domingo, 20 de noviembre de 2016

MILANO Y ALCAUDÓN REAL

Este sábado he dado un corto paseo por el campo y dos aves con el apellido de real se han puesto a tiro de cámara: el milano real (Milvus milvus) y el alcaudón real meridional (Lanius meridionalis). El milano no cría en esta zona aunque sí en otras zonas de España, los que se ven por estas fechas son aves invernantes. El alcaudón cría por la zona pero en muy escasa medida, en otoño e invierno son más fáciles de ver porque llegan más individuos.




En esta foto se aprecia perfectamente el patrón de plumaje de los milanos reales,
de tonos rojizos en cola y cuerpo y dos ventanas claras en los extremos de las alas.
La cola es escotada pero la tenía tan extendida que casi no se aprecia

La cola es muy móvil y les proporciona una alta maniobrabilidad

Alcaudón real meridional, con su característico antifaz negro, posado es un oteadero despejado
para la detección de pequeñas presas
Como digo, el paseo fue corto y no vi muchos más pájaros para fotografiar, no obstante me entretuve con alguno de los signos del otoño en que nos encontramos. No son los de un hayedo pero es lo que hay.

Hojas de quejigo (Quercus faginea) pasando del amarillo al ocre

Zumaques (Rhus coraria) con su llamativo color carmín

martes, 1 de noviembre de 2016

GRULLAS EN PASO

Este año no hemos tenido puente pero sí que estuvimos el fin de semana por el campo en Santorcaz. No ha habido suerte con la fotografía de aves, pero si que pudimos ver varios bandos de grullas (Grus grus), tanto el sábado como el domingo. La verdad es que porque la dirección que llevaban era hacia el Sur, porque con el calor que hacía, parecía un día de primavera, en lugar de otoño.

El sábado fue el día en que pasó el día más grande

Más o menos volaban en formación.

El sábado el grupo era más pequeño..

...y volaba a baja altura.
Como siempre, algún otro protagonista quiso salir en la foto, en este caso, un colirrojo tizón (Phoenichrurus ochrurus) subido en un majano, y bajo un enredo de cables.

Colirrojo tizón con una maraña de cables al fondo
 

lunes, 24 de octubre de 2016

BUITRES EN LAS HOCES DEL DURATÓN

Este fin de semana lo hemos pasado en la estupenda compañía de buenos amigos y sus hijos en una casa rural maravillosa, Los Lebreles Namasté, muy cerca de las Hoces del Duratón. El tiempo pintaba mal, aunque al final no fue para tanto, y nos pudimos acercar a la Ermita de San Frutos, desde donde las vistas son impresionantes.

Hoz del Duratón donde se ubica la Ermita de San Frutos
En los cortados que el río ha labrado se asienta una de las mayores colonias de buitres leonados (Gyps fulvus) de Europa y es casi imposible no verlos bastante cerca.

Grupo de buitres posado en el borde del acantilado, los buitres adultos con plumaje más claro
Algunos se continúan posando en los nidos, aunque ya ha acabado la época reproductora
También llamó la atención de los niños la multitud de quitameriendas (Merendera montana). A los más grandecitos les conté que el nombre de esa bonita flor viene de que suelen salir con las primeras lluvias y fríos de otoño, es decir, cuando se acaban las meriendas en el campo.

Añadir leyenda
El domingo, nos acercamos a Sepúlveda, donde el Duratón empieza a excavar sus hoces, allí es tan estrecho y las aguas aún corren sin que nada las embalse, y aunque no se ven, sí se ve el cauce flanqueado por álamos y chopos, que ahora empiezan a tornarse amarillos. 

Desde el mirador de la Virgen de la Peña una de las primeras hoces del Duratón
  

lunes, 17 de octubre de 2016

COLLALBAS, MOSQUITEROS, RATONERO Y PUESTA DE LIBÉLULAS

Por fin ha llegado el otoño y ya no hace darse madrugones para disfrutar del campo sin achicharrarse. Además ya puedo ir acompañado, y el sábado por la tarde nos dimos un paseo por el camino de Corpa. Aunque ya hay aves de las invernantes, como bisbitas, aún queda alguna de las que está de camino a África como alguna collalba gris (Oenanthe oenanthe).

Las collalbas son muy aficionadas a posarse sobre posaderos elevados

No hubo mucha oportunidad de fotografiar muchos pájaros, pero por fortuna sigue dando resultado revisar los majanos por si en alguno hay alguna piedra con forma de mochuelo (Athene noctua).

Al atardecer nunca hay que dejar los majanos sin revisar.

El domingo por la mañana, mientras la pequeña echaba una siesta, me di una vuelta con la bici por el camino a Guadalajara. Además de algún cernícalo, un ratonero (Buteo buteo) cicleó a muy baja altura sobre mi.

Ratonero en pleno giro, mostrando un plumaje juvenil: pecho listado en vez de barrado y sin línea terminal oscura en la cola

Aunque había llovido unos días antes, no había muchos charcos, así que me oculté junto a un manantial por si tenía la oportunidad de fotografiar aves que se acercasen a beber. No mucho movimiento la verdad, y además los que se acercaron eran de los inquietos.

Curruca cabecinegra macho (Sylvia melanocephala)
Mosquitero musical (Phylloscopus trochilus) otra de las aves aún en paso

Mientras permanecí escondido, a escasos dos metros de mí, unas ratas de agua (Arvicola sapidus) se dedicaron a rehacer sus galerías entre las hierbas. Creo que las había pisado al llegar y ellas siempre quieren mantener sus galerías despejadas para poder huir en caso de un ataque de un depredador.


Finalmente me levanté y antes de irme me entretuve viendo varias parejas de libélulas del género Sympetrum volando en tándem mientras ponían huevos en el agua. 

El macho, de color rojo, sujeta con unos apéndices de su cola a la hembra por detrás de la cabeza

La hembra, aún sujeta por el macho, pone los huevos sobre la vegetación acuática. Antes de todo esto el macho había fecundado los huevos cuando la hembra dobla su abdomen para contactar con los órganos reproductores masculinos, algo que no pude ver.

En este vídeo se pude ver el proceso de puesta, y la gran velocidad a la que sucede.



domingo, 9 de octubre de 2016

GARZA REAL PERDIDA Y CORZO AL ESCONDITE

Parece que no acaba nunca este verano, pero la verdad es que ya se nota la presencia de algunas aves invernantes, y la ausencia de las estivales. Hay por tanto mucho movimiento, y uno puede encontrarse casi cualquier cosa. El domingo, tuve uno de esos encuentros raros, y es que en el lavadero me sorprendió una garza real (Ardea cinerea). Seguramente divagaba por la zona y para pasar la noche buscó algo de agua por si había algún pez o rana para desayunar. Al verme, se levantó, pero igualmente iba a empezar la mañana en ayunas.

Garza real al amanecer
Como siempre, madrugar ayuda a ver mamíferos, y a unos 50 metros un corzo (Capreolus capreolus) avanzaba siguiendo la dirección de una ribera. Él no me vio, y yo sólo pude ver su cabeza y parte de su grupa, pues la hierba alta prácticamente le tapaba. Al final, desapareció en el carrizo.

En el centro de la imagen, una oreja, un ojo y el hocico de un corzo
A pesar de la sequía, del calor y de que aún no ha sido el día del Pilar, ya había cazadores, así que sin mucha esperanza de ver pájaros me centré en algunos artrópodos mientras volvía a casa.

Argiope lobata un tipo de araña lobo de gran tamaño
A contra luz se observa el diseño de su gran tela de araña
Saltamontes de alas rojas (Oedipoda germanica?)
Al fina algún pajarillo se dejó ver...

Tarabilla común (Saxicola torquata) sobre una cardencha
Acabo con una foto de hace una semana, cuando hay poca luz y no te apoyas en nada, es casi imposible que no te salga la foto movida, aunque a veces eso tiene su encanto.


Anochecer en Santorcaz

martes, 4 de octubre de 2016

CORZOS Y CARBONEROS

Incluso en fiestas es posible sacar un rato por la mañana para ir al campo, y una mañana me fui un par de horas. Si unos días antes, las escamas dominaban, ese día fue el pelo. Parece que las plumas se resisten.
El caso es que a lo lejos vi tres corzos (Capreolus capreolus) pastando en un rastrojo. Estuve viéndolos un rato ya que no había nadie por el campo. Era una hembra con un par de corcinos ya muy crecidos. Tal vez sea una de las familias que he visto otras veces.

Sin alejarse del todo del monte cada un pastaba por su lado
Más cerca se aprecia que los corzos ya son casi tan grandes como su madre
Tranquilos, en algún momento ninguno vigilaba

Se me hizo la hora y debía volver a casa precisamente por la zona en la que estaban ellos. Tenía el viento de cara y el sol a la espalda así que confiaba en poder acercarme a ellos y poder sorprenderlos. Fue en vano, cuando los volví a ver, ya estaba la madre en alerta y con las orejas dirigidas hacia mí. Los corcinos salieron corriendo juntos y cuando ya estaban fuera de mi vista llegó su turno y en un pis pas ya había pasado un cerro.

Tras un tramo de carrera casi siempre se paran a mirar si el peligro ha pasado
Antes de desaparecer en el monte echaron un último vistazo
Con las crías ya a salvo, la hembra huyo junto a ellos y como siempre,
comprobó que el peligro no la seguía



Al final, algunos pájaros se apiadaron de mí y se mantuvieron cerca y tranquilos: un par de carboneros (Parus major).


En las ramas bajas de un pino los carboneros buscaban insectos



Con los colores muy vivos, estaba claro que ambos individuos son adultos


viernes, 23 de septiembre de 2016

BUCEO EN DENIA

Hace algunos años, los veranos incluían unas semanas de playa, y ya desde pequeño me dedicaba a rebuscar entre las rocas o a bucear para ver bichos totalmente diferentes a los que uno puede encontrar en casa. De mayor, me quedaba la espina de no haber podido grabar esos recuerdos con una cámara como hago ahora con cualquiera de los bichos terrestres que veo. Pero este año he decidido probar y comprar una cámara sumergible, de las baratas, de menos de 100€, a ver si podía traer algún recuerdo digno de ampliar el espectro de este blog. 

El resultado, aunque mejorable, sinceramente me deja más que satisfecho. Y es que la semana pasada estuvimos 4 días en Dénia, lugar que ya conocía y en el que me inflé a coger pulpos de adolescente, todos menos uno, volvieron al mar. Esta vez, como se espera de un padre, antes de colocarme el tubo de snórkel y las aletas, me he tirado mis buenos ratos haciendo pozas y castillos de arena para mi hija, y dando paseos por la arena en familia hasta que la pequeña caía agotada a echarse una siesta a la sombra. Ahí llegaba mi pequeño momento y en un rato se puede ver más diversidad biológica que en muchas horas en un bosque: cnidarios, equinodermos, peces, crustáceos, moluscos, algas, esponjas, plantas marinas... se nota que el mar es el origen de la vida.

Para no aburrir más con palabras paso a las fotos, comentando cada una de ellas en su leyenda.

Muy cerca de la playa de Les Marines de Denia se suceden fondos arenosos,
rocosos y praderas de fanerógamas marinas
Entre esas fanerógamas, es decir, plantas y no algas, destaca la Posidonia oceánica que cobija y alimenta a muchas especies como a este sargo (Diplodus sargus)
También las algas pardas alimentan a los peces como a este grupo de salpas (Sarpa salpa)
Las salpas son bastante bonitas, con sus líneas longitudinales amarillas...
... y es una gozada nadar entre ellas.
Otros peces bonitos son las mojarras (Diplodus vulgaris)
Mojarra, con sus típicas bandas negras

Otro pez que me encanta y que con sus franjas intenta ocultarse es la vaquita o serrano (Serranus scriba)
El apellido scriba viene por los dibujos que tiene en la cabeza, que parece escritura árabe
Las franjas verticales de los sargos más grandes pierden intensidad
Con franjas transversales y un falso ojo en la cola está el tordo oecolado (Symphodus ocellatus)

Las mojarras suelen acompañar a otros peces, como a este tordo ocelado, en la búsqueda de alimento
Aquí una mojarra acompaña a un sargo
Y esto es una apreciadísima dorada (Sparus aurata)
Muy escasos, sólo pude ver un sargo real (Diplodus cervinus)
No eran frecuentes pero sí muy bonitas las hurtas (Pargus auriga) con sus franjas naranjas


Estos dos creo que son dos raspallones (Diplodus annularis)
Aquí un sargo y raspallón
Tras las posidonias, se observa la otra planta marina, la seba (Cymodocea nodosa)
No sólo plantas y peces se ven en estos fondos, también se pueden ver colonias de briozoos como estas de Aglaophenia pluma
También en colonias viven las ascidias (Ectenascidia turbinata) una especie de tunicado

Y seres urticantes como esta anémona u ortiguilla de mar (Anemonia sulcata)
Este gusano tubícola extiende sus quetas.
Se trata de un poliqueto, una clase de filo de los anélidos
Del filo de los equinodermos, vi algún erizo de mar común (Paracentrotus lividus)
Al igual que los erizos, las holoturias (Holothuria tubulosa), también son equinodermos
Sobre los fondos rocosos a veces crecen esponjas negras (Sarcotragus spinosulus), con una colonia de ascidias en su base
También hay esponjas naranjas y a su derecha se ve un pequeño gobio de arena (Pomatuschistus minutus)
Algunas algas adoptan formas curiosas como el alga parda (Padina pavonica)

Los fondos arenosos también ocultan a muchos animales
En esos fondos las lisas o mújoles (Mugil cephalus) buscan su sustento
En las arenas y fangos, los salmonetes de fango (Mullus barbatus) rebuscan su alimento en la arena
También hay salmonetes de roca, que tienen la aleta dorsal con manchas (Mullus surmuletus)
y cuentan con barbillones sensitivos para encontrar alimento en el fondo
Una pareja de salmonetes de roca, aunque uno no muestra la aleta manchada
Como los salmonetes remueven el fondo, muchos peces los acompañan para aprovecher las sobras, como un sargo y una mojarra en este caso
Aquí una mojarra ronda a otro salmonete, y a la derecha,
una curiosa alga verde en forma de globo (Codium bursa)

Obladas y salpas, a veces nadan juntas
También me encontré con varias medusas huevo frito (Cotylorhiza tuberculata)
En la parte inferior se pueden ver sus bonitos y urticantes tentáculos
A las anémonas muchas veces les siguen pequeños jureles (Trachurus mediterraneus) para protegerse de los depredadores
En un tubo un pulpo (Octopus vulgaris) vigilaba
Aquí también hay un pulpo, junto a un sargo, una vaquita y un raspallón que tiene parásitos adheridos a su cuerpo: piojos de mar (Anilocra physoides), unos crustáceos.
El pulpo está justo debajo del sargo.

Aquí se aprecia mejor al pulpo, que asustado ha cambiado de color

Y aquí con otro color, se deslizaba por el fondo.

Al final salió a propulsión. Es una gozada verlos moverse como en el vídeo siguiente

Y acabo la crónica subacuática con un pequeño jurel que viajaba junto a una anémona. En un momento dado pensó que yo era mejor protección que la anémona, así que como una flecha se lanzó a por mí y viajó pegado a mi cuerpo hasta que salí del agua. ¡Qué jurelillo más simpático!

Como esta anémona era pequeña y el jurel estaba solo, se lanzó a por mí
Aquí casi está a punto de chocar con la cámara y ha dejado a la anémona
Y aquí ya nada entre mis piernas, está en la esquina inferior derecha
Acabo con una ave, para que no parezca que no me fijé en ellas, pues también el mar es lugar para encontrarlas.

Con la luna al fondo, una gaviota patiamarilla (Larus michahellis) se disponía a pasar la noche