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miércoles, 23 de octubre de 2013

Identificando aves en parques II - Parque Forestal de Valdebernardo

Este fin de semana, en que la previsión meteorológica de lluvia nos mantuvo en Madrid, pudimos contemplar algunas aves en uno de sus parques, el de Valdebernardo. De hecho, en zonas urbanas es posible encontrar especies naturalizadas que son muy escasas en sus hábitats naturales. Esto es muy frecuente en lagos y estanques, encontrándose una gran variedad de especies de patos que pueden vivir perfectamente en medios artificiales mientras que en estado salvaje son muy escasas. A cambio de perdernos la motivación en la búsqueda de una ave, en un parque podremos contemplar detenidamente a un ejemplar que no nos tema e incluso nos busca para alimentarse.
En el parque citado existen varias masas de agua, una de las cuales cuenta con islas y vegetación riparia que proporciona descanso y refugio a multitud de aves acuáticas.
Una de las más curiosas es el pato colorado (Netta rufina), un bonito pato nadador no muy abundante, salvo en lugares como el Delta del Ebro, Doñana o las lagunas manchegas.

Pato colorado macho, en que destaca su pico rojo y cresta eréctil

Hembra de pato colorado, mucho menos llamativa
Otra anátida escasa, es el tarro canelo (Tadorna ferruginea), que prácticamente sólo cría de forma silvestre en las Canarias y Doñana.

Hembra de tarro canelo, el macho es similar con un collar negro
Junto a esas especies más raras, siempre están presentes los ánades reales o azulones (Anas platyrhynchos).

Azulón macho

Hembra de azulón mostrando el espejuelo azul que se aprecia al volar
Otra ave acuática que encontramos, que no es un pato, es la gallineta o polla de agua (Gallinula chloropus) que, más tímida que el resto de sus vecinos, aún se dejaba ver bastante bien.


Gallineta entre papiros y carrizos descansando,
 se aprecian listas blancas en los flancos

Gallineta nadando
Esta lista de acuáticas, vegetación de ribera y hasta pasarelas de madera, nos trasladaron vagamente a las Tablas de Daimiel. Pero bueno, aves más urbanas, nos recordaban que aún estábamos en Madrid.

Dos gorriones comunes (Passer domesticus) macho y una hembra se bañan en la orilla

Paloma doméstica (Columa livia) en la pasarela que cruza el estanque
Ya fuera del agua, las urracas (Pica pica) también se acercaban a la gente a tomar su correspondiente pedazo de pan, y parecía que estaba duro y "se les hacía bola" teniendo dificultades al tragar y acercándose con el pico abierto a beber a los charcos para que pasase mejor.

Urraca a punto de beber
Prácticamente ya no queda estanque o lago en ciudad alguna que no albergue una boyante población de galápagos de Florida, alóctonos e invasores, que en el medio natural suponen una amenaza formidable para nuestros galápagos ibéricos, anfibios y peces. Por ello tienen el dudoso honor de estar incluidos en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas.

Grupo de galápagos tomando el sol
Con detenimiento, se podía incluso diferenciar dos subespecies diferentes de galápago de Florida: el de orejas rojas (Trachemys scripta elegans) y el de orejas amarillas (Trachemys scripta scripta). 

Galápago de Florida de orejas rojas, la primera que empezó a
 importarse masivamente en Europa

Galápago de Florida de orejas amarillas y que se importó después, 
al prohibirse la importación de la subespecie de orejas rojas
Ya de vuelta a casa, un espléndido cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), demostró que también los pequeños depredadores se han venido a la gran ciudad: no pueden desperdiciar la gran cantidad de pequeños pájaros, roedores e insectos que en ella habitan.

Cernícalo vulgar planeando






domingo, 10 de febrero de 2013

Identificando aves en parques - Cuña Verde de O´Donnell

Este fin de semana, la gripe ha llegado a casa, así que he tenido que actuar de enfermero. Sin embargo he podido darme una vuelta cerca de casa, por el Parque de la Cuña Verde de O´Donnell. Se trata de una extensa superficie que mantiene zonas ajardinadas y otras "abandonadas". Tener un blog, hace que también sigas otros, y así descubrí la entrada de Javier Grijalbo sobre esta zona. Este prolífico naturalista la describe perfectamente, así que si alguien desea ampliar la información de la zona puede visitar su blog (pincha aquí).

También me ha animado para hacer esta entrada, cierta conversación con un amigo, que no es capaz de identificar muchas de las aves que ve por los parques de Madrid. Así que si alguien está en su misma situación, aquí van algunas pistas.

Algunas aves medianas, son inconfundibles, sólo hay que tener los ojos abiertos:


La urraca (Pica pica) es desde hace unos años un pájaro frecuente en parques y jardines.

Los escapes y sueltas han hecho que la cotorra argentina (Myiopsita monachus) sea ya una más entre nosotros.

También hay aves medianas que pueden dar lugar a alguna confusión, a pesar de ser abundantísimas:

Todos conocemos a la paloma doméstica Columba livia) y ésta nos saluda guiñando un ojo

Algo mayor, la paloma torcaz (Columba palumbus) posee un marca blanca en el cuello y otras en las alas. Confiada en la ciudad, nunca dejaría acercamientos como este en el monte.

La cosa se puede complicar con las aves pequeñas, que guardan las distancias y que sin prismáticos, son más uniformes. Empezamos con el gorrión, que todos conocemos.

El gorrión común macho (Passer domesticus) posee un babero negro, mejillas blancas y aunque no se aprecia en la foto, la coronilla es gris. Le veremos por cualquier sitio si hay presencia humana.

El gorrión molinero (Passer montanus) no tiene babero, las mejillas son negras y toda la cabeza rojiza. No le encontraremos en zonas totalmente urbanizadas, sólo en afueras de ciudades, descampados y parques grandes.

Pero es que además, también hay diferencias entre sexos, y mientras los machos se parecen a unas especies, las hembras se pueden confundir con otras especies diferentes.

Hembra de gorrión común, sin baberos, mejillas, ni adornos en la cabeza...

Hembra de pinzón vulgar (Fringilla coelebs) es parecida a las gorrionas, pero con marcas blancas en cola y alas, y tonos más uniformes en el plumaje.

El macho de pinzón, en cambio, sí posee unos colores más llamativos
Seguimos con otras posibles especies conflictivas: en este caso de plumaje negro y tamaño mayor que un gorrión.

El estornino negro (Sturnus unicolor) tiene el plumaje brillante y se mueve caminando, normalmente en grupo.

El mirlo común (Turdus merula), en cambio se mueve a saltos y son típicos su chillidos cuando sale volando si le hemos asustado. Al amanecer y anochecer se escucha su melodioso canto en lo alto de un árbol.
En tonos verdosos y muy pequeño tamaño, tenemos otra pareja de aves similares, si no nos fijamos en los detalle.

El inquieto mosquitero común, (Phylloscopus collybita) es verde oliváceo, de tonos uniformes y pico finísimo pues le encantan los insectos. 

El verdecillo macho (Serinus serinus) tiene colores más amarillos y es listado. El pico es corto y fuerte, para poder triturar las semillas que encuentra por el suelo.
Y aunque hay muchas más especies en nuestros parques y jardines, acabo con tres pajarillos más que he podido ver hoy.


Cuerpo oscuro y cola roja señalan al colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) , especie amante de tejados y muros con agujeros.

La curruca cabecinegra (Sylvia mellanocephala), vive en jardines con abundante matorral y árboles dispersos.

A la lavandera blanca (Motacilla alba) la veremos moviendo arriba y abajo su larga cola, mientras corretea por espacios abiertos, aceras, calzadas, etc.

Espero que la próxima semana el tiempo y las enfermedades, nos permitan ir un poco más lejos, si no, siempre puede uno bajar a la calle y quitarse el "mono".