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lunes, 10 de febrero de 2014

Madrid Río... y frío II

El mal tiempo reinante hace que nos mantengamos en Madrid, y como hay pocas ventanas de buen tiempo entre tanta ciclogénesis explosiva, no hemos podido ir a pajarear muy lejos este fin de semana. Un par de horas sin lluvia por la tarde del sábado, y tener Madrid Río a tiro de metro, nos animó a acercarnos a ver si poco a poco aprendo de gaviotas. Son dos especies de gaviotas las que en gran número pueden verse en invierno en Madrid, pero entre tanta gaviota, los ojos expertos son capaces de encontrar especies americanas, estrictamente marinas o septentrionales que arrastradas por las tormentas se refugian en el interior. 


Decenas de gaviotas descansan en el Manzanares...
...mientras varios miles cruzan Madrid hacia los embalses donde duermen.
No soy un experto en gaviotas, así que sólo mostraré las especies más frecuentes a ver si aprendiéndomelas bien, empiezo a distinguir a las que se salgan de la norma.

Una de las más frecuentes es la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), que es de pequeño tamaño. En 2009, alrededor de 65.000 individuos invernaron en Madrid, casi tantas como Cataluña, que cuenta con cientos de kilómetros de costa y humedales como el Delta del Ebro.

Gaviota reidora con plumaje virando al estival: cabeza negra 
Reidora adulta con plumaje aún invernal:
cabeza blanca con mancha negra detrás del ojo
Reidora adulta levantando en vuelo
Reidoras adultas en vuelo con plumaje invernal típico
Las reidoras juveniles se diferencian de las adultas por las manchas oscuras en las alas
La otra especie abundante en Madrid en invierno es de mayor tamaño: la gavota sombría (Larus fuscus). Su población es similar a la anterior: algo más de 66.000 en 2009, aproximadamente las mismas que en la provincia de Málaga.

Grupo de gaviotas sombrías con diferentes plumajes
Sombría con el plumaje y pico de adulto típico
Sombría probablemente de tercer invierno, parecido a una adulta
 pero con pico oscuro y manchas por el cuello
Sombría probablemente de segundo invierno con más manchas por el cuello 
y las alas alimentándose de una carpa muerta
Sombría de primer invierno con el cuerpo completamente a manchas
Como digo, no estoy muy familiarizado con las gaviotas, así que si algún experto pude corregirme con algún comentario, será bienvenido.
Otras aves acuáticas acompañan a tanta gaviota. Algunas son aves principalmente marinas pero que el invierno lo pasan en el interior: los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo).


Grupo de cormoranes grandes descansando
Cormorán con plumaje de cortejo: nuca y "muslo" blanco
Cormorán con plumaje adulto no nupcial: completamente negro
Con reminiscencias menos marinas están las pollas de agua (Gallinula chloropus) y los ánades reales (Anas platyrhynchos).


Polla de agua o gallineta buscando alimento entre las hierbas
Azulón macho con su cuello verde y pechuga castaña
No fuimos los únicos que miraban y fotografiaban a las aves acuáticas del Manzanares y pareció que hasta las palomas (Columba livia) se contagiaron y se asomaban a mirar a las gaviotas.

Palomas asomándose al río
Pues esta es la crónica de la tarde, la noche y la lluvia nos hizo que regresásemos pronto y allí quedó Madrid Río, un lugar cuanto menos curioso en el que se mezclan puentes churriguerescos como el de Toledo y churros como el puente de Perrault.

Puente de Perrault en primer término y el de Toledo al fondo

miércoles, 25 de diciembre de 2013

INVERNANTES EN CULTIVOS

El año está acabando y un temporal ha llegado, pero un par de días antes y aprovechando las vacaciones, hemos disfrutado de días soleados en Santorcaz. El viernes un corto paseo por el camino de Pioz nos permitió ver algunas aves invernantes de zonas abiertas. Unas no las pude fotografiar: como un grácil esmerejón y un par de avefrías, pero otras sí.

Una de ellas fue una pareja de alcaudones reales meridionales (Lanius meridionalis), un pájaro pequeño pero que posado en lo alto de arbustos y postes se lanza a por insectos, lagartijas e incluso roedores y musarañas.

Alcaudón meridional con su antifaz, cola y alas negras y dorso gris.

Alcaudón en vuelo, mostrando el vientre blancuzco
y marcas alares también blancas
Desde el suelo, una bisbita común (Anthus pratensis) también se posó sobre una encina, aunque en este caso para tenernos mejor vigilados.

Bisbita común
Otro pájaro del suelo es la cogujada común (Galerida cristata), que se aleja correteando hasta que no aguanta más, y tras un corto vuelo, se posa en un majano para observar con sus enhiestas plumas cefálicas.

Cogujada común, con su característica cresta
Ya volviendo al pueblo, tras la protección de un valla y al calorcillo de un montón de estiércol un colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) nos vio pasar antes de que se fuese a picotear los insectos que rodeaban unas cuadras.

Colirrojo tizón, negro como el carbón y con la cola roja
La mañana siguiente la dediqué a contar aves para el programa SACIN (Seguimiento de Aves Comunes Invernantes). Como el objetivo era censar, no pude hacer muchas fotos y el frío de primera hora no invitaba a pararse mucho.

Escarcha en el Camino de Guadaljara
A las afueras del pueblo las palomas (Columba livia) se alimentaban del cereal que no ha sido bien enterrado.

Bandada de palomas picoteando la sementera
Por fin el sol se pudo abrir paso entre las nubes, así que pude disfrutar de una agradable mañana soleada.

Cirrocúmulos
Un total de 31 especies de aves diferentes identifiqué esa mañana aunque sólo me entretuve en fotografiar a dos de ellas: un triguero y un verdecillo.

Triguero posado en un espino albar, en el que se
aprecia el plumaje listado y las marcas cefálicas
Verdecillo común

miércoles, 23 de octubre de 2013

Identificando aves en parques II - Parque Forestal de Valdebernardo

Este fin de semana, en que la previsión meteorológica de lluvia nos mantuvo en Madrid, pudimos contemplar algunas aves en uno de sus parques, el de Valdebernardo. De hecho, en zonas urbanas es posible encontrar especies naturalizadas que son muy escasas en sus hábitats naturales. Esto es muy frecuente en lagos y estanques, encontrándose una gran variedad de especies de patos que pueden vivir perfectamente en medios artificiales mientras que en estado salvaje son muy escasas. A cambio de perdernos la motivación en la búsqueda de una ave, en un parque podremos contemplar detenidamente a un ejemplar que no nos tema e incluso nos busca para alimentarse.
En el parque citado existen varias masas de agua, una de las cuales cuenta con islas y vegetación riparia que proporciona descanso y refugio a multitud de aves acuáticas.
Una de las más curiosas es el pato colorado (Netta rufina), un bonito pato nadador no muy abundante, salvo en lugares como el Delta del Ebro, Doñana o las lagunas manchegas.

Pato colorado macho, en que destaca su pico rojo y cresta eréctil

Hembra de pato colorado, mucho menos llamativa
Otra anátida escasa, es el tarro canelo (Tadorna ferruginea), que prácticamente sólo cría de forma silvestre en las Canarias y Doñana.

Hembra de tarro canelo, el macho es similar con un collar negro
Junto a esas especies más raras, siempre están presentes los ánades reales o azulones (Anas platyrhynchos).

Azulón macho

Hembra de azulón mostrando el espejuelo azul que se aprecia al volar
Otra ave acuática que encontramos, que no es un pato, es la gallineta o polla de agua (Gallinula chloropus) que, más tímida que el resto de sus vecinos, aún se dejaba ver bastante bien.


Gallineta entre papiros y carrizos descansando,
 se aprecian listas blancas en los flancos

Gallineta nadando
Esta lista de acuáticas, vegetación de ribera y hasta pasarelas de madera, nos trasladaron vagamente a las Tablas de Daimiel. Pero bueno, aves más urbanas, nos recordaban que aún estábamos en Madrid.

Dos gorriones comunes (Passer domesticus) macho y una hembra se bañan en la orilla

Paloma doméstica (Columa livia) en la pasarela que cruza el estanque
Ya fuera del agua, las urracas (Pica pica) también se acercaban a la gente a tomar su correspondiente pedazo de pan, y parecía que estaba duro y "se les hacía bola" teniendo dificultades al tragar y acercándose con el pico abierto a beber a los charcos para que pasase mejor.

Urraca a punto de beber
Prácticamente ya no queda estanque o lago en ciudad alguna que no albergue una boyante población de galápagos de Florida, alóctonos e invasores, que en el medio natural suponen una amenaza formidable para nuestros galápagos ibéricos, anfibios y peces. Por ello tienen el dudoso honor de estar incluidos en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas.

Grupo de galápagos tomando el sol
Con detenimiento, se podía incluso diferenciar dos subespecies diferentes de galápago de Florida: el de orejas rojas (Trachemys scripta elegans) y el de orejas amarillas (Trachemys scripta scripta). 

Galápago de Florida de orejas rojas, la primera que empezó a
 importarse masivamente en Europa

Galápago de Florida de orejas amarillas y que se importó después, 
al prohibirse la importación de la subespecie de orejas rojas
Ya de vuelta a casa, un espléndido cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), demostró que también los pequeños depredadores se han venido a la gran ciudad: no pueden desperdiciar la gran cantidad de pequeños pájaros, roedores e insectos que en ella habitan.

Cernícalo vulgar planeando






domingo, 24 de febrero de 2013

Madrid Río... y frío

El temporal de frío que llegó la noche del viernes, ha hecho que nos quedemos este fin de semana en Madrid, pero no en casa. Este domingo hemos ido a pasear por Madrid Río, el nombre pijo del río Manzanares en la ciudad de Madrid. Entre Legazpi y el Calderón hay multitud de gaviotas y, a veces, se descubren especies raras, de hecho el año pasado vimos una Gaviota de Delaware, una especie americana.

Las gaviotas no se me dan bien, y sin ayuda o con un ejemplar muy evidente, no soy capaz de descubrir estas rarezas, pero siempre es un lujo ver y fotografiar aves que no rehuyen al hombre, pues ya están cansadas de vernos.

Es el caso de los bonitos azulones (Anas platyrinchos) que se congregan bajo los puentes cuando los niños les echan pedazos de pan.



Se dejan ver fácilmente también los cormoranes grandes (Phalocrocorax carbo), unas aves pescadoras que tienen la peculiaridad de que sus plumas se empapan en el agua, pues no están impregnadas de aceite. Esto les permite bucear, pero les obliga a secarse al sol para no congelarse de frío. En esta mañana, hemos podido ver hasta tres clases de edad:

Cormorán juvenil con el pecho blanquecino

Adulto no reproductor completamente negro, secándose al sol.

Adulto con plumaje reproductor: calzas y cabeza blancas y resto negro brillante.

Otras aves que también tienen varios plumajes según su edad, son las gaviotas sombrías (Larus fuscus). Éstas se alimentan de restos de basura, comida de la gente y cualquier cosa que puedan robar a otras especies.

Gaviota sombría adulta, mirando hacia el cielo

Gaviota sombría con un pedazo de pan probablemente en su tercer invierno

Gaviota sombría adulta en vuelo y bajo ella un ejemplar probablemente en su segundo invierno

La gaviota reidora (Larus ridibundus) es la otra especie frecuente de gaviota madrileña, bastante más pequeña que la sombría.

Gaviota reidora adulta con el plumaje estival (cabeza negra)

Gaviota reidora adulta con el plumaje aún invernal

Entre las especies acuáticas, también hay alguna gallineta (Gallinula chloropus) o polla de agua. En este ejemplar podemos ver que, al contrario que patos, cormoranes y gaviotas no tiene las patas palmeadas, sino simplemente lobuladas., Son peores nadadoras, pero en cambio se mueven rápidamente entre la vegetación de ribera.

Gallineta en el Puente de Toledo decidiendo si se moja o no.

Un poco más arriba que la gallineta, las palomas (Columba livia) descansan en cualquier resalte del granito del Puente de Toledo.

Paloma dormitando en el Puente de Toledo

Y para terminar, cuando ya salíamos del metro de vuelta a casa, una última mirada al cielo nos ha permitido ver cientos de grullas (Grus grus) girando sobre Madrid para orientarse en su viaje hacia el Norte. Parece que intuyen el final del invierno, aunque parece que todavía nos quedan unos días de frío.