santa Teresa

Entre tanta agujero en la roca, las abubillas (Upupa epops) encuentran lugares donde hacer sus nidos, por lo que abundan en la zona.

Abubilla
Me llamó la atención la gran cantidad de mariposas sofías (Issoria lathonia) que buscaban asolearse en los caminos para entrar en calor. 

Sofía, una mariposa que en estado de oruga se alimenta de violetas

LAGUNA DE SOMOLINOS Y NACIMIENTO DEL RÍO MANADERO

Después fuimos a la Laguna de Somolinos y al nacimiento del río Manadero, un lugar al pie de un alto páramo calizo que al desaguar crea estos accidentes geológicos tan curiosos.

Laguna de somolinos, creada al formarse un tapón travertínico, es decir,
 una acumulación de carbonato cálcico sobre restos de vegetación.
Fuente del Río Manadero que aflora tras infiltrarse en la caliza que forma la Sierra de La Pela

Como veremos, los buitres (Gyps fulvus) son muy frecuentes por toda la zona, al abundar cortados y barrancos.

Buitre leonado
También habitan plantas de bajo porte adaptadas a condiciones climáticas extremas: calor en verano y frío en invierno.

Arenaria ¿tetraquetra?

CERROS VOLCÁNICOS DE LA MIÑOSA

Un lugar interesante, fue visitar la Microrreserva de los Cerros Volcánicos de La Miñosa, que protege una curiosa formación geológica de origen volcánico, que además de un paisaje muy característico, alberga especies únicas en el mundo.





Aspecto general de uno de los cerros volcánicos
Erodium paularense o geranio de El Paular, pequeña planta cuyas únicas 
poblaciones mundiales se encuentran aquí, y en el Valle de El Paular, en Madrid.

ATIENZA

Por fin llegamos a nuestra base de operaciones, el monumental pueblo de Atienza, en el que además de comer y dormir bien, el sábado disfrutamos de su rico patrimonio cultural.

Castillo de Atienza desde el pueblo
En los cielos los buitres surcaban el aire mientras que en las murallas y tejados, los roqueros solitarios (Monticola solitarius) y gorriones chillones (Petronia petronia), marcaban su territorio

Roquero solitario que muestra su color negro azulado
Gorrión chillón chillando, se aprecia levemente la mancha amarilla que tienen en la garganta

CAÑÓN DEL RÍO SALADO 

La mañana y mediodía del sábado, la pasamos pateándonos parte del cañón del río Salado en Santamera. Se trata de uno de los muchos cañones calizos que abundan entre Segovia, Soria, Guadalajara y Cuenca.

Cañón del río Salado
En estos riscos, de nuevo los buitres leonados son los reyes del aire y las rocas.

Buitre volando a baja altura
Buitre bajo una nube
Grupo de buitres en una cornisa
Pero las estrellas de la tarde fueron dos alimoches adultos (Neophron percnopterus) que seguramente acababan de llegar de África y andaban reconociendo su territorio de cría.

Silueta de vuelo característica de los alimoches adultos
En tierra, también algún pajarillo se dejó fotografiar, como este colirrojo tizón (Phoenichrurus ochrurus).

Colirrojo tizón hembra, de colores pardos y cola rojiza
A pesar de la fuerte bajada de temperaturas, insectos, anfibios y reptiles salieron a buscar los rayos del sol, permitiendo buenos acercamientos

Mariposa pavo real (Inachis io) perpendicular al sol para calentarse

Mariposa c-blanca (Polygonia c-album) también calentando motores
Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)
Rana verde común (Pelophylax perezi) entre juncos

SALINAS DE SANAMERA

El río Salado toma su nombre de la gran cantidad de sales que contienen sus aguas y ello es porque atraviesan terrenos con costras de sal formadas en antiguos fondos marinos. Antes de irnos paramos un momento en las salinas de Santamera, que aún hoy se explotan. Resulta curioso encontrar salinas a más de 1.000 metros de altitud y a 400 km del mar más cercano, pero así es la historia geológica.

Aspecto de los saladares, que también se encuentran protegidos bajo la figura de microrreserva

En este ambiente, nos llamaron la atención una pareja de críalos (Clamator glandarius) que buscaban gusanos en la cuneta de la carretera. Sin bajarnos del coche pudimos hacer varias fotos a estos pájaros, también recién llegados de África, emparentados con los cucos. Como ellos, ponen sus huevos en nidos de otras especies y confían la suerte de sus hijos a unos padrastros forzados, sobre todo urracas.

Críalo junto a los carrizales de las salinas

Y esto fue lo más destacado del fin de semana, en el que a menos de dos horas de Madrid pudimos disfrutar de volcanes, salinas, rarezas botánicas y más aves estivales.